KIA SORENTO 2.2 CDI CONTACTO.
Una alternativa singular con tres filas de asientos, potente motor Diesel, tracción 4x4 y alta cuota de confort. Precio elevado y excelente garantía.
Ofrece siete plazas, motor Diesel, caja automática y tracción intergal.
Por lo general, cuando se habla de autos, se considera que los modelos alemanes son los que marcan la referencia en términos de calidad, tecnología y, sobre todo, status. No es casual que en nuestro país -y podríamos decir que en el resto del mundo-, Mercedes-Benz, BMW y Audi marcan el ritmo dentro del universo Premium. Así, el objetivo de los fabricantes generalistas es acercarse lo más posible a esas marcas, pero manteniendo un precio más competitivo. Y en esta lucha, los coreanos no quieren quedarse al margen y buscan seducir a la clase media, en diferentes mercados, en base a calidad, confiabilidad (lo avalan sus cinco años de garantía, y en otros países hasta siete) y, por qué no, diseño.
En este sentido, Kia no tiene casi
materias pendientes, ya que sus productos fueron evolucionando hasta alcanzar niveles muy respetables en términos de calidad, y también un atractivo cada vez mayor, gracias a contratar a los mejores diseñadores para que sus autos no pasen inadvertidos.
Refrescando la gama
Hacia fines del año pasado, Kia hizo la presentación del Sorento GT Line, una variante con mayor nivel de equipamiento que el SUV de siete asientos. Poco tiempo después, durante la temporada de verano, exhibió en Cariló los modelos de la marca, haciendo hincapié en la gama Sorento que se diferencia por ofrecer versiones 4x2 y 4x4, con motores nafteros y Diesel. Este modelo se encuentra actualmente en la mitad del ciclo de vida de la tercera generación. No tuvo grandes cambios, pero todavía se perfila como una alternativa interesante dentro del acotado segmento al que pertenece. Aprovechamos para probar la variante 4x4 con motor turbodiésel.
El diseño del Kia Sorento tiene cierta apariencia sofisticada, aunque con el paso de los años luce más bien convencional, sobre todo si lo comparamos con
su hermano menor, el Sportage, que goza de mayor gracia en sus líneas. Lógicamente, en el segmento al que pertenece, sus clientes buscan algo más que un diseño bonito. Este modelo comparte plataforma con la Hyundai Santa Fe (aunque recientemente se presentó en Ginebra su nueva generación), que se vende en la actualidad, pero es levemente más grande.
Calidad percibida
Una vez adentro, la percepción es que todo parece convencio- nal, pero también resulta muy funcional. Los plásticos, aunque no lo aparentan a la vista, tienen un tacto blando y están bien ajustados en todos los rincones del habitáculo. La pantalla central aporta más sofisticación, aunque no cuenta con navegador
de serie; a cambio, ofrece los sistemas Android Auto y Apple Car Play.
Con respecto al equipamiento de serie, la dotación es aceptable; sin embargo, para un modelo de su precio debería ofrecer algunos sistemas como el detector de fatiga, el asistente de mantenimiento de carril, el asistente dinámico de luces delanteras y un equipo de sonido algo más sofisticado, como los que se ofrecen en otros mercados.
La posición de manejo resulta muy cómoda, con regulaciones eléctricas de la butaca y también volante regulable en altura y profundidad. Todos los comandos están a mano y bien pensados.
El habitáculo es amplio y muy confortable. Se destacan los ajus- tes múltiples de la segunda fila de asientos, que incluso permiten reclinarse bastante para viajar con un alto nivel de relax. El baúl es muy generoso: con siete asientos y sus pasajeros sentados, ofrece 320 dm3, y 615 si los ocupantes son cinco, es decir de los mejores valores en su segmento.
Poder Diesel con ocho marchas
La unidad que manejamos estaba equipada con un motor turbodiésel de 2,2 litros, 200 caballos de potencia y 45 kgm de torque a 1.800 rpm. Una vez en marcha, se percibe el buen trabajo de la caja de cambios automática de 8 marchas. Es suave, y el paso de los cambios no se hace notar. Esta transmisión, desarrollada
por Kia, brinda una respuesta bastante inmediata.
Cuenta, a su vez, con cuatro modos de conducción, de acuerdo con las necesidades del momento. Las posibilidades son Eco, Comfort, Sport, y el más moderno Smart. Éste último estudia la forma de conducir para ir mezclando los tres anteriores e intentar adaptarse mejor a lo que el piloto demanda. Las prestaciones y la respuesta del propulsor son contundentes: acelera de 0 a 100 km/h en sólo 9,9 segundos, y logra una máxima de 202 km/h, con un consumo medio de poco más de 12 kilómetros por cada litro de gasoil.
Lejos del off-road, cerca del confort
El sistema de tracción es integral, sin caja reductora, y trabaja básicamente con la tracción delantera, aunque el conductor
puede optar a voluntad por el acoplamiento del semieje trasero, pulsando el botón que hay en la consola. Esto, sumado a sus neumáticos de 18 pulgadas para asfalto y sus ángulos característicos, dejan en evidencia que no es un modelo preparado para aventurarse y exigirlo en un off-road técnico. Pero, eso sí: el Sorento te permite entrar y salir de la playa sin problemas, e incursionar por algún camino en mal estado o nieve con mayor seguridad que un vehículo de tracción convencional.
De este modo, es un modelo que invita a realizar largos periplos por la ruta, donde se luce por la insonorización del habitáculo. También ofrece un excelente confort de marcha en ciudad, con suspensiones que absorben muy bien las irregularidades y los empedrados. La seguridad está razonablemente cubierta, con cuatro generosos frenos de discos que responden correctamente para un modelo de su porte. También cuenta con múltiples airbags, control de estabilidad, etcétera. Pero faltan algunas dotaciones, como las que comentamos anteriormente, sobre todo si se considera su precio, que asciende a 1.736.000 pesos.
En resumen, quien busca un modelo de estas características sabe que el universo es muy acotado, y termina en el debate de si comprarse una Toyota SW4 o una Chevrolet Trailblazer, que derivan de una pick-up, o una Hyundai Santa Fe, tan confortable como la Sorento, que utiliza misma caja y motores, y que más allá de algunas diferencias de equipamiento, ofrecen similares cuotas de confort.
Sin dudas, este es un modelo para disfrutar en familia con las prestaciones de un auto para viajar... en tanto lo que se busque no sea aventurarse a subir montañas o desafiar los caminos más difíciles.