COMPARATIVO Lifan Foison / DFSK C31
Las marcas chinas plantan bandera en nuestro suelo con estos pequeños utilitarios funcionales, prácticos, con gran volumen de carga y sin competencia directa. Frente a frente el recién llegado y el más exitoso.
El mercado de los utilitarios es un mundo completamente diferente al de los automóviles, donde se priorizan elementos puntuales de confort y diseño a la hora de decidir una compra. El utilitario, en cambio, debe cumplir con ciertos requisitos funcionales y operativos para ser aceptado.
El arribo de la marca DFSK, líder en China en cuanto a vehículos comerciales, lo hace con el aporte y la fuerza de ventas del grupo Socma, el mismo importador de Chery. La oferta local está compuesta por tres modelos con carrocería pick-ups y un furgón. El más pequeño, K01H, está desarrollado sobre una plataforma algo más simple, y pensado para trayectos urbanos. Un escalón por encima está el C31 (que ilustra estas páginas), con mayor amplitud y capacidad de carga, mientras que el C32 ofrece las mismas características, aunque con doble cabina y capacidad para cinco ocupantes.
Si bien Lifan no tiene un gran historial en el mercado local, el importador entendió pronto que para ganar ventas y mantener una clientela fiel, debía trabajar no sólo en ofrecer un producto rendidor y práctico, sino en brindar un servicio de posventa y asesoramiento que la distinga del resto. Esto fue rápidamente
captado por clientes que buscaron en el Foison un compañero de trabajo eficiente y económico, ayudado también por una alternativa furgón y otra con caja paquetera.
¿Comparables?
Si bien externamente son muy similares entre sí, una diferencia notable se hace presente en la configuración. A pesar de que sus sectores de carga cuentan con proporciones casi idénticas (alrededor de 2,80 metros de largo útil y 1,50 de ancho), Lifan escogió su alternativa de mayor longitud posible dentro de un segmento accesible. Si tuviera menor largo de caja (por ejemplo, 2,30 metros), sería rival directo del más pequeño DFSK K01H. Por ese motivo, la capacidad de carga máxima del Foison es de 650 kilogramos, frente a los 1.200 kilos del rival. Esa diferencia de capaci- dades es importante en favor del C31, pero esconde una diferencia: para conducir transportando cargas de terceros necesitaremos, según la ley vigente, el registro de cargas habilitante otorgado por la CNRT. Esto no sucede con los vehículos comerciales de hasta 650 kilos, tales como este Lifan, o como también sucede con el Fiat Fiorino.
Otra diferenciación que hace al C31 todavía más utilitario,
es la utilización de neumáticos con dibujo zigzagueante, al mejor estilo de aquellos que utilizaban los camiones en otra época y que estaban confeccionados con refuerzos de tela. Los advertimos poco eficaces en términos de adherencia sobre piso húmedo. Si bien cuenta con el mismo diámetro de catorce pulgadas, el Foison monta neumáticos más convencionales, de menor pisada y talón.
Utilitarios convincentes
Preparado para mayor capacidad, el DFSK ofrece un impulsor de 1.5 litros que desarrolla 114 caballos a 6.000 rpm y un torque de 15,1 kgm a partir de las 2.800 vueltas. El del Foison es más ciudadano:
con 1.3 litros de capacidad, desarrolla 92 caballos al mismo régimen, y su torque máximo, por encima de las 3.000 vueltas, es de 11,4 kgm. La audible presencia de los tetracilíndricos de 16 válvulas y doble árbol de levas a la cabeza es debido a que están colocados en posición central (por debajo de los asientos), con una inclinación cercana a los 60º, algo que mejora el centro de gravedad, mientras que de esta forma no ocupan tanto espacio vertical.
Las relaciones de caja y dife- rencial están significativamente desmultiplicadas, para brindar respuesta al cargarlos, y allí es cuando se siente que el torque está en un punto justo. Para que ello no se haga demasiado evidente en plena tarea laboral, ambos tienen comando de acelerador con poco recorrido, que hacen que sin la costumbre adecuada, los revolucionemos por demás, aumentando también el consumo.
La potencia extra del C31 se siente en las aceleraciones,
por encima del régimen medio, y la elasticidad, donde se muestra algo más rápido. Asimismo, el consumo de combustible en la ruta se eleva considerablemente al sobrepasar los 100 km/h, ya que el área frontal los perjudica invariablemente a medida que exigimos la mecánica. De todas formas, completan un combo convincente al atravesar tramos citadinos. Los frenos no se destacan por su respuesta: en la prueba de cien kilómetros por hora a cero, recorrieron alrededor de cincuenta metros.
Duros por naturaleza
Provistos de suspensiones acordes a productos de su tipo, el confort que brindan es muy relativo. Son saltarines en el eje trasero, y la firmeza del tren delantero hace que en la ciudad sea difícil circular sin sobresaltos. En la ruta hay que tenerles respeto, aunque en este aspecto notamos un mejor aplomo por parte del DFSK, probablemente por la mayor distancia entre ejes.
Otro punto conflictivo pasa por la postura de manejo, ya que los asientos tienen escaso mullido y el respaldo su ubica prácticamente de manera vertical. Además, no cuentan con reclinación: sólo la posibilidad de adelantar o retrasarlos unos centímetros. Los pedales, juntitos, son suaves de operar.
Provistos de instrumentales completamente rudimentarios, la información suministrada es suficiente. El del DFSK, completamente digital, tiene cuatro marcadores, misma cantidad de información que brinda el Lifan, a pesar de contar con un velocímetro análogo y un cuentarre-
voluciones digital que nos indica, al mejor estilo odómetro, las rpm del impulsor.
Las cabinas están aprovechadas al máximo, porque a pesar de ser pequeñas, todos los comandos están bien a mano. Ambos selectores de caja están colocados en posición retrasada, casi ideal en términos ergonométricos. En lo referido a su operatoria, tienen recorrido extenso, con mayor suavidad en el caso del DFSK. El resto de los comandos son simples, de calidad básica, pero acordes.
En materia de dotación de equipamiento son similares, y al menos otorgan elementos tales como levantavidrios eléctricos, cierre centralizado y aire acondicionado de serie. Entre las diferencias, a favor del Lifan hay luces diurnas de led y tercera luz de freno, mientras que el DFSK viene con caja de herramienta lateral, lector de tarjeta SD y salida USB, y luces rompeniebla delanteras. Asimismo, en materia de seguridad brinda de serie doble airbag frontal, ausente en su rival, que no está obligado por ley, ya que se trata de un vehículo de carga.
Dos solitarios
Casi sin rivales directos que no sean chinos, tanto DFSK como Lifan compiten entre sí. La primera, con una oferta de modelos variada para atender diversas necesidades, mientras que la segunda ya tiene un aval de alrededor de dos mil vehículos trabajando en la calle, con cierto halo de referencias positivas. Al cierre de esta edición, el Lifan Foison Truck se comercializaba a 387.000 pesos, con tres años o 100.000 kilómetros de garantía. De la vereda de enfrente, el C31 se vende a 424.440 pesos, con una cobertura de tres años o 60.000 kilómetros.