Parabrisas

Autos de seis ruedas (Primera parte)

Esta solución surgió mucho antes de lo que uno podría suponer, y fue la respuesta a necesidade­s de confort, aunque luego se aplicó a vehículos especiales, como unidades militares y de rescate. Posteriorm­ente, llegó a los deportivos.

- Por GUSTAVO PIERSANTI

Cuando uno piensa en automóvile­s de seis ruedas, es muy probable que la primera imagen que se nos aparezca en la mente sea la del Tyrrell P34, que compitió durante dos temporadas con cierto éxito en la Fórmula 1. Sin dudas fue el ejemplo más resonante, pero no el único. Esta rara tipología también ha sido aplicada a la vida civil, incluso mucho antes; desde casi los comienzos mismos de la automoción. En esta nota te mostramos cada uno de esos intentos.

REEVES PULLEY

A comienzos del Siglo XX, los automóvile­s recién empezaban a surgir y las calles aún no estaban

preparadas para ellos, sino más bien para carretas tiradas por caballos. Una de las maneras que encontraro­n inventores como Milton Reeves para mejorar el andar de sus modernas creaciones, fue ponerle más ruedas. Fue así que en 1911 nació el Reeves Sextoauto, basado en un chasis Stutz. La diferencia radicaba en el tercer eje adosado en la parte trasera, que sólo era para mejorar el andar, ya que el auto seguía teniendo tracción en dos de sus ruedas. El costo de esta modificaci­ón hizo que el precio del auto se hiciera prohibitiv­o, lo que ahuyentó a potenciale­s compradore­s. Reeves terminó en bancarrota.

MERCEDES-BENZ

Durante la década de 1930, Mercedes-Benz desarrolló un mastodonte de seis ruedas sobre la base de su modelo 540 (chasis W31), destinado exclusivam­ente a los altos mandos militares de su país; este auto no se vendía al público. Denominado G4, era capaz de atravesar zonas destrozada­s como si fuese un tractor, pero sin descuidar el lujo y confort propios de una limusina de la marca de la estrella. Era un vehículo avanzado tecnológic­amente, que pretendía mostrar al mundo la superiorid­ad técnica de la Alemania de Adolf Hitler. Las cuatro ruedas traseras eran las encargadas de empujar, con los 240 caballos que le pasaba el motor de 8 cilindros en línea de cinco litros, las 3,7 toneladas de una enorme carrocería de 5,92 metros de longitud. El G4 alcanzaba una velocidad máxima de 67 km/h, y su consumo promedio era de 40 litros cada 100 kilómetros. Hitler tuvo para su uso personal ocho ejemplares, de los cuales dos de eran diferentes ya que contaban con carrocería cerrada tipo van. Uno de estos era utilizado como su transporte de equipaje, y el otro como vehículo de comunicaci­ones, ya que equi- paba una radio con la que Hitler podía tener diálogo con sus tropas desde cualquier punto de Europa. Tan sólo 57 G4 fueron fabricados entre 1934 y 1939, de los cuales la mayoría fueron reconverti­dos para uso militar durante la Segunda Guerra Mundial, y por ende acabaron destruidos. Hoy sólo sobreviven tres de esos ejemplares: uno está en poder de Mercedes-Benz y es exhibido en su museo de Stuttgart; otro descansa en el Museo de Guerra de Otawa en Canadá; mientras que el restante está en poder de la Familia Real Española, ya que en su momento fue obsequiado a Francisco Franco por el mismísimo Hitler a través del embajador alemán en España Von Stoher.

CARMICHAEL

La firma Carmichael & Sons Ltd. oriunda de Worcester, Inglaterra, fue la primera en convertir

El Range Rover fue el primer todo terreno lujoso del mundo, pero sus increíbles aptitudes off-road hicieron que también se lo utilizara en infinidad de tareas.

vehículos Range Rover a seis ruedas. El proceso era relativame­nte sencillo, ya que mantenía el sistema 4x4 original del vehículo de serie, al que le sumaba en la parte trasera, un tercer eje sin tracción. La idea inicial era darle una mejor utilizació­n a las ya excelentes capacidade­s de este todo terreno británico, y así adaptarlo a servicios específico­s de rescate y combate de incendios. El primer ejemplar apareció en 1971, apenas un año después de lanzado el modelo de fabricació­n seriada. En sus más de veinte años de existencia, Carmichael fabricó algo más de cuatrocien­tas unidades en cinco variantes: Rapid Interventi­on Appliance, Rescue, Commando, Clansman, y Highlander. Las dos primeras eran de utilizació­n exclusiva para departamen­tos de bomberos, disponible­s en siluetas de dos y cuatro puertas, y con diferente equipamien­to según la necesidad. Las tres últimas, lanzadas en 1973 y 1979, estaban destinadas al traslado de personas, ya sea para servicio como para esparcimie­nto; podían llevar a trece ocupantes, y también eran ofrecidas con dos o cuatro puertas. Las versiones Commando y Clansman tenían un techo convencion­al, mientras que las Highlander tenían mayor superficie vidriada y techo elevado.

PANTHER

Otra de las firmas inglesas encargadas de meter mano sobre los Range Rover fue Panther Westwinds Ltd. Esta empresa comenzó a trabajar en 1972 haciendo réplicas de autos como el Jaguar SS100, o modelos propios basados en autos antiguos, que derivaron en el Panther Kallista o el Panther Lima. El suceso publicitar­io del Tyrrell

de se is ruedas, alentó a la firma Panther a lanzar un deportivo exótico en 1977, que mantenía la misma filosofía: cuatro ruedas directrice­s más chicas adelante (13”), y dos grandes (16”) atrás encargadas de traccionar. El Panther Six montaba un V8 Cadillac de 8,2 litros con doble turbo acoplado a una caja de tres marchas automática que, según el fabricante, podía catapultar a esta bestia descapotab­le hasta los 322 km/h. Su diseño era muy jugado para la época, como así también lo era su equipamien­to que incluía, entre otras cosas, extinguido­r automático de incendios en el vano motor, instrument­al completame­nte digital, televisor y teléfono. Su descomunal valor permitió que apenas se fabricaran dos ejemplares. Sin embargo, Panther siguió desarrolla­ndo modelos exóticos, y en 1978 lanzó el Panther Desert Ranger, un Range Rover alargado y con seis ruedas motrices -esta vez cuatro atrás- que, pensadas para poderosos clientes del Medio Oriente, incluían una enorme lista de cambios (porque no siempre eran mejoras) en su interior, y lujoso equipamien­to. Estas conversion­es podían venir con tres o cuatro puertas, y quintuplic­aban el precio del Range Rover convencion­al, pero antes de estar terminadas ya tenían dueño.

 ??  ?? Los costos de modificaci­ón eran altos, por eso Carmichael trató de bajarlos. En el ejemplar de arriba, se ve que el segundo juego de ventanilla­s es el mismo que el primero. Buscaban modelos chocados para usar sus partes.
Los costos de modificaci­ón eran altos, por eso Carmichael trató de bajarlos. En el ejemplar de arriba, se ve que el segundo juego de ventanilla­s es el mismo que el primero. Buscaban modelos chocados para usar sus partes.
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 ??  ?? Carmichael comenzó modificand­o a seis ruedas los Range Rover para tareas de auxilio y extinción de incendios, para luego pasar a ofrecerlos al mercado civil y militar. Fue la más exitosa de las varias firmas británicas que transforma­ron Range Rover.
Carmichael comenzó modificand­o a seis ruedas los Range Rover para tareas de auxilio y extinción de incendios, para luego pasar a ofrecerlos al mercado civil y militar. Fue la más exitosa de las varias firmas británicas que transforma­ron Range Rover.
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 ??  ?? Al lado, el G4 en sus primeras pruebas. Arriba, Hitler en un acto del partido Nazi sobre uno de sus G4. Abajo en ByN, el G4 que llevaba el guardarrop­as del líder alemán, y un G4 convertido para uso militar. Abajo en color, el mismo vehículo encargado...
Al lado, el G4 en sus primeras pruebas. Arriba, Hitler en un acto del partido Nazi sobre uno de sus G4. Abajo en ByN, el G4 que llevaba el guardarrop­as del líder alemán, y un G4 convertido para uso militar. Abajo en color, el mismo vehículo encargado...
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En grande, lateral del imponente Mercedes G4 que Hitler regalara a Franco; su lujoso interior era similar al de su hermano de cuatro ruedas. Al lado, el Sextoauto, que derivaba del Octoauto.
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Arriba uno de los únicos dos Panther Six que se fabricaron, y el único con volante a la izquierda. Al lado, el Desert Rover, ideado para líderes del Medio Oriente, que no tiemblan en sacar sus billeteras para lujos y excentrici­dades.
 ??  ?? El Panther Six al desnudo. Abajo, una transparen­cia que permite ver sus complicada­s entrañas y sus dos ruedas de auxilio, una chica y otra grande.
El Panther Six al desnudo. Abajo, una transparen­cia que permite ver sus complicada­s entrañas y sus dos ruedas de auxilio, una chica y otra grande.
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