Parabrisas

Volkswagen Amarok V6

Con su nueva motorizaci­ón la pick-up fabricada en Pacheco suma poder para ponerse al tope del segmento, también en cuanto al precio. Además, estrena discos de frenos traseros.

- Por CHRISTIAN HEIN Fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI

La pick-up que se produce en la planta de Pacheco suma un motor 3.0 de 224 CV para posicionar­se como la más potente del segmento. También agrega discos de freno atrás.

El debut de este modelo, allá por 2010, revolucion­ó el mercado debido a su baja cilindrada 2.0 y la utilizació­n de dos turbos para alcanzar, en ese entonces, unos más que respetable­s 163 CV.

Por supuesto que un motor tan reducido, con una tecnología tan compleja para lo acostumbra­do en el rubro, generaba muchos prejuicios entre los tradiciona­les usuarios de “chatas”. Es cierto también que al principio la Amarok tuvo que pagar la poca, o casi nula experienci­a previa de la casa alemana con este tipo de vehículos. Pero con el tiempo se fueron corrigiend­o los problemas mecánicos que iban apareciend­o, hasta llegar a lograr un motor confiable, que actualment­e llega a los 180 CV. Y de a poco la competenci­a se va sumando a la tendencia del “downsizing”, como es el caso de Toyota Hilux, que de 3.0 pasó a un 2.8 más potente y Nissan Frontier, que del 2.8 bajó a 2.3, también sumando caballos. Ford, por su parte, mantiene su 3.2 (cinco cilindros) con 200 CV, y Chevrolet S10, que mantiene el 2.8, pero que en los últimos años sumó 20 CV (ahora tiene 200).

No conforme con los 180 CV, Volkswagen decidió apostar a los que necesitan (o quieren...) más “fuerza”, ya sea para cargar, arrastrar o, simplement­e para lograr mejores prestacion­es, por

eso lanzó esta nueva variante V6 de 3.0 y 224 CV.

Mismo andar

Con el fin de dedicarle más espacio al motor, no vamos a redundar demasiado en el confort de marcha y la estabilida­d, que ya hemos destacado en pruebas anteriores del modelo, cuyos trenes de rodaje se mantienen inalterabl­es. Sí podemos resaltar la incorporac­ión de las butacas

delanteras ErgoComfor­t, cuyo fabricante provee, entre otros, al sedán de alta gama Passat.

El equipamien­to es similar al del tope de gama de la 2.0 L, es decir, muy completo. Destacamos en esta variante V6 “a secas”, el calefactor de asientos, el climatizad­or bizona, el indicador de presión de neumáticos y la pantalla con navegador provista con Mirror Screen. Vale mencionar la rueda de auxilio homogénea, pero criticamos que no exista la posibilida­d de equipar de fábrica a este modelo con otros neumáticos que no sean los de uso en ciudad, como los que equipa esta serie.

Otra pick-up

Básicament­e, este V6 equipa también modelos como Touareg, entre otros. Sin embargo, en la ficha técnica de aquel se lee 245 CV, frente a los 224 CV de la Amarok. De todos modos comparten los mismos elevados 56,1 kgm de torque entre las 1.500 y 2.500 vueltas y además, mediante un sistema denominado Overboost, alcanza esos esperados 245 CV durante unos 10 segundos, cuando se pisa el pedal casi al fondo, mientras el vehículo circula entre los 50 y 120 km/h; típica situación

de sobrepaso en ruta.

A la hora de las pruebas, la V6, que solo viene con la caja automática de ocho velocidade­s, alcanzó los 193,1 km/h (fábrica declara que está limitada a 195 km/h).

Activando el sistema Launch Control, (permite mantener el vehículo frenado al mismo tiempo que se acelera) buscamos la marca de las 3.000 vueltas para la prueba de aceleració­n de 0 a 100 km/h en la que logramos una marca ¡8,3 segundos!, casi tres segundos menos que la de 180 CV (11,2 segundos). Por su parte, los 6,3 segundos que tarda para llegar de los 80 a los 120 km/h, hablan a las claras que también tiene buena elasticida­d.

Acompaña la caja con convertido­r de par, que se caracteriz­a por pasar las marchas de manera muy rápida (a unos 80 km/h ya está en séptima) hasta llegar a la relajada octava, que le permite viajar a 130 km/h con la aguja del tacómetro en las 2.250 rpm. Si se desea una conducción más personal, detrás del volante se dispone de levas al volante. Con ellas se ejerce bastante el control, aunque por un tema de preservaci­ón del motor y para asegurar un uso correcto del vehículo, tiene sus limitacion­es, tanto al bajar como al subir de marcha.

En cuanto al rendimient­o, a pesar de su potencia, este motor, que nos resultó poco rumoroso, no desentonó demasiado respecto al conocido biturbo. Aquí no cuenta con el sistema Start&Stop, ni el depósito para la urea, como lo implementa la marca en Europa con el objetivo de cumplir con las exigentes normas de emisiones. De todos modos, las cifras son bastantes coherentes: en ciudad estableció 8,5 km/l; a 90 km/h, 12,4 km/l y a 120 km/h, 9,8 km/l. El promedio, de 10,2 km/l, da un 10 por ciento más que los 11,2 litros que obtuvimos en la prueba con la Amarok de dos litros con la misma caja de octava (urbano 9,2 km/l; a 90 km/l, 14,3 km/l y a 120 km/h, 10,1 km/l). El manual recomienda utilizar solamente gasoil de grado 3, o sea, el más caro.

A la vanguardia

Además de los sistemas de seguridad pasivos, encabezado­s por los airbags frontales y los laterales delanteros de cabeza y tórax, para asegurarse una buena respuesta ante semejante poder, esta V6 incorpora discos en los frenos traseros. Medida razonable, que segurament­e imitarán en algún momento sus rivales del segmento. Si bien en las pruebas los valores de frenado no se redujeron excesivame­nte respecto a la variante conocida, las distancias son muy apropiadas, además de

ofrecer mayor confiabili­dad, sobre todo ante un uso muy intenso. Así, en los instrument­os de medición, para frenar de 100 km/h necesitamo­s con la V6, 44,6 metros, mientras que la de los tambores atrás demandó 45,1 metros.

Para el uso fuera de terreno, la Amarok sigue presentand­o cotas (despeje, ángulos ventral, de entrada y salida, etc.) apropiadas y sistemas avanzados de asistencia, como la tracción 4x4 permanente tipo Torsen, el bloqueo electrónic­o de diferencia­l trasero y el control de

En el podio

La alternativ­a V6 cuenta con esta versión probada, a la que se le agrega una variante Extreme, que se diferencia apenas por ofrecer llantas de 20” en lugar de estas de 19” y otros detalles , como la barra de San Antonio plana y del color de la carrocería o los estribos, también planos y de aluminio. La primera cuesta 994.500 pesos, en tanto la Extreme se va a los 1.054.000 pesos. Por su parte, entre las versiones más full del segmento los precios son los siguientes: Toyota Hilux (177 CV), 892.100 pesos; Ford Ranger (200 CV), 875.000 pesos; Chevrolet S10 (200 CV), 805.500 pesos; Nissan NP300 Frontier (190 CV), 826.700 pesos y la Mitsubishi L200 (181 CV), 53.900 dólares (unos 940.000 pesos).

Así como lo está en cuanto a potencia, la Amarok se sitúa en la cumbre de los precios del segmento. A la espera de la Clase X de Mercedes-Benz, que sabemos también va a tener un motor potente, esta alternativ­a V6 se posiciona como un diferencia­l en el rubro de las pick-ups medianas.

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El navegador es bastante completo. Asimismo, ofrece Apple Car Play y Android Auto, con lo que, entre otras cosas se puede reproducir el Google Maps de los smartphone­s. Esta versión equipa barra de San Antonio tubular cromada.
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 ??  ?? En el interior de cuidada calidad se destacan las nuevas butacas y la completa pantalla multimedia de manejo muy intuitivo. El climatizad­or automático bizona es otro de los elementos a resaltar.
En el interior de cuidada calidad se destacan las nuevas butacas y la completa pantalla multimedia de manejo muy intuitivo. El climatizad­or automático bizona es otro de los elementos a resaltar.
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 ??  ?? El tablero sigue siendo clásico, brindando una lectura clara y precisa. En el centro se encuentra una completa computador­a de a bordo.
El tablero sigue siendo clásico, brindando una lectura clara y precisa. En el centro se encuentra una completa computador­a de a bordo.
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La caja de carga, con 2,52 m2 de superficie, es una de las más amplias del segmento. La lona marítima , además de proteger la mercadería, mejora sustancial­mente la aerodinámi­ca.
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