TOYOTA INNOVA
Derivada de Hilux y SW4, esta minivan, procedente por ahora de Indonesia, llega a nuestro mercado para cubrir las necesidades de las familias numerosas. Motor naftero, caja automática y tracción trasera.
TEST. Para familias numerosas, llega desde Indonesia con capacidad para ocho pasajeros y amplia dotación de equipamiento. Caja automática y tracción trasera. ¿Se fabricará en el país?
Si bien en la Argentina hay por lo menos una decena de vehículos disponibles con capacidad para siete pasajeros o aún más, conceptualmente el Innova viene a ofrecer una propuesta diferente.
Para ponerla en contexto, entre variadas ofertas para familias numerosas hay modelos más chicos, como el Chevrolet Spin y el flamante Lifan MyWay. También hay SUVs, como el Chevrolet Captiva, el Peugeot 5008, el Tiguan Allspace, el Toyota SW4 o el Hyundai Grand Santa Fe. Más grandes, más chicos, más baratos o más caros, o incluso con configuraciones diferentes, ninguno de los nombrados rivaliza directamente con el Innova, cuyo precio arranca en los 709.900 pesos y llega hasta los 744.300 en la versión que probamos en esta oportunidad, es decir la SRV. Lo que sí aparecen en los catálogos son vehículos tipo van de porte y silueta similares a este recién llegado; se trata de familiares como el Kia Carnival, los Citroën SpaceTourer y Grand C4 Picasso, el Mercedes-Benz Vito Tourer y el Hyundai H-1. De estos últimos, los dos primeros vienen únicamente con motor Diesel y a un valor bastante más alto (no menos de 210.000 pesos más que la variante de entrada de gama), en tanto que el Mercedes es naftero (2.4 de 184 CV) como el Innova, pero también tiene un mayor costo inicial (cuesta unos 131.000 pesos más). Otra de las opciones es el Hyundai H-1, también naftero, que se ubica dentro de la franja de precios (su valor es de 710.775 pesos), aunque el surcoreano -con capacidad para 12 pasajeros-, tiene un tamaño considerablemente mayor (es casi 32 centímetro más largo). El más parecido conceptualmente y por precio es el del doble chevrón, que con
un moderno y austero 1.6 THP de 165 CV y caja automática, cuesta 707.500 pesos, aunque si bien luce más moderno que el japonés, su interior es considerablemente menos espacioso. Otro potencial oponente, con una plaza menos, puede ser el Dodge Journey, con motor 2.4 de 167 CV y caja automática. También muy bien equipado y con un alto nivel de calidad, tiene un valor de 47.000 dólares, o sea entre unos 85.000 a 120.000 pesos más, según la versión del Toyota.
Racional
Para hacernos una idea de qué se trata este modelo, podríamos tomar como referencia a su conocido hermano SW4, que es sutilmente más ancho y más largo, aunque su distancia entre ejes es apenas más extensa. En cuanto a la silueta, por cuestiones de habitabilidad la Innova pasa a ser más “cuadrada” en su parte trasera, sin llegar a conformar a la totalidad del público que ha tenido un contacto cercano con el vehículo. Algo similar sucede cuando se la mira de perfil, ya que las ruedas (del tamaño 205/65 con llantas de 16”) parecieran no encajar con el gran tamaño de la carrocería y sus generosos pasarruedas. En este último caso, en contraposición a lo que puede ser algo muy subjetivo, podemos defender la adopción de ese tamaño de neumáticos, ya que es una medida muy común en las gomerías locales, además de ofrecer un buen tamaño de talón para colaborar con el confort de marcha, del que hablaremos más adelante.
Adentro muestra un entorno con buena calidad percibida, al tiempo que los materiales de los apliques le dan un aspecto de cierto lujo, pero siempre en el marco de un estilo muy sobrio. Desentona la cuestionada pantalla central, que es la misma que utiliza el resto de los modelos de la marca, la que además de brindar una respuesta algo lenta, es poco práctica. Siguiendo con
el tema del equipamiento y de la pantalla, el Innova carece de navegador, aunque sí cuenta con Mirror Screen, que entre otras funciones reproduce en casi todos los casos al navegador del celular. Esta variante SRV también ofrece climatizador automático (de una sola zona), y salidas de aire con forzador para las plazas traseras. Otros ítems destacados son el control de velocidad crucero, el volante multifunción, la cámara de marcha atrás y sensores de estacionamiento traseros. La rueda de auxilio es del mismo tamaño que las cuatro titulares. Enhora- buena.
En cuestiones de seguridad, destacamos los siete airbags (que incluyen el de rodilla para el conductor), los faros con tecnología led, los faros traseros y delanteros antiniebla (ambos también de led), el asistente al arranque en pendientes y los controles de estabilidad y tracción, entre otros.
Inspira confianza
La estructura -basada en una carrocería montada sobre un chasis-, garantiza robustez y durabilidad, tal como nos tienen acostumbrandos los productos de la marca nipona. Y a pesar de que no es un SUV, ofrece buen despeje del suelo (20 cm), que no
está nada mal para circular por calles o caminos en mal estado. En este sentido, anotamos como positivo la posibilidad de andar sin demasiado cuidado, gracias a que es difícil que el vehículo roce en algún lado y, además, absorbe muy bien las imperfecciones del suelo. El precio de esta configuración es, quizá, un andar algo saltarín (que se nota solamente en caminos muy ondulados), y un rolido en ruta más marcado que lo normal, debido principalmente al largo recorrido de las suspensiones. La dirección es un poco pesada para maniobras en distancias cortas.
En cuanto a la habitabilidad, el grado de comodidad arranca de adelante para atrás con unas butacas muy cómodas en la primera
fila y con una posición de manejo con la butaca (ajustable manualmente) que tiende a ser elevada, pero nada tiene que envidiarle a la de cualquier sedán de mediano o gran tamaño. El volante se ajusta en altura y profundidad.
Los del medio, por su parte, también cuentan con buen espacio para las piernas y un ancho razonable de los cojines y respaldos, que están partidos 1/3-2/3. Los mismos se deslizan longitudinalmente y pueden reclinarse para lograr ángulos bien marcados. Los de la tercera fila ya no serán tan agraciados: el piso es más alto que adelante, el sector más estrecho y el acceso más complicado, ya que para llegar hasta allí hay que plegar los asientos del medio y desplazarse encorvándose bastante. Así y todo es de lo mejor en comparación con modelos de similares características. Cada una de las ocho plazas tiene su cinturón de seguridad inercial de tres puntos y apoyacabezas.
Con todos los asientos, en el baúl queda espacio para algunos bolsos, los que podrán alojarse en los 264 litros disponibles para tal fin, mientras que con los asientos de la tercera fila plegados (se guardan hacia los costados, como en la SW4), se logran unos muy interesantes 900 litros.
Peso pesado
La única motorización disponible para las dos versiones de Innova consiste en el naftero de 2.7 litros y 166 CV con 25 kgm de torque a las 4.000 rpm, que alguna vez supo equipar aquí las generaciones anteriores de Hilux y SW4. La configuración es de cuatro cilindros en línea, 16 válvulas con tecnología VVT-i y doble árbol de levas comandado por cadena. Tales atributos son administrados hacia el eje trasero por la caja automática de seis marchas con convertidor de par. De dicha sociedad resulta una respuesta dócil del impulsor si se lo lleva con el pie derecho liviano, como mayormente corresponde a un vehículo familiar, pero se muestra muy exigido en vueltas y con un caja con algo de retardo al momento de buscar cierta agilidad para mover los 1.755 kilos que pesa el vehículo cuando solamente viaja el conductor sin equipaje. La selectora cuenta también con el modo Sport, que estira el paso de las marchas a un régimen más alto, y una opción manual que pasa los cambios secuencialmente y obedece mejor al hacer los rebajes que cuando intentamos subir de marcha, lo que no quiere decir que no sea eficiente.
En los papeles, la Innova
alcanzó una velocidad máxima de 170,5 km/h y aceleró de 0 a 100 km/h en 11,8 segundos. La recuperación fue bastante lógica, estableciendo 9,1 segundos de 80 a 120 km/h. Por el lado del rendimiento, en el trazado urbano, circulando en el modo “ecológico” E Mode (que hace un uso más racional de los recursos, como por ejemplo el del climatizador), y haciendo un uso moderado del acelerador, el resultado obtenido fue de unos considerables 8,1 km/l, mientras que a 90 y a 120 km/h constantes acusó 13,9 km/l y unos elevados 9,9 km/l, respectivamente. Esto último, a pesar de tener una sexta bastante desmultiplicada con la que, por ejemplo, a 130 km/h viaja a un régimen de 2.900 vueltas.
A la hora de frenar -con un pedal bastante sensible y un ABS