Test de utilitario chino
Con el propósito de ganar mercado, las marcas chinas buscaron nuevos horizontes. Con el Foison, Lifan aprovecha al máximo de disponer de un producto ideal para emprendedores: ofrece espacio considerable en su caja de carga, a un valor más que competitivo.
Ideado sobre una arquitectura un poco olvidada en nuestras latitudes, el Foison fue la punta de lanza con la que Lifan decidió ingresar al país hace poco más de un año atrás. Pensado pura y exclusivamente para trabajar, está desarrollado sobre un chasis monocasco. Tiene motor detrás del eje delantero y tracción trasera, un concepto similar al de un Daihatsu Hijet de los ochenta, pero con mayor tamaño general. Nos subimos al más exitoso de la familia, para ver cómo se desenvuelve en el día a día.
A la carga
Si bien el trabajo de manejar diferentes autos a lo largo de un mes conlleva a adecuarnos permanentemente a los propósitos con los que un vehículo fue ideado, el hecho de tener que subirnos a este trabajador nato procedente de China nos propone extremar nuestra percepción. Hasta el momento en el que DFSK inicie sus operaciones en Argentina, el Foison no tiene un competidor directo. Se trata de un camioncito citadino, con amplio sector de carga, silueta semi-frontal, cabina elevada o motor debajo del asiento. Todo esto evoca a la practicidad, so- bretodo en la ciudad.
La configuración elegida por el importador es la de mayor longitud posible que existe en su país de origen. Mide 4,58 metros de largo total, obteniendo una caja de carga de 2,80 metros de largo, por 1,52 de ancho. Los tres portones se pueden abrir a través de una operatoria sencilla, y cuenta con un piso completamente plano, sin los típicos buches de guardabarros de las pick-ups convencionales, que restan espacio. Allí puede albergar hasta 650 kilos de carga, eso sí, la altura de los portones (33 centímetros) puede resultar escasa para objetos voluminosos.