Peugeot 3008 HDI
La variante Diesel del nuevo SUV del león es un modelo que marca el camino de la modernidad en el segmento. Además de la eficacia del motor, se destaca el equipamiento, con tecnologías de avanzada.
Hace no mucho tiempo, los vehículos de pasajeros propulsados por motores Diesel eran poco menos que discriminados. Aquellos que peinan canas (muchas) recordarán que existía cierto prejuicio sobre “los gasoleros”, especialmente por su comportamiento intempestivo y ruidoso.
Pero, como sucede con toda la tecnología, los avances y descubrimientos van dejando de lado los prejuicios y, con el esfuerzo de técnicos e ingenieros, todo se mejora. Los motores a gasoil vivieron su esplendor especialmente en el mercado europeo, auge que fue cayendo lentamente y que tuvo su punto crítico con el llamado Diesel Gate de Volkswagen. Ese episodio, en el que la marca alemana reconoció que alteraba el software de los motores implicados para alcanzar los niveles de gases contaminantes exigidos por la ley, impulsó a muchos países a acelerar la aplicación de una norma que se venía barajando desde hacía largo tiempo: prohibir los motores Diesel.
Pero de este lado del charco la realidad es muy distinta, aunque la oferta de modelos gasoleros es realmente acotada. Hoy, una de las terminales que ofrece mayor cantidad de unidades de este tipo es el grupo PSA Peugeot-Citroën, en cuya cartera aparecen modelos para todos los gustos, entre ellos algunos que representan lo más avanzado en materia tecnológica. El Peugeot 3008 es uno de ellos. La variante Diesel de este renovado producto llega a nuestro mercado en una sola versión, GT Line HDI (hay otras dos nafteras con motor THP), y lo hace con pergaminos suficientes como para entender la evolución de la tecnología Diesel.
Ahora es así
El nuevo 3008 adopta un diseño que lo instala de lleno en el segmento de los SUVs (ya hablamos de esto en la edición 468 de Parabrisas, correspondiente a octubre de 2017, cuando analizamos la versión THP GT Line Tiptronic), pero se afianza en ese espacio gracias al amplio habitácu-
lo (el baúl también es generoso, con 520 litros de capacidad) y al nivel de equipamiento del que dispone, una condición especialmente requerida por los usuarios de este tipo de unidades.
Cuando analizamos la lista que aparece en la página 50, vemos que la dotación es realmente completa, pero se hace interesante cuando probamos algunos de esos elementos. Entre ellos tenemos que hacer hincapié en los dispositivos que hacen de este 3008 uno de los productos más avanzados del segmento entre los de marcas generalistas, equipos y sistemas que se anotan en ese gran espacio por descubrir denominado “conducción autónoma”.
Efectivamente, según SAE, son seis los niveles de conducción au- tónoma, teniendo al nivel 0 como aquel que se aplica a vehículos que cuentan únicamente con dispositivos de alerta luminosos o sonoros (un humano está a cargo del manejo), y al nivel 6 aplicado a unidades en las cuales los pasajeros se desentienden completamente de la conducción. El 3008 se inscribe en el nivel 1, ya que dispone de sistemas de velocidad crucero adaptativo, de mantenimiento de carril, de control de ángulo ciego y de frenado automático de emergencia.
El primero de los sistemas mencionados es especialmente aprovechable cuando viajamos en la ruta. El piloto elige la distancia a la que quiere circular con respecto del vehículo de adelante (corto, mediano, largo), y el
sistema electrónico se ocupa de mantener la distancia de manera que bajará la velocidad si aquel desacelera y recuperará el ritmo hasta alcanzar la velocidad fijada si no tiene interferencias en el camino. Si el auto de adelante frena a cero, el 3008 también lo hará.
El sistema de mantenimiento de carril advierte al conductor y provoca una asistencia activa sobre el volante, mientras que el sensor de ángulo ciego es del tipo activo, con intervención en el manejo y corrección de la trayectoria. El de frenado automático detiene el auto por completo en caso de riesgo de colisión.
Agrega también otros dispositivos de factura moderna,
tales como conmutación automática de luces altas, reconocimiento de carteles, cámara de visión 360 y asistente de estacionamiento, entre otros.
Esos avances tecnológicos se ven asimismo en el tablero, ciento por ciento digital.
Por supuesto, este modelo adopta la tercera generación de la configuración i-Cockpit (volante de diámetro pequeño y tablero sobreelevado), y una pantalla del tipo flotante para diversas funciones entre ellas navegador.
Butacas eléctricas, tapizados de símil cuero de buena calidad, techo panorámico, equipo de audio Focal, climatizador bizona, completan la dotación que solo tiene como punto flaco la rueda de repuesto del tipo temporal.
Muy eficaz
Los motores Diesel para vehículos de uso particular están condenados a desaparecer. Como decimos más arriba, algunos países europeos le han puesto fecha de defunción, y varias terminales decidieron dejar de fabricarlos. Es que la contaminación del gasoil es muy alta y, evidentemente, los niveles de emisiones que exigen las normas son difíciles de alcanzar por las terminales... Una pena. Es que en términos de eficacia termodinámica, no hay máquina de combustión interna que se equipare a los gasoleros. Este 3008 es una gran muestra de esos niveles de respuesta: no tiene nada que envidiar a sus hermanos nafteros. El propulsor 2.0 de 150 CV responde de manera impecable y se combina con una caja automática de seis velocidades también de destacado
accionar. Por supuesto, también emplea al dispositivo Grip Control que permite elegir entre cinco modos de conducción, según el tipo de terreno: Nieve, Barro, Arena, Carretera y ESP off. La tracción es siempre delantera.
Si comparamos el 3008 HDI Tiptronic (150 CV y 37,7 kgm) con el 3008 THP Tiptronic (163 CV y 24,5 kgm), vemos esa paridad. En nuestras pruebas, el modelo que aquí analizamos alcanzó una velocidad máxima de 190,3 km/h, mientras que el naftero marcó 195,9 km/h, al tiempo que en la prueba de aceleración de 0 a 100 km/h, el primero necesitó 9,7 segundos, solo una décima más que el THP (9,6 segundos), la misma diferencia que medimos en las pruebas de elasticidad: para pasar de 80 a 120 km/h, el HDI necesitó 6,9 segundos, mientras que el THP marcó 6,8 segundos.
Y para seguir con las similitudes, el consumo se mueve en esos términos. Ambos logran un rendi- miento promedio parecido (12,7 km/l el Diesel; 13 km/l el naftero), pero lo hacen por caminos diferentes: mientras que el HDI es más equilibrado, el naftero gasta mucho en ciudad, pero compensa con un bajo consumo en ruta.
Encontramos más puntos de contacto: en la respuesta de las suspensiones y la dirección, sistemas perfectamente adecuados para ofrecer un excelente confort de marcha. También en las distancias de frenado: algo largas.
Más de un millón
Al momento de escribir estas líneas, la Argentina estaba envuelta en una oscura nube financiera, otro de los “clásicos” avatares que sacuden los cimientos del país y la economía de los ciudadanos. Por eso es muy factible que, cuando lea esta nota, el precio del Peugeot 3008 GT Line HDI Tiptronic sea otro. No obstante, el que aquí publicamos ya es elevado: 1.142.200 pesos. Sin embargo, si lo comparamos con sus rivales directos, el 3008 HDI queda en una posición intermedia, entre el Kia Sportage EX 4x2 CRDI A/T, que se vende a 44.900 dólares (1.064.130 pesos según la lista de la marca al día del cierre de esta edición), y el Hyundai Tucson 4WD AT Full Premium, que cuesta 53.900 dólares (1.277.430 pesos), aunque en este caso la tracción es integral. Vale recordar que estos dos modelos de origen surcoreano comparten plataforma y motorización y son más potentes que el 3008, pero ninguno ofrece el nivel de equipamiento que pone al modelo del león rumbo a una nueva modalidad en la conducción.