Baterías libres de mantenimiento
Los fabricantes de acumuladores así denominan a todo producto que no necesita reposición de agua destilada a lo largo de toda su vida útil. Esto en condiciones ideales, que no siempre se dan. Además, ninguna batería es totalmente sellada.
Una ligera sobrecarga del acumulador se traduce en un mayor consumo del agua destilada que compone al electrólito (solución de agua y ácido sulfúrico) que baña las placas de la batería, y puede llegar el momento en que el mayor paso de corriente hace descender tanto el nivel del electrólito que quedan al descubierto las placas y el acumulador sufre un daño irreversible. Por el contrario, si la falla hace que la carga del alternador no sea suficiente, la batería se descargará rápidamente y nos encontraremos un día con la desagradable sorpresa de que nuestro automóvil no arranca, principalmente en los días de invierno. A las personas huérfanas de toda posibilidad de agregar agua destilada al acumulador debido a que ahora ya no tiene los clásicos tapones de antaño, les contestamos que, aparte de controlar el estado de su batería a través de los indicadores de colores ubicados en posición superior, lleven sus unidades a un taller de electricidad cada seis meses para que verifiquen que es correcta la carga del alternador, aunque no se enciendan lámparas en el tablero. Muchas veces sucede también que la falla reside en el regulador de voltaje. Todas las baterías del tipo selladas traen algún sistema de ventilación especial para evitar que exploten ante una eventual sobrecarga, pero no siempre pueden evitarlo. Nunca se debe fumar ni encender ningún tipo de llama. Si no hacemos caso a esta precaución y el motor está en marcha y con el capó abierto, puede llegar a resultar mortal, dado que el hidrógeno que desprende la batería, al tomar contacto con el aire ambiente y con la llama (por pequeña que sea) crea una explosión de efectos devastadores. Ahora también se aplican en diferentes modelos de algunas marcas baterías de iones de litio (Li-ión) en lugar de las tradicionales de plomo-ácido, que trabajan con 12 voltios y, en modelos muy recientes, con 48 voltios. Estas baterías, aplicadas por general en los automóviles que traen sistema de parada y arranque automático del motor (stop-start) también son libres de todo mantenimiento, y su inspección solo la puede realizar el concesionario de la marca.