Autos de seis ruedas (Primera parte)
Esta solución surgió mucho antes de lo que uno podría suponer, y fue la respuesta a necesidades de confort, aunque luego se aplicó a vehículos especiales, como unidades militares y de rescate. Posteriormente, llegó a los deportivos.
Cuando uno piensa en automóviles de seis ruedas, es muy probable que la primera imagen que se nos aparezca en la mente sea la del Tyrrell P34, que compitió durante dos temporadas con cierto éxito en la Fórmula 1. Sin dudas fue el ejemplo más resonante, pero no el único. Esta rara tipología también ha sido aplicada a la vida civil, incluso mucho antes; desde casi los comienzos mismos de la automoción. En esta nota te mostramos cada uno de esos intentos.
REEVES PULLEY
A comienzos del Siglo XX, los automóviles recién empezaban a surgir y las calles aún no estaban
preparadas para ellos, sino más bien para carretas tiradas por caballos. Una de las maneras que encontraron inventores como Milton Reeves para mejorar el andar de sus modernas creaciones, fue ponerle más ruedas. Fue así que en 1911 nació el Reeves Sextoauto, basado en un chasis Stutz. La diferencia radicaba en el tercer eje adosado en la parte trasera, que sólo era para mejorar el andar, ya que el auto seguía teniendo tracción en dos de sus ruedas. El costo de esta modificación hizo que el precio del auto se hiciera prohibitivo, lo que ahuyentó a potenciales compradores. Reeves terminó en bancarrota.
MERCEDES-BENZ
Durante la década de 1930, Mercedes-Benz desarrolló un mastodonte de seis ruedas sobre la base de su modelo 540 (chasis W31), destinado exclusivamente a los altos mandos militares de su país; este auto no se vendía al público. Denominado G4, era capaz de atravesar zonas destrozadas como si fuese un tractor, pero sin descuidar el lujo y confort propios de una limusina de la marca de la estrella. Era un vehículo avanzado tecnológicamente, que pretendía mostrar al mundo la superioridad técnica de la Alemania de Adolf Hitler. Las cuatro ruedas traseras eran las encargadas de empujar, con los 240 caballos que le pasaba el motor de 8 cilindros en línea de cinco litros, las 3,7 toneladas de una enorme carrocería de 5,92 metros de longitud. El G4 alcanzaba una velocidad máxima de 67 km/h, y su consumo promedio era de 40 litros cada 100 kilómetros. Hitler tuvo para su uso personal ocho ejemplares, de los cuales dos de eran diferentes ya que contaban con carrocería cerrada tipo van. Uno de estos era utilizado como su transporte de equipaje, y el otro como vehículo de comunicaciones, ya que equi- paba una radio con la que Hitler podía tener diálogo con sus tropas desde cualquier punto de Europa. Tan sólo 57 G4 fueron fabricados entre 1934 y 1939, de los cuales la mayoría fueron reconvertidos para uso militar durante la Segunda Guerra Mundial, y por ende acabaron destruidos. Hoy sólo sobreviven tres de esos ejemplares: uno está en poder de Mercedes-Benz y es exhibido en su museo de Stuttgart; otro descansa en el Museo de Guerra de Otawa en Canadá; mientras que el restante está en poder de la Familia Real Española, ya que en su momento fue obsequiado a Francisco Franco por el mismísimo Hitler a través del embajador alemán en España Von Stoher.
CARMICHAEL
La firma Carmichael & Sons Ltd. oriunda de Worcester, Inglaterra, fue la primera en convertir
El Range Rover fue el primer todo terreno lujoso del mundo, pero sus increíbles aptitudes off-road hicieron que también se lo utilizara en infinidad de tareas.
vehículos Range Rover a seis ruedas. El proceso era relativamente sencillo, ya que mantenía el sistema 4x4 original del vehículo de serie, al que le sumaba en la parte trasera, un tercer eje sin tracción. La idea inicial era darle una mejor utilización a las ya excelentes capacidades de este todo terreno británico, y así adaptarlo a servicios específicos de rescate y combate de incendios. El primer ejemplar apareció en 1971, apenas un año después de lanzado el modelo de fabricación seriada. En sus más de veinte años de existencia, Carmichael fabricó algo más de cuatrocientas unidades en cinco variantes: Rapid Intervention Appliance, Rescue, Commando, Clansman, y Highlander. Las dos primeras eran de utilización exclusiva para departamentos de bomberos, disponibles en siluetas de dos y cuatro puertas, y con diferente equipamiento según la necesidad. Las tres últimas, lanzadas en 1973 y 1979, estaban destinadas al traslado de personas, ya sea para servicio como para esparcimiento; podían llevar a trece ocupantes, y también eran ofrecidas con dos o cuatro puertas. Las versiones Commando y Clansman tenían un techo convencional, mientras que las Highlander tenían mayor superficie vidriada y techo elevado.
PANTHER
Otra de las firmas inglesas encargadas de meter mano sobre los Range Rover fue Panther Westwinds Ltd. Esta empresa comenzó a trabajar en 1972 haciendo réplicas de autos como el Jaguar SS100, o modelos propios basados en autos antiguos, que derivaron en el Panther Kallista o el Panther Lima. El suceso publicitario del Tyrrell
de se is ruedas, alentó a la firma Panther a lanzar un deportivo exótico en 1977, que mantenía la misma filosofía: cuatro ruedas directrices más chicas adelante (13”), y dos grandes (16”) atrás encargadas de traccionar. El Panther Six montaba un V8 Cadillac de 8,2 litros con doble turbo acoplado a una caja de tres marchas automática que, según el fabricante, podía catapultar a esta bestia descapotable hasta los 322 km/h. Su diseño era muy jugado para la época, como así también lo era su equipamiento que incluía, entre otras cosas, extinguidor automático de incendios en el vano motor, instrumental completamente digital, televisor y teléfono. Su descomunal valor permitió que apenas se fabricaran dos ejemplares. Sin embargo, Panther siguió desarrollando modelos exóticos, y en 1978 lanzó el Panther Desert Ranger, un Range Rover alargado y con seis ruedas motrices -esta vez cuatro atrás- que, pensadas para poderosos clientes del Medio Oriente, incluían una enorme lista de cambios (porque no siempre eran mejoras) en su interior, y lujoso equipamiento. Estas conversiones podían venir con tres o cuatro puertas, y quintuplicaban el precio del Range Rover convencional, pero antes de estar terminadas ya tenían dueño.