AUDI A4 Allroad TEST.
La única rural premium del mercado local incorpora toda la tecnología vista en la nueva generación del A4. Con look aventurero y tracción integral, el Allroad se sirve de un eficaz motor turbo que ahora entrega 252 CV de potencia.
Una rural de alta gama que reune las ventajas de un SUV con el confort y dinámica de un sedán.
La creciente fiebre por los SUV hizo desaparecer prácticamente el segmento de las rurales, al menos en nuestra región. No obstante, algunas marcas todavía apuestan a este tipo de vehículos de corte netamente familiar, que supieron tener mucho éxito tiempo atrás. Entre las terminales generalistas, Volkswagen ofrece en nuestro país el Golf Variant, mientras que, entre las Premium, el A4 Allroad es el único de su clase. Y Audi lo hace con una propuesta muy particular, vistiendo este A4 familiar con look “aventurero” y dotándolo de ciertas aptitudes para introducirse en terrenos un tanto más hostiles de los que puede afrontar cualquier sedán.
Rural con onda
En líneas generales, estéticamente no vamos a encontrar demasiados cambios respecto del modelo al cual reemplaza y que probáramos hace poco más de dos años. Sin embargo, más allá de los nuevos paragolpes, parrilla y faros de xenón y led, estamos frente a un auto estructuralmente nuevo. En efecto, se produce sobre misma plataforma que da vida al nuevo A4 denominada MLB (Modular Längsbaukasten o modular longitudinal), arquitectura sobre la que también se basan otros modelos, tales como A5, A6, A7 y A8. Hilando fino, un detalle dis-
tintivo de esta nueva generación es la línea de diseño acanalado que recorre el perímetro de la carrocería y las manijas de las puertas, que ahora se abren hacia arriba.
Dimensionalmente son imperceptibles las diferencias con su antecesor. Para encontrar cambios más profundos es necesario ubicarse dentro del habitáculo. Allí gana protagonismo un aplique de aluminio que embellece el contorno de la plancha de a bordo y paneles de puertas, mientras que ahora ofrece mayor cantidad de toberas de aire acondicionado. La presentación de la selectora es más sofisticada y la pantalla del sistema de info entretenimiento ahora sobresale desde el panel frontal. Aunque el detalle más saliente radica en el virtual Cockpit. Se trata de un moderno instrumental digital que funciona con un display TFT de alta resolución (1.440 x 540 megapíxeles), que mide en diagonal 12,3 pulgadas, cubriendo toda la superficie del tablero. Este puede configurarse de varias maneras, modificando el tamaño y distribución del velocímetro, cuenta vueltas, computadora de a bordo e inclusive desplegando de manera íntegra el navegador satelital.
Como es habitual en esta gama, la calidad percibida es excelente. Cuero y alcántara están presentes en los paneles de puertas y tapizados. Las butacas delanteras ofrecen muy buena sujeción y pueden ajustarse en altura y profundidad de manera eléctrica (con ajuste lumbar), aunque atrás, el espacio es apto para dos adultos, ya que el cojín de la plaza central es bastante duro y, además, quien se ubique allí deberá lidiar con el túnel de la transmisión. Cabe destacar que el baúl, cuyo portón es de accio-
namiento eléctrico, ofrece unos generosos 505 dm3 de capacidad de carga (25 dm3 más que el A4 a secas), que pueden ampliarse rebatiendo los respaldos traseros (60/40). El punto negativo es que este modelo sigue apelando a la rueda de auxilio de uso temporal con un kit compresor para su inflado: recurso poco práctico en esta parte del mundo.
Familia deportiva
Difícilmente el usuario de este tipo de vehículo haga demasiado hincapié en la potencia del motor. Aunque si sobran caballos, son siempre bienvenidos. Quien opte por un A4 Allroad tendrá la gracia de contar con el conocido motor naftero 2.0 TFSI (turbo con inyección directa) que, mediante algunos ajustes en la electrónica, pasó de erogar 225 a 252 CV de potencia. Entrega 37,7 kgm de torque y trabaja asociado con una caja automática Stronic de doble embrague y siete relaciones, que lleva todo el poder a las cuatro ruedas, a través del sistema de tracción integral quattro.
Sin duda, un conjunto mecáni- co muy contundente, con el que consigue acelerar de 0 a 100 km/h en 6 segundos y alcanza una velocidad máxima (limitada) de 250,9 km/h. En términos de recuperaciones, por ejemplo, para pasar de 80 a 120 km/h necesita de apenas 3,8 segundos. Lo más llamativo es que, a pesar de su cilindrada, y “caballaje”, los registros de consumo son buenos: en promedio puede recorrer 15,2 km/l.
Uno de los aspectos más elogiables de este modelo es su confort de marcha y comportamiento dinámico. Brinda
seguridad en todo momento y además permite, mediante el sistema Drive Select, configurar diferentes elementos y con ellos ajustar el comportamiento del vehículo en seis modos distintos: off road, efficiency, confort, auto, dynamic e individual.
De esta manera, tanto chasis como dirección y frenos acompañan de manera excepcional a esta rural que puede comportarse como un confortable sedán o un nervioso deportivo.
Vale aclarar que pese a tener un look aventurero, despeje razonable y tracción integral, el A4 Allroad puede tomarse algunas licencias para salirse de los caminos convencionales pero de ninguna manera debe utilizárselo como un vehículo para uso off road intensivo. A diferencia de su hermano mayor, el A6 Allroad, no cuenta con suspensión neumática para variar el despeje del suelo.
Única
La incorporación del novísimo Virtual Cockpit es uno de los valores agregados de esta nueva generación. El generoso techo panorámico, climatizador trizona y el sistema de info entretenimiento, que permite emparejar smartphones con el vehículo, suman atractivo.
También es notable la dotación de seguridad, donde podemos consignar los faros de xenón, seis airbags, retrovisor antideslumbrante, frenos ABS con discos en las cuatro ruedas y sus complementos electrónicos y controles de tracción y estabilidad.
Todo lo mencionado hasta aquí es parte del equipamiento de serie que ofrece el nuevo Allroad, disponible en una sola versón, cuyo precio es de 75.600 dólares: cuatro mil más que un A4 sedán con idéntica mecánica.
Sin embrago, cabe destacar que nuestra unidad de prueba contaba con una serie de elementos opcionales (tapizado combinado de alcántara y cuero, sensores de estacionamiento, iluminación ambiente y volante chato, entre otros) que elevan su precio hasta los 78.963 dólares: valor por encima del de un Q5.
Más allá de estos elementos que, entendemos debieran formar parte del equipamiento de serie de un vehículo de su clase, anotamos algunos faltantes, como el head up display, butacas calefaccionables y cámara de retroceso, por consignar algunos.
Al no tener rivales directos (BMW y Mercedes-Benz hace tiempo que dejaron de ofrecer carrocerías familiares en la Argentina). no existen parámetros para comparar su precio, aunque está claro que se trata de un vehículo caro, orientado a un público muy exclusivo.