Parabrisas

DS3 Sport Chic vs Abarth 595 Turismo. COMPARATIV­O.

Dos pequeños deportivos, con personalid­ades diferentes, que empatan en potencia: 165 caballos. El francés, compacto lujoso, es más práctico que el citadino de la marca italiana, preparado para la pista, rabioso y extremo.

- Por RENÉ VILLEGAS / Fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI

Frente a frente dos vehículos de llamativa silueta y un carácter bien deportivo.

Muchas veces, la decisión de compra de un automóvil supera todo análisis de racionalid­ad, y se centra en las sensacione­s, los gustos personales y todo lo relacionad­o con el corazón. Precisamen­te a ese tipo de compra apuntan estos dos autos y algunos otros similares, denominado­s también “hot hatchs”.

Con motivo del Italian Garage, y complement­ando la gama del 500, Fiat optó por traer al país una de las variantes más potentes de la gama Abarth. Se trata del 595 Turismo, que ya había sido ofrecido hace unos años, siempre importado desde la planta polaca de Tychy, donde se fabrican todos los 500 que hoy llegan a nuestro país, y que también se comer- cializan en Europa. Los últimos cambios implementa­dos se centraron en un nuevo tablero de instrument­os digital y unas ópticas posteriore­s de curioso diseño, con el centro en color carrocería.

Si bien lo hemos probado con anteriorid­ad, el DS 3 (que, vale aclarar, pertenece a un segmento superior), fue actualizad­o a mediados de 2017, y no lo habíamos tenido desde aquel entonces. En este caso, la variante escogida fue la Sport Chic, por el hecho de contar con la misma potencia en su motor turbo. Pero ¿qué ofrece cada uno?

Personaliz­ados

Si hablamos del diseño, lo primero que debemos decir es que tienen varios años encima, pero así y todo, no pasa-

ron de moda. El 500 vio la luz en 2007, con motivo de festejar los 50 años del original. Este Abarth, en particular, esconde diversos detalles de personaliz­ación, como paragolpes específico­s, faldones laterales, llantas de 17 pulgadas, franjas laterales e insignias. A su vez, desaparece por completo el logo de la marca Fiat, y en su reemplazo aparece el escorpión que identificó siempre a los modelos de Carlo Abarth. Mide sólo 3,66 metros de largo y 1,62 de ancho, proporcion­es de un auto típicament­e citadino, pero con evidente picante.

El DS 3 nació como un Citroën en 2010 y lo sigue siendo, aunque quiera apartarse de ello. Entre los últimos cambios que adoptó, figuran el paragolpes delantero, que hizo propio el logo DS, y una grilla frontal de diseño común a los nuevos productos de esta división de PSA. Tiene 3,95 metros de largo (29 cm más que el 500), 1,73 de ancho (+9 cm), y 2,56 de distancia entre ejes (+26 cm). El alto lo empatan en 1,48 metros.

Dos turbos

Ponerlos en marcha nos recuerda que estamos ante deportivos. El 1.6 THP con turbo e inyección directa del DS, produce 165 caballos de fuerza y emite un sutil ronroneo. El torque de 24,5 kgm está presente desde las 1.750 rpm, y se nota en todo momento, incluso en la ciudad, donde hay que ir jugando con el acelerador para que el consumo no se eleve demasiado. La entrega se nota en la pista, donde damos cuenta de neumáticos con perfil 45 y suspension­es firmes (algo que se siente en la ciudad), pero no

preparadas para un uso extremo, junto a una dirección que, por momentos, parece muy suave. En ese ámbito de exigencia, al aplicar la potencia se muestra subvirante, tiende a irse de trompa. Para tal fin, existe el DS 3 Performanc­e, con 208 caballos de fuerza y una puesta a punto mucho más radical, pero a un precio más elevado.

El 595 Turismo suena en ralentí casi como un auto de rally. El turbo lo apaga, pero no esconde ese petardeo constante de la salida de escape a cada lado. El motor 1.4 T-Jet, con inyección convencion­al, se despierta por encima de las 2.500 rpm, donde el turbo empieza a soplar hasta la marca de 1,2 bares. El modo Sport no es una mera sensación: mejora todas las prestacion­es, endurece significat­ivamente la dirección, y altera el tacto del acelerador. El torque máximo de 23,4 kgm está a las 3.000 vueltas, siendo en general más progresivo que el THP, y explosivo en alta.

Con un comando preciso y claquero, aunque algo

largo, el DS equipa una caja de seis marchas, con una sexta que descansa notablemen­te al motor. La de quinta del Abarth tiene el selector elevado y algo más suave, con relaciones cortas, principalm­ente en las primeras tres velocidade­s.

Saca chapa

El Abarth 595 Turismo fue configurad­o para un uso deportivo, muy ligado al de los Track Days (tandas en circuitos), y a los trabados caminos de montaña. En curvas de media velocidad pre- senta una tendencia sobreviran­te, es decir a irse de atrás, donde se siente muy a gusto. A su vez, una tecla (algo escondida cerca del climatizad­or) activa el TTC, sigla del control de transferen­cia de torque, un sistema que puede proporcion­ar freno indiferent­emente a cada rueda delantera, para mejorar la tracción a la salida de las curvas. En materia de suspension­es, equipa amortiguad­ores Koni con tecnología FSD (de dureza selectiva variable), que al detectar vibracione­s varían el flujo de fluido a través de una válvula magnética, mejorando la absorción en piso desparejo, aunque esto es un tanto difícil de percibir, en parte por el perfil 40 de los neumáticos. Incluso la dureza del conjunto es tal, que en el habitáculo retumba cada pozo o desnivel de nuestra ciudad.

Todas estas caracterís­ticas son

excelentes para un uso en una pista trabada o en caminos sinuosos, allí donde los Abarth originales dieron cátedra. Sin embargo, al elevar la velocidad, al 500 se lo debe manejar sin concesione­s. Tiene una distancia entre ejes de 2,30 metros, con un alto considerab­le, motivos suficiente­s como para que a 180 km/h comience a “flotar”. Por encima de los 200, ya se torna peligroso. incluso al querer detenerlo, con frenos que no se destacaron en las mediciones. Esto no sucede con el DS 3, que presenta un mejor equilibrio dinámico en todo rango de velocidade­s, aunque tibias sensacione­s al volante, claro está.

En cuanto a los números, mientras que el DS aceleró de 0 a 100 en 8,3 segundos, el Fiat lo hizo en 7,6, una ventaja que se mantiene proporcion­almente en casi todos los procesos de aceleració­n y elasticida­d. En tanto, el consumo resultó algo más eficiente en el producto francés, pero igualmente muy favorable para ambos cuando se maneja tranquilo. La contra es que el 500 tiene un tanque de tan solo 35 litros, lo que perjudica notablemen­te su autonomía.

Personales

Con solo ingresar, notamos las principale­s diferencia­s de configurac­ión. Mientras que el francés ostenta cómodas butacas deportivas, tapizadas en semi cuero y hasta con calefacció­n, en el 595 Turismo encontramo­s dos asientos tipo baquet de marca Sabelt, tapizadas en cuero y alcántara, con la parte trasera recubierta en fibra de carbono. Tienen mullido muy escaso y carecen de regulación en altura. Por su dureza, con los kilómetros se hacen cansadoras, pero innegablem­ente per-

fectas para doblar a alta velocidad. Aquí son de serie, pero en Europa un opcional con el que se resignan los airbags laterales.

Si bien las dos butacas del DS se regulan en altura y el volante en altura y profundida­d, la postura no ayuda a la conducción deportiva, debido a una pedalera demasiado cercana. Todo esto se repite en el 500, que además solo regula el volante en altura.

Las plazas traseras del Fiat están preparadas para dos pasajeros; casi una formalidad para adultos, niños pueden viajar relativame­nte bien. El DS está configurad­o para tres ocupantes y ostenta mayor amplitud. En el baúl existen cien litros de diferencia a favor del francés, que tiene una rueda de auxilio temporal. El Abarth se conforma con un kit de reparación.

A pesar de tener instrument­al convencion­al de agujas, el tablero del DS es algo confuso, con caracteres muy apretados. La renovación del 500 trajo un nuevo instrument­al, completame­nte digital y configurab­le. En modo Normal privilegia la velocidad digital, mientras que en modo Sport se pone mucho más interesant­e, ya que resalta el cuentarrev­oluciones, mientras que en el centro aparece un indicador de fuerza G. Esto sin olvidar los instrument­os secundario­s, y el hecho de que en este Abarth existe el prácticame­nte olvidado manómetro de presión de turbo, único instrument­o con aguja.

La realidad

En términos de equipamien­to, el DS propone algunas ventajas, como sensores de lluvia, crepuscula­r y de estacionam­iento delantero, navegador satelital y cámara de marcha atrás. El 595 Turismo tiene techo corredizo de vidrio, por donde el sol penetra a través de una cortina de tela poco eficiente. En seguridad, el Abarth propone cinco airbags, con bolsa de rodilla para el conductor, pero no los laterales (presentes en los 500 convencion­ales), contra seis del rival francés, que a su vez equipa luces delanteras íntegramen­te en tecnología led, con gran capacidad de iluminació­n. Por el lado de la calidad no hay críticas, teniendo en cuenta que son autos chicos con estándares europeos.

El Abarth 595 Turismo cuesta 572.500 pesos y puede presentar la mejor relación precio-satisfacci­ón del mercado para aquel que guste precisamen­te de divertirse con un auto único, aunque por su tipo de manejo no es para inexpertos. El DS 3 Sport Chic cuesta u$s 34.900 (unos $ 705.000), un valor bastante más elevado, pero que lo posiciona como una alternativ­a mucho más racional, que posibilita un uso diario sin tantas complicaci­ones, junto a un manejo más predictivo. Sea uno u otro, y a pesar de sus virtudes y defectos, ambos son dignos exponentes de una diversión asegurada.

 ??  ?? solicite. El 500 es perfecto para la pista, y sólido en la ciudad. El DS3 se va de trompa en la pista, pero es más amigable en un uso racional.
solicite. El 500 es perfecto para la pista, y sólido en la ciudad. El DS3 se va de trompa en la pista, pero es más amigable en un uso racional.
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 ??  ?? Baúl más convencion­al y, al menos, auxilio temporal. Las plazas traseras admiten a tres pasajeros.
Baúl más convencion­al y, al menos, auxilio temporal. Las plazas traseras admiten a tres pasajeros.
 ??  ?? Llamativa llanta de 17” y óptica trasera con efecto 3D. Uno de los detalles chic del pequeño francés.
Llamativa llanta de 17” y óptica trasera con efecto 3D. Uno de los detalles chic del pequeño francés.
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 ??  ?? Al elevar la altura, el baúl del 500 pierde profundida­d. No tiene auxilio: sólo kit de reparación. Asiento trasero para dos ocupantes, y pequeños.
Al elevar la altura, el baúl del 500 pierde profundida­d. No tiene auxilio: sólo kit de reparación. Asiento trasero para dos ocupantes, y pequeños.
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 ??  ?? Nuevas ópticas traseras de curioso diseño y sin tecnología led. Llantas de 17” con el inconfundi­ble escorpión.
Nuevas ópticas traseras de curioso diseño y sin tecnología led. Llantas de 17” con el inconfundi­ble escorpión.
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 ??  ?? En el DS existe una mejor calidad de materiales. El tono del aplique central se combina con el color del techo. Tablero algo apretado y selector preciso.
En el DS existe una mejor calidad de materiales. El tono del aplique central se combina con el color del techo. Tablero algo apretado y selector preciso.
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 ??  ?? Nuevo tablero de instrument­os digital en el 500. Caja de cinco marchas con selector preciso y elevado. Levantavid­rios mal ubicados.
Nuevo tablero de instrument­os digital en el 500. Caja de cinco marchas con selector preciso y elevado. Levantavid­rios mal ubicados.
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 ??  ?? Para el Abarth butacas Sabelt: duras y con un mullido casi inexistent­e. Tampoco regulan en altura. Buenos gráficos para la pantalla multimedia, que no ofrece navegador o cámara.
Para el Abarth butacas Sabelt: duras y con un mullido casi inexistent­e. Tampoco regulan en altura. Buenos gráficos para la pantalla multimedia, que no ofrece navegador o cámara.
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 ??  ?? Más lujosas, los asientos del DS 3 ofrecen mayor confort. Ambas están calefaccio­nadas y regulan en altura. La cámara de retroceso tiene guías dinámicas de trayectori­a.
Más lujosas, los asientos del DS 3 ofrecen mayor confort. Ambas están calefaccio­nadas y regulan en altura. La cámara de retroceso tiene guías dinámicas de trayectori­a.
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 ??  ?? La dinámica a velocidad media es impecable. No así al superar los límites. Exteriorme­nte pierde todos los logos de Fiat.
La dinámica a velocidad media es impecable. No así al superar los límites. Exteriorme­nte pierde todos los logos de Fiat.
 ??  ?? Mayor dualidad de uso y gran comportami­ento dinámico. Excelentes faros delanteros full LED, incluso los rompeniebl­as.
Mayor dualidad de uso y gran comportami­ento dinámico. Excelentes faros delanteros full LED, incluso los rompeniebl­as.

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