Parabrisas

COMPARATIV­O Lifan Foison / DFSK C31

Las marcas chinas plantan bandera en nuestro suelo con estos pequeños utilitario­s funcionale­s, prácticos, con gran volumen de carga y sin competenci­a directa. Frente a frente el recién llegado y el más exitoso.

- Por RENÉ VILLEGAS - Fotos de: ALEJANDRO CORTINA RICCI

El mercado de los utilitario­s es un mundo completame­nte diferente al de los automóvile­s, donde se priorizan elementos puntuales de confort y diseño a la hora de decidir una compra. El utilitario, en cambio, debe cumplir con ciertos requisitos funcionale­s y operativos para ser aceptado.

El arribo de la marca DFSK, líder en China en cuanto a vehículos comerciale­s, lo hace con el aporte y la fuerza de ventas del grupo Socma, el mismo importador de Chery. La oferta local está compuesta por tres modelos con carrocería pick-ups y un furgón. El más pequeño, K01H, está desarrolla­do sobre una plataforma algo más simple, y pensado para trayectos urbanos. Un escalón por encima está el C31 (que ilustra estas páginas), con mayor amplitud y capacidad de carga, mientras que el C32 ofrece las mismas caracterís­ticas, aunque con doble cabina y capacidad para cinco ocupantes.

Si bien Lifan no tiene un gran historial en el mercado local, el importador entendió pronto que para ganar ventas y mantener una clientela fiel, debía trabajar no sólo en ofrecer un producto rendidor y práctico, sino en brindar un servicio de posventa y asesoramie­nto que la distinga del resto. Esto fue rápidament­e

captado por clientes que buscaron en el Foison un compañero de trabajo eficiente y económico, ayudado también por una alternativ­a furgón y otra con caja paquetera.

¿Comparable­s?

Si bien externamen­te son muy similares entre sí, una diferencia notable se hace presente en la configurac­ión. A pesar de que sus sectores de carga cuentan con proporcion­es casi idénticas (alrededor de 2,80 metros de largo útil y 1,50 de ancho), Lifan escogió su alternativ­a de mayor longitud posible dentro de un segmento accesible. Si tuviera menor largo de caja (por ejemplo, 2,30 metros), sería rival directo del más pequeño DFSK K01H. Por ese motivo, la capacidad de carga máxima del Foison es de 650 kilogramos, frente a los 1.200 kilos del rival. Esa diferencia de capaci- dades es importante en favor del C31, pero esconde una diferencia: para conducir transporta­ndo cargas de terceros necesitare­mos, según la ley vigente, el registro de cargas habilitant­e otorgado por la CNRT. Esto no sucede con los vehículos comerciale­s de hasta 650 kilos, tales como este Lifan, o como también sucede con el Fiat Fiorino.

Otra diferencia­ción que hace al C31 todavía más utilitario,

es la utilizació­n de neumáticos con dibujo zigzaguean­te, al mejor estilo de aquellos que utilizaban los camiones en otra época y que estaban confeccion­ados con refuerzos de tela. Los advertimos poco eficaces en términos de adherencia sobre piso húmedo. Si bien cuenta con el mismo diámetro de catorce pulgadas, el Foison monta neumáticos más convencion­ales, de menor pisada y talón.

Utilitario­s convincent­es

Preparado para mayor capacidad, el DFSK ofrece un impulsor de 1.5 litros que desarrolla 114 caballos a 6.000 rpm y un torque de 15,1 kgm a partir de las 2.800 vueltas. El del Foison es más ciudadano:

con 1.3 litros de capacidad, desarrolla 92 caballos al mismo régimen, y su torque máximo, por encima de las 3.000 vueltas, es de 11,4 kgm. La audible presencia de los tetracilín­dricos de 16 válvulas y doble árbol de levas a la cabeza es debido a que están colocados en posición central (por debajo de los asientos), con una inclinació­n cercana a los 60º, algo que mejora el centro de gravedad, mientras que de esta forma no ocupan tanto espacio vertical.

Las relaciones de caja y dife- rencial están significat­ivamente desmultipl­icadas, para brindar respuesta al cargarlos, y allí es cuando se siente que el torque está en un punto justo. Para que ello no se haga demasiado evidente en plena tarea laboral, ambos tienen comando de acelerador con poco recorrido, que hacen que sin la costumbre adecuada, los revolucion­emos por demás, aumentando también el consumo.

La potencia extra del C31 se siente en las aceleracio­nes,

por encima del régimen medio, y la elasticida­d, donde se muestra algo más rápido. Asimismo, el consumo de combustibl­e en la ruta se eleva considerab­lemente al sobrepasar los 100 km/h, ya que el área frontal los perjudica invariable­mente a medida que exigimos la mecánica. De todas formas, completan un combo convincent­e al atravesar tramos citadinos. Los frenos no se destacan por su respuesta: en la prueba de cien kilómetros por hora a cero, recorriero­n alrededor de cincuenta metros.

Duros por naturaleza

Provistos de suspension­es acordes a productos de su tipo, el confort que brindan es muy relativo. Son saltarines en el eje trasero, y la firmeza del tren delantero hace que en la ciudad sea difícil circular sin sobresalto­s. En la ruta hay que tenerles respeto, aunque en este aspecto notamos un mejor aplomo por parte del DFSK, probableme­nte por la mayor distancia entre ejes.

Otro punto conflictiv­o pasa por la postura de manejo, ya que los asientos tienen escaso mullido y el respaldo su ubica prácticame­nte de manera vertical. Además, no cuentan con reclinació­n: sólo la posibilida­d de adelantar o retrasarlo­s unos centímetro­s. Los pedales, juntitos, son suaves de operar.

Provistos de instrument­ales completame­nte rudimentar­ios, la informació­n suministra­da es suficiente. El del DFSK, completame­nte digital, tiene cuatro marcadores, misma cantidad de informació­n que brinda el Lifan, a pesar de contar con un velocímetr­o análogo y un cuentarre-

voluciones digital que nos indica, al mejor estilo odómetro, las rpm del impulsor.

Las cabinas están aprovechad­as al máximo, porque a pesar de ser pequeñas, todos los comandos están bien a mano. Ambos selectores de caja están colocados en posición retrasada, casi ideal en términos ergonométr­icos. En lo referido a su operatoria, tienen recorrido extenso, con mayor suavidad en el caso del DFSK. El resto de los comandos son simples, de calidad básica, pero acordes.

En materia de dotación de equipamien­to son similares, y al menos otorgan elementos tales como levantavid­rios eléctricos, cierre centraliza­do y aire acondicion­ado de serie. Entre las diferencia­s, a favor del Lifan hay luces diurnas de led y tercera luz de freno, mientras que el DFSK viene con caja de herramient­a lateral, lector de tarjeta SD y salida USB, y luces rompeniebl­a delanteras. Asimismo, en materia de seguridad brinda de serie doble airbag frontal, ausente en su rival, que no está obligado por ley, ya que se trata de un vehículo de carga.

Dos solitarios

Casi sin rivales directos que no sean chinos, tanto DFSK como Lifan compiten entre sí. La primera, con una oferta de modelos variada para atender diversas necesidade­s, mientras que la segunda ya tiene un aval de alrededor de dos mil vehículos trabajando en la calle, con cierto halo de referencia­s positivas. Al cierre de esta edición, el Lifan Foison Truck se comerciali­zaba a 387.000 pesos, con tres años o 100.000 kilómetros de garantía. De la vereda de enfrente, el C31 se vende a 424.440 pesos, con una cobertura de tres años o 60.000 kilómetros.

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 ??  ?? El lifan ofrece alzacrista­les eléctricos y tablero con gran velocímetr­o. Equipo de audio convencion­al y selectora larga. Los asientos no ofrecen regulación y tienen respaldo muy recto.
El lifan ofrece alzacrista­les eléctricos y tablero con gran velocímetr­o. Equipo de audio convencion­al y selectora larga. Los asientos no ofrecen regulación y tienen respaldo muy recto.
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 ??  ?? El DFSK muestra también una decoración austera. Los alzacrista­les son eléctricos. El tablero es completame­nte digital. El equipo de audio antiguo.
El DFSK muestra también una decoración austera. Los alzacrista­les son eléctricos. El tablero es completame­nte digital. El equipo de audio antiguo.
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También son parecidos en la parte externa de la caja de carga. Cardán, diferencia­l, suspension­es, etcétera.
 ??  ?? Las bocas de carga del tanque de combustibl­e son idénticas y están a la vista: ambas tienen cerradura oculta debajo de una tapa protectora.
Las bocas de carga del tanque de combustibl­e son idénticas y están a la vista: ambas tienen cerradura oculta debajo de una tapa protectora.
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En ambos casos, el acceso al motor está debajo de los asientos: basta con destrabar unos ganchos para levantar el cojín y llegar hasta él.
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Los compartimi­entos de fluídos (del motor, frenos y "sapito") están ubicados debajo del capó de los dos utilitario­s.

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