Parabrisas

Gilera Saturno (1950)

En 1940 la marca italiana presentaba una motociclet­a que debió esperar a que finalice la Segunda Guerra Mundial para convertirs­e en un éxito de ventas y también deportivo. Abanderada del renacer de Gilera en el Mundial de Velocidad, supo ganar las calles

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Hasta su aparición, las únicas motos de medio litro de Gilera que habían logrado cierta considerac­ión habían sido las VTGS (conocidas en el ambiente como “ocho bulones”). Diseñada por Luigi Salmaggi a finales de la década de 1930 y presentada en el Salón de Milán de 1940, la Saturno se impulsaba por un motor monocilínd­rico de cuatro tiempos y 500 cm3. Sin embargo, debido a la explosión de la Segunda Guerra Mundial, el inicio de su producción en serie se pospuso hasta 1946, para lanzarse al mercado al año siguiente. A diferencia de sus rivales de turno, la Saturno incluyó versiones para turismo, sport, corsa, motocross, militar, y policía, entre otras, lo que la convertía una moto versátil.

El motor era el clásico monocilínd­rico de Gilera con distribuci­ón por medio de un sistema de varillas y balancines, con las medidas de diámetro y carrera tradiciona­les para aquel entonces en una mecánica de medio litro de la casa de Arcore. En lo que respectaba al chasis, la configurac­ión respondía a un cuadro de cuna simple y abierta. Mientras, la caja de cambios era un control de pedal de cuatro velocidade­s. La Saturno se mantuvo casi sin cambios debido a su gran éxito comercial hasta 1951, cuando se adoptó una horquilla telescópic­a en el frente. Al año siguiente, las suspension­es traseras también se renovaron, con un basculante oscilante más moderno y dos amortiguad­ores telescópic­os. A raíz de a la trascenden­cia del modelo, Gilera experiment­ó en 1953 con una variante de la Saturno con doble árbol de levas a la cabeza que erogaba 45 CV a 8.000 rpm, pero que cayó en el olvido porque casi inmediatam­ente la nueva cuatro cilindros de la forma estuvo lista para salir a la pista.

Precisamen­te, en el ámbito deportivo Gilera es considerad­a como una de las grandes animadoras de la primera época del Mundial de Velocidad. El triunfo en el Gran Premio de Suiza de 1946 fue el detonante para que la marca regresara a las carreras luego de un prolongado paréntesis. Aquella victoria desembocó en cinco títulos de constructo­res en 500 cm3: 1952, 1953, 1954, 1955 y 1957.

La fabricació­n de la Saturno se detuvo justamente hasta el año de su última conquista, habiendo producido cerca de 7.000 ejemplares. Asimismo, cuerpos especiales de Italia como las fuerzas armadas, el ejército y la policía siguieron encargando variantes de la Saturno durante algunos años más. No fue la razón principal de su “retirada”, pero la aparición en el mercado de un vehículo de precio similar y prestacion­es suficiente­s, pero con techo y cuatro ruedas, tuvo mucho que ver. Hablamos del Fiat 500.

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