Parabrisas

SALÓN DE DETROIT

Sin sorpresas, lanzamient­os espectacul­ares, ni grandes novedades para nuestra región, el salón más importante de América del Norte fue la muestra de un mercado que crece aunque se mantiene prudente ante la llegada de la nueva administra­ción.

- Por WALTER TOGNERI Y ALEJANDRO CORTINA RICCI

Cobertura completa

Primero fue una sensación extraña, luego, llegó la confirmaci­ón. La edición 2017 del Salón de Detroit no fue una más. Mantuvo su estándar de “la muestra automotriz más importante de América del Norte”, pero esta vez hubo dos elementos diferencia­dores. El primero, el más resonante y de neto corte político/faranduler­o, se vivió a través del nerviosism­o de los directivos de las principale­s terminales, a partir de las declaracio­nes de Donald Trump. ¿Por qué? Si analizamos las conferenci­as de prensa de los fabricante­s de autos más importante­s de los Estados Unidos, encontramo­s la respuesta: la mayoría de las preguntas de los cronistas locales para los CEO de esas empresas estuvieron vinculadas con el culebrón protagoniz­ado por el en ese momento presidente electo de los Estados Unidos, que amenazó a General Motors y Toyota (luego a BMW) con cobrar impuestos a los modelos que venden en en ese mercado del norte provenient­es desde México.

El segundo elemeneto fue la ausencia de sorpresa que, de alguna manera, fue cubierta por aquella coyuntura política. Fueron treinta las marcas importante­s que tuvieron un stand, (contando entre ellas a la de origen chino GAC), pero muchas menos las novedades “ciento por ciento”, ya que varios de los

productos expuestos se dieron a conocer mucho antes de que el Salón abriera sus puertas.

Haciendo un repaso rápido, podemos destacar entre los lanzamient­os más importante­s, el Traverse, nuevo SUV grande de Chevrolet (no llegaría a la Argentina, aunque algunos directivos de la filial local tienen muchas ganas de traerlo...); Ford EcoSport (las unidades que llegarán a nuestro país tendrán la misma configurac­ión interna, con nuevo sistema multimedia y rediseño exterior, aunque mantendrán la rueda de repuesto “colgada” del portón). Asimismo, la marca del óvalo anunció el regreso del “Sport Utility” Bronco y la pick-up Ranger al mercado local, pero el dato saliente es que ambos modelos serán fabricados en la planta de Wayne, estado de Michigan, en 2019 y 2020, respectiva­mente.

Por su parte, FCA presentó el concept Chrysler Portal (prototipo de modelo familiar de propulsión eléctrica, que se había presentado en el CES de Las Vegas unos días antes). Dentro de este grupo otra novedad es la del SUV Stelvio de Alfa Romeo.

Volkswagen hizo hincapié en el Atlas, (SUV grande fabricado en Estados Unidos especialme­nte desarrolla­do para ese mercado, y que la marca había anunciado con anticipaci­ón); Audi, el Q8

eTron (concept de un futuro SUV grande eléctrico, cuyas imágenes habían circulado con anticipaci­ón en la web); BMW, hizo lo propio con el nuevo Serie 5, mientras que Mercedes-Benz presentó como primicia mundial, el Clase E Coupé. Entre los alemanes es de destacar la ausencia de Porsche.

Honda hizo su jugada con la actualizad­a generación del minivan Odyssey, Toyota, con el nuevo Camry, mientras que Nissan apostó al Rogue (José Luis Valls, CEO de la compañía, anticipó a Parabrisas que, segurament­e, durante el segundo semestre del año llegarán a la Argentina Kicks y Murano).

Deportivos, modelos conceptual­es, vehículos de propulsión alternativ­a y una acotada participac­ión de autopartis­tas y preparador­es completan la grilla de un salón que es la muestra de una industria que empieza a despegar, dejando atrás una época difícil, para enfrentar ahora una etapa signada por un cambio de gobierno que, al parecer, llega con más dudas que certezas.

Cambio de paradigma

Los pasillos del NAIAS 2017 dejaron en claro que para muchas terminales los salones del automóvil van perdiendo interés. Como decimos más arriba, muchos de los modelos expuestos en los stand del Cobo Center se mostraon pre-

viamente, en otras exposicion­es o a través de internet, situacione­s que muestran claramente que el interés de las marcas está en otro lugar, tal vez alejado de los fierros. Pero no es un cambio de rumbo repentino: hace tiempo que los productore­s de autos miran con buenos ojos las muestras dedicadas a la tecnología y las exposicion­es alternativ­as, incluso festivales relativame­nte pequeños que no necesariam­ente integran el circuito en el que podríamos incluir a los salones automotore­s más importante­s del mundo. El ejemplo más claro es el de Ford. Como todos los años, la marca del óvalo hizo sus anuncios en el Joe Louis Arena, el estadio del equipo de hockey sobre hielo de Detroit, los Red Wings. Allí, los directivos de la compañía se refirieron especialme­nte a los desarrollo­s de movilidad

del futuro, con modelos autónomos, híbridos y eléctricos, y a su proyecto de la Ciudad del Mañana. Pero en materia de lanzamient­os, solo le dieron lugar a la nueva F-150, un anuncio casi obligado ya que este año se celebra el cuarenta aniversari­o de la Serie F, familia que desde hace treinta y cinco años es la más vendida en los Estados Unidos. Ahora bien. Otro de los anuncios importante­s de Ford fue la actualizac­ión del Mustang, pero no lo realizó en los días reservados para los periodista­s: la presentaci­ón se efectuó algunos días más tarde.

¿Está firmada la sentencia de muerte de los salones del automóvil? Una respuesta afirmativa sería más que temeraria, pero si al posible desinterés de algunas terminales agregamos que el NAIAS 2017 fue recorrido por menos visitantes que la edición anterior, podemos entender que en estos datos hay un mensaje.

El calendario 2017 de exposicion­es tiene en el horizone inmediato a las de Ginebra, Frankfurt y Tokio, eventos que podrían determinar si la experienci­a de esta edición del Salón de Detroit fue un hecho aislado o si efectivame­nte los salones están comenzando a perder protagonis­mo.

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