CONTACTO: Moto Guzzi V7 II Stornello
Es la versión scrambler de la exitosa saga V7 II de la marca italiana nació para conmemorar una historia que lleva más de sesenta años y que hoy tiene una fuerte aceptación en todo el mundo. Un producto diferente, estéticamente muy logrado y con una calid
Aunque parezca extraño, las raíces de este modelo tienen más de sesenta años. De alguna manera su historia nació con la aparición de la Moto Guzzi Lodola (una Gran Turismo que se produjo entre 1956 y 1966), que tuvo en sus filas una variante scrambler para uso on-off. Y que se extendió cuando, en 1967, la marca italiana presentó la versión scrambler de la por entonces exitosa Stornello, un modelo que tuvo su primera aparición en 1960 y que había cosechado múltiples laureles en diferentes competiciones. La Stornello Scrambler se convirtió en la primera motocicleta polivalente de Moto Guzzi y fue una apuesta que colmó las expectativas comerciales de la marca.
Construida sobre la plataforma de la V7 II, se trata de un modelo idóneo para rodar en cualquier tipo de superficie, desde el tránsito urbano congestionado hasta un paseo en solitario... o a dúo. La nueva Stornello completa la ya amplia gama de motos V7 II (Stone, Special y Racer) y ofrece la exclusividad de estar disponible en una edición limitada y numerada de sólo mil unidades.
Mejorada
El motor de la Stornello es el de la serie V7 II, un bicilíndrico a 90 grados que cubica de 744 cm3. Estrenado en 2014, la última evolución data de 2016 y experimenta algunos cambios (mayores cotas internas) y mejoras importantes como una franja de potencia más amplia, con una respuesta más lineal. En números fríos, la primera versión de este motor entregaba una cifra máxima de potencia en torno a los 42 CV, frente a los 48 CV actuales.
De todos modos, el avance más impor- tante que introdujo la serie V7 II es la caja de cambios de seis velocidades, que además de asociase mejor al bicilíndrico (la anterior era de cinco), cuenta con las primeras y últimas dos relaciones más cercanas, siendo capaces de disminuir la caída de revoluciones entre una marcha y la otra. Es una caja decididamente más suave, silenciosa y con un acoplamiento más preciso. Para una conducción diaria, esto significa una respuesta más rápida al girar el acelerador y una mayor comodidad, con un menor consumo de combustible. Mientras, la transmisión final recurre a un cardán.
A partir de una generosa curva de torque, cambiar de
marchas es más una elección que una necesidad. La operación se realiza por medio de un embrague sumamente suave. La respuesta del bicilíndrico es contundente, pero controlable. La elasticidad aparece en todo momento, simplificando la conducción y permitiendo disfrutar de la ruta y sus escenarios incluso con un bajo nivel de vibraciones, ya que entre las 2.500 y 3.000 rpm prácticamente no se sienten.
El radio de giro es muy amplio, lo que se agradece principalmente a la hora de rodar por la ciudad. Es una moto que se divierta en la ruta y en caminos fuera del asfalto, donde se desempeña con hidalguía, pero además se siente cómoda cuando el tránsito citadino se complica. No es excesivamente pesada. Y la posición de manejo es erguida, con los brazos relajados ‒el manillar es de una sola pieza‒ y las piernas en una posición normal. En este aspecto es quizás donde les saca un plus de ventaja a sus rivales de turno.
En lo que a ergonomía se refiere, vale mencionar que la serie V7 II también se benefició con el reposicionamiento de las estriberas, ahora más abajo, lo que junto con la reducción de la altura de asiento dio como resultado un mayor confort para
diferentes tallas de pilotos. Uno de los puntos altos de la Stornello tiene que ver con su poder de frenada, que resulta muy eficaz y eficiente, con generosos discos y una potente respuesta de las pinzas. A esto se une un equipo ABS de dos canales y, como complemento en materia de seguridad, un control de tracción desconectable (MGCT).
Armada
Detalles estéticos hay muchos. La tradición scrambler se respeta a la perfección. Y se distingue por un escape dos en uno de Arrow, que recorre todo el lateral derecho y equipa sendas protecciones. También por el característico asiento que le confiere un gran confort de marcha tanto para el piloto como para el pasajero. Y por supuesto por las llantas de radios con neumáticos de tacos, ideales para rodar por cualquier tipo de superficie.
Hay muchos componentes realizados en aluminio, como los cubre inyectores y las tapas laterales. El manillar de acero luce una terminación negro mate. El panel de instrumentos es el clásico de dos relojes analógicos. Mientras, la imagen on-off se completa con los fuelles de protección de la suspensión delantera, entre otros detalles.
El nivel de personalización que se puede lograr es excepcional, eligiendo entre la amplia gama de accesorios disponibles. Todas las piezas fueron concebidas y diseñadas por Moto Guzzi y, como cualquier otra parte original de la moto, son sometidas a estrictos ciclos de control para garantizar un producto de calidad y larga vida útil. En total más de 110 piezas fueron estudiadas y desarrolladas para convertir esta moto en una pieza única.