CLÁSICOS
En los últimos treinta años, la industria del automóvil ha crecido de manera exponencial y, por ende, han surgido nuevas propuestas a fin de cubrir todas las posibles demandas: desde los crossover hasta los sport coupé, pasando por los híper deportivos o
El primer restomod europeo
La palabra Restomod es el acrónimo de Restored & Modified (restaurado y modificado) o Restored & Modernized (restaurado y modernizado), y se aplica a una tipología no muy definida que nació en los Estados Unidos en la década del noventa, cuando quienes restauraban Ford Mustang clásicos comenzaron a tomarse ciertas licencias para mejorar su confiabilidad y seguridad. El ejemplo que hizo conocido a los Restomods en el mundo fue el Mustang Eleanor, protagonista del remake de la película “60 Segundos”, diseñado por el ilustrador de ‘Hot Rod’ Steve Stanford, y llevado a la realidad por el diseñador de autos personalizados Chip Foose. Hoy en día, el estandarte de esta movida lo lleva, por lejos, la firma Singer Vehicle Design, que modifica los Porsche 911 de los ´70 casi al extremo, pero no fue el primero en meter mano a un modelo europeo.
EL RESTOMOD VIAJA A EUROPA
Del otro lado del Atlántico, este tipo de práctica no se había llevado a cabo hasta que AMG -que ya formaba parte de MercedesBenz-, recibió un encargo de la familia Real de Brunei. El famoso Sultán (Muda Hassanal Bolkiah), quien es poseedor de la colección más importante y exótica del mundo, suele realizar a diversos fabricantes pedidos imposibles de rechazar, y este fue uno de ellos: un Restomod sobre un 300 SL (W198) “Alas de Gaviota” de 1954, un auto icónico del que se produjeron 1.400 unidades entre 1954 y 1957.
El 300 SL no era ni más ni menos que la versión de calle del 300 SLR (W194) de
1950. Nació por encargo de Max Hoffman (entonces importador de numerosas marcas europeas en Estados Unidos), quien aseguró a la marca de la estrella de tres puntas, que había mercado de sobra en su país para vender un súper deportivo de avanzada. Presentado en 1954, el 300 SL mantenía el chasis tubular reticulado del modelo de competición que, por ser de aluminio, pesaba tan sólo 82 kilogramos. Para aligerar aún más el peso, capó, puertas y tapa de baúl estaban realizados con ese material. También contaba con suspensión independiente en las cuatro ruedas, derivada del auto de competición, y un motor de tres litros y seis cilindros en línea que erogaba 215 caballos gracias al sistema de inyección de combustible, que era utilizado por primera vez en un auto de
fabricación en serie. La apertura de las puertas hacia arriba, que le valió el apodo de Gullwing (Alas de Gaviota), no era un capricho de diseño, sino que respondía a la necesidad de respetar la estructura del chasis.
SÓLO ONCE EJEMPLARES
AMG convirtió once MercedesBenz 300 SL Restomod entre 1996 y 2009, con un costo de producción que en ese entonces superaba el millón de euros. Cinco de esos ejemplares fueron realizados, como se mencionó anteriormente, para la Familia Real de Brunei, mientras que las otras seis unidades fueron encargadas por clientes privados al conocer los deseos del excéntrico Sultán. De los once, ocho eran coupés (cuatro con volante a la derecha y cuatro con volante a la izquierda), y los tres restantes eran Roadsters. Para este proyecto -del que AMG nunca estuvo orgullosa-, se decidió partir de ejemplares originales; se mantuvo el chasis del auto, aunque hubo que hacer algunas ligeras modificaciones para albergar un nuevo impulsor y una nueva caja de cambios.
Si bien la mecánica original no era obsoleta, y se podría haber actualizado, tenía ciertas complicaciones: un embrague difícil de accionar, típico de un auto de carreras; una caja manual muy áspera de cuatro marchas, y un sistema de lubricación tedioso de mantener, ya que el aceite debía cambiarse cada 1.600 kilómetros, y su depósito contaba con capacidad para diez litros. Fue por ello que AMG recurrió al V8 de seis litros tipo M119 que animaba a los rarísimos Mercedes-Benz E60 AMG y SL60 AMG, el mismo motor que con alguna modificación más extrema y doble turbo, empujaba a los Mercedes CLK GTR de competición con los que la marca compitió en el Mundial de Resistencia de 1997. Este impulsor era capaz
de entregar 380 caballos a las ruedas traseras, asociado a una cómoda caja automática de cuatro relaciones.
Las suspensiones también fueron tomadas del SL60 AMG, aunque se cambiaron los amortiguadores por unos Bilstein regulables. La dirección asistida también procede del SL60 AMG, mientras que los frenos de tambor del modelo original fueron cambiados por los discos y mordazas del Mercedes C36 AMG adelante, y por los del Clase E (W124) atrás. Las modificaciones incluyeron un fondo plano de fibra de carbono para mejorar la aerodinámica.
Estéticamente, si no fuera por las llantas AMG con neumáticos de perfil bajo y los espejos retrovisores modernos de reglaje eléctrico, nadie sospecharía que se trata de un Restomod. Otras modificaciones en el traje de estos exclusivos 300 SL es el cambio de lado de la boca del depósito de combustible, la ausencia de uñas en los paragolpes y unos giros delanteros más estilizados, aunque para notar estos detalles hay que ser un entendido.
En el habitáculo, por su parte, los cambios han sido más profundos, todos en pos de mejorar la comodidad de un interior muy espartano y hasta incómodo. Las butacas del fabricante alemán Recaro son claramente de otra época, al igual que los cinturones de seguridad de tres puntos y el volante con airbag. En cuanto al cuero, lo recubre prácticamente todo, a excepción de parte del tablero y el túnel central, donde la madera le roba algo de protagonismo. Escondidos pero muy presentes, están los mandos del aire acondicionado y el cargador para seis CDs, entre otros detalles.
Los Restomods siguen ganándose su espacio, incluso ya hay algunos que reciben motores eléctricos, pero siempre en modelos de fabricación masiva. Este caso es completamente distinto y, a mi entender, hasta criminal. ¿A vos qué te parece? .