Brillan por presencia
Prácticamente no hay un componente mecánico o eléctrico donde no se inmiscuya un chip. Le electrónica cada vez con mayor protagonismo.
Un circuito integrado (CI) es una pequeña pastilla de material semiconductor, de algunos milímetros de superficie, sobre los que se fabrican circuitos electrónicos generalmente mediante fotolitografía y que está protegido dentro de una cápsula de plástico o cerámica. Esta cápsula posee conductores metálicos para hacer conexión entre la pastilla y un circuito impreso. Ahora bien, la función de estos elementos es controlar el funcionamiento de los diferentes componentes y sistemas que integran un auto, por ejemplo alternador, limpiaparabrisas, faros, radio, caja de velocidades, inyección de combustible, encendido, amortiguadores y airbags, entre otros. Los chips se integran en el mismo componente, por ejemplo en el alternador para el regulador de voltaje y en los amortiguadores, para dar solo dos ejemplos, ocupan un espacio mínimo y son de alta confiabilidad.
Varios ejemplos
Con el control electrónico que proporcionan los circuitos integrados todo funciona mucho mejor. Tomemos como ejemplo un amortiguador controlado electrónicamente. En este caso obtenemos un efecto gradual en su ajuste que no podríamos conseguir solo mediante la mecánica. En el encendido, sin la electrónica no podríamos obtener los 40.000 voltios necesarios para producir potentes chispas en las bujías que enciendan la mezcla de aire y combustible en los cilindros, ni controlar el complejo proceso de la combustión para poder cumplir con las normas medioambientales. En la caja de velocidades mecánica controlada electrónicamente, sin los circuitos integrados no se podría concebir una caja automática sin pedal de embrague. Es aquí donde entran a jugar los CI para que nos olvidemos del pedal de embrague (que es controlado por los chips) y podamos conducir de manera cómoda y placentera similar a una transmisión automática “auténtica”, como las hidráulicas, las que, por otra parte, también disponen ahora de CI para proporcionar una gama de opciones de cambio de velocidades. Y cuando el motor tiende a pistonear aparecen los sensores electrónicos de la detonación que mandan una señal a la computadora de control para que retrase el encendido o reduzca la presión del turbo y se aleje así el peligro del golpeteo, que puede a destruir el motor. En la seguridad activa y pasiva los CI representan una alternativa imposible de conseguir con otros medios. Gracias a los chips los sensores electrónicos de los airbags reaccionan en micro segundos ante la presencia de un fuerte impacto para proteger a los ocupantes. En la inyección (nafta o gasoil) y en el sistema anticontaminación con catalizadores la ayuda electrónica es imprescindible. Solo con ella podremos proporcionar cantidades exactamente dosificadas de combustible a los cilindros y de paso controlar el funcionamiento del catalizador mediante las llamadas sondas lambda, que en realidad son sensores de oxígeno.