Clásicas: Honda Dominator (1988)
Estableció los parámetros con que luego se desarrollaría la próxima generación de motos de su estilo. El perfecto equilibrio entre un producto asfáltico y uno destinado al off-road, junto con una mecánica que con el tiempo se ganó el mote de “indestructib
Si hay una motocicleta que hoy en día es considerada toda una leyenda dentro de las de su clase, esa es la Dominator. De alguna manera esta Honda representó la evolución definitiva de las trail de media cilindrada debido a que ofrecía grandes cualidades pero sobre todo un notable desempeño dinámico tanto en el asfalto como en los caminos fuera de ruta. Uno de los principales componentes que catapultaron su fama fue el monocilíndrico refrigerado por aire que con el tiempo se ganó el mote de “indestructible”. Esta planta motriz (inaugurada en 1983 en las XR500) además le confería una excelente entrega de potencia a bajo y medio régimen. El diseño de este motor, bautizado RFVC (Radial Four Valve Combustion), albergaba válvulas que no se movían en direcciones paralelas, sino que tenían una sentido de movimiento convergente hacía el interior de la cámara de combustión.
En los años ‘80 el fenómeno trail ya era una realidad. El éxito del París-Dakar había dado origen a grandes motos que saltaban directamente del rally a los concesionarios. Y el equilibrio de la Dominator era difícil de igualar en una moto de este estilo, dado que, además, era muy ágil y liviana. Mantenía la estructura mecánica habitual por esos días, con un chasis tubular de acero que en este caso ofrecía sendas concesiones a la hora de bajar del asfalto. La rueda delantera de 19 pulgadas, los largos recorridos de suspensión, una postura erguida y confortable gracias al escaso ancho de la zona central, y un considerable despeje del suelo fueron algunas de sus claves. Además, disponía de arranque eléctrico, dos salidas de escape superiores, carenado, protecciones para los frenos (con tomas de aire para refrigerarlos), los puños, el motor... y un inconfundible look “africano”. El cuadro de instrumentos (casi oculto detrás del carenado) era muy completo para esos días y principalmente en este estilo de motos.
Aunque fue un modelo desarrollado para el mercado europeo, también se fabricó una versión norteamericana durante los primeros años de producción. Denominada NX650, la diferencia más notoria con la Dominator era que poseía freno a tambor en el eje posterior, además de la ausencia de algunas protecciones. Su éxito de ventas en todo el mundo y la gran reputación que supo conseguir le permitieron mantenerse en oferta durante quince años, cuando Honda decidió poner fin a su producción.