TOYOTA ETIOS XLS AT TEST.
El modelo más vendido en lo que va del año ofrece ahora ESP para toda la gama. Un compacto que, con buen espacio interior y equipamiento básico, conforma una buena relación precio/producto.
El modelo que desbancó al VW Gol en el ránking de ventas, ahora suma control de estabilidad.
Hace pocos meses, el Etios apareció con algunos cambios. Las modificaciones estéticas fueron nimias: las variantes XLS y Platinum ahora se diferencian por la parrilla frontal oscura, con terminaciones en negro brillante, al igual que las ópticas delanteras, que lucen un enmascarado, también en oscuro. Mecánicamente no hay novedades, salvo la incorporación de control de estabilidad y tracción para toda la gama, y asistente al arranque en pendientes.
Todo esto para mantenerse al frente en un mercado (hasta mayo de 2018 se habían patentado 17.939 unidades) en cual su segmento es el que manda habitualmente, y en el que sólo podría ser superado si, por ejemplo, los Chevrolet Prisma y Onix tuvieran un nombre en común para sumar un total de 31.804 unidades patentadas en el mismo período. Más allá de estos recursos de marketing, el modelo de Toyota supo hacerse camino gracias a una buena relación precio/producto y a la fama ganada por la
marca en cuanto a la durabilidad de sus productos y el reconocido servicio posventa.
Probamos la variante automática de la versión XLS, el escalón inferior a la tope de gama, denominada Platinum.
Sin estridencias
Tal como señalamos en anteriores oportunidades, el aspecto interior es algo rústico, con un tablero de instrumentos totalmente digital, polémicamente ubicado en el centro del panel frontal; cuenta con un velocímetro de grandes números, un cuentavueltas al estilo analógico, lo mismo que los indicadores de nivel de combustible y temperatura del agua del motor, los que se muestran bastante precisos.
Con regulación en altura para el asiento del conductor, la posición de manejo es cómoda, incluso para personas de elevada estatura. Atrás, el espacio es bastante adecuado para dos adul- tos y un menor en el medio. El baúl ofrece 270 litros, volumen poco generoso frente a algunos modelos de su segmento, y, por supuesto, muy inferior a los 562 que ofrece el sedán. El respaldo se pliega para ganar espacio, con la salvedad de que es enterizo y no partido en 1/3-2/3, como propone la mayoría de los autos de su tipo.
Confiabilidad esperada
El motor es un 1.5 Dual VVT-i (variación inteligente de sincronización de válvulas) que entrega una potencia de 103 CV y un torque de 14 kgm conseguidos a elevadas 4.200 rpm. Bajo dichos parámetros, el Etios automático alcanza una modesta velocidad máxima de 159,2 km/h, y acelera de 0 a 100 km/h h en 11,8 segundos. En tanto, pasar de 80 a 120 km/h le insume 8,7 segundos.
Para quienes gustan de las cajas automáticas, el Etios es uno de los pocos modelos de entrada que las ofrecen. En este caso, se trata de una simple caja con convertidor de par de cuatro marchas, la misma que equipaba el Toyota de la vieja generación. En líneas generales, el comportamiento es lógico para el desenvolvimiento urbano, mientras que cuando se la exige un poco, su respuesta es algo más lenta y con las caídas de vuelta del motor más marcadas. No ofrece modo Sport, pero sí se pueden forzar las tres primeras marchas para usos muy específicos, como por ejemplo, andar por caminos resbaladizos.
En términos de rendimiento, este hatchback -que para darnos una idea, viaja a 130 km/h con el motor a 3.000 rpm-, en la ciudad registra 9,8 km/l; en ruta a 90 km/h establece unos buenos 19,1 km/l, y a 120 responde con muy razonables 13,7 km/l.
Ni más, ni menos
Teniendo en cuenta que, como dijimos, la XLS no es la versión tope de gama, el equipamiento no es su fuerte. Es por ese motivo que entre la dotación de confort no encontraremos ítems como navegador satelital, cámara de marcha atrás o sensores de estacionamiento, entre los más importantes. Sí ofrece cuatro levantavidrios (sólo el del conductor con “un toque”), computadora de a bordo, volante multifunción y control de velocidad crucero. La rueda de auxilio, por su parte, es de igual medida que el resto, aunque está calzada en llanta de chapa y no de aleación, como las cuatro titulares.
En cuanto a la seguridad, además del ESP y los controles ya
mencionados, ofrece doble airbag, faros antiniebla delanteros, ABS con EBD y anclajes Isofix, entre lo más destacado.
Muy maniobrable
Con un esquema de suspensiones que se muestra firme, en ciudad el buen andar general sólo se ve afectado por imperfecciones del piso muy marcadas, que producen golpeteos. En ruta es bastante estable, y los vientos laterales no lo afectan demasiado. Sin llegar a ser un deportivo (ni mucho menos), en las curvas dobla bien y, llegado el caso de excederse, como lo hicimos nosotros adrede, cuenta con la efectividad de un control de estabilidad (Toyota lo denomina VSC) muy celoso.
Gracias a la asistencia electró- nica, la dirección es muy liviana para maniobrar en ciudad, y quizá poco directa para una conducción más ágil.
La gran ventaja
Esta versión de Etios cuesta 364.800 pesos. Si consideramos que se trata de un automático, por características y precio el rival más directo es el Nissan March Advance Media-Tech AT de cuatro marchas y motor 1.6 L de 107 caballos, que cuesta 384.800 pesos. El valor de ambos está bastante por debajo de otro posible competidor, el Chevrolet Onix. El producto del logo del moño, bastante más equipado, alcanza los 422.900 pesos para su versión LTZ AT de seis marchas y con 98 CV. Modelos como el Ford Ka, Renault Sandero, el Volkswagen Gol y otros probables contrincantes, no ofrecen caja automática, por lo que quedan fuera de esta contienda..