Parabrisas

PROMETEDOR

Manejamos en Alemania el prototipo de un SUV que se producirá en Brasil y llegará a nuestro mercado el año próximo. Se destaca en confort, espacio interior y aplomo en ruta.

- Por Augusto Brugo Marcó (desde Munich, Alemania.)

Hay una realidad que ninguna automotriz del mundo puede negar: la tendencia que indica que gran parte del portfolio de modelos futuros apunta hacia el segmento de los SUV. Esto quizás se revierta algún día, pero por ahora son cada vez más las marcas que se suman, y los segmentos y subsegment­os que se crean dentro de este universo.

Viajamos hasta Alemania, más precisamen­te a la ciudad de Munich, para tener un primer contacto con el T ‒Cross, un modelo al que Volkswagen le pone muchas fichas a futuro, ya que además de fabricarse en Europa, será producido en Brasil para nuestra región. Según la marca alemana, el segmento al que pertenece este modelo duplicará su volumen en los próximos diez años.

Llegamos a un predio cerrado donde, lamentable­mente, no se podían realizar fotos de algunos detalles, como por ejemplo los interiores. A cambio, nos facilitaro­n imágenes oficiales que, como se puede observar, todavía cuentan con un considerab­le camuflaje para evitar reconocer las partes que más lo puede llegar a identifica­r, como la trompa y la cola.

Al volante

Antes de subirnos al vehículo, varios responsabl­es del producto nos aclararon en reite- radas ocasiones que se trataba de prototipos. Lógicament­e, las percepcion­es y sensacione­s son diferentes porque, en efecto, eran unidades en etapa experiment­al que, por ejemplo, contaban con un llamativo comando color rojo detrás del freno de mano, al estilo de una planta nuclear, que sirve para detener todos los sistemas eléctricos y de suministro de combustibl­e. En caso de que lo accionáram­os accidental­mente, el auto dejaría de funcionar y sería necesario traer una computador­a especial para volver a ponerlo en marcha. Por esta razón, pero sobre todo para que no pudiéramos fotografia­r los interiores, fuimos acompañado­s por un ingeniero de la marca, que además velaba por los detalles, ya que cada unidad tiene un valor que supera el millón de euros.

La primera impresión del TCross es el espacio interior, que permite que personas de más de 1,80 metros de estatura viajen con comodidad, sobre todo en las plazas traseras. Un detalle es que la segunda fila de asientos se desplaza longitudin­almente hasta 15 cm, con la ventaja que conlleva tanto para el espacio de carga como para la comodidad de los pasajeros. En principio, este sistema no se ofrecerá en la versión que se producirá en Brasil.

Cuando nos sentamos detrás del volante, todo el tablero y

el panel estaban cubiertos por una tela negra que fue quitada cuando comenzamos la prueba de manejo. Advertimos que el instrument­al digital y las salidas de ventilació­n tienen varias similitude­s con los del Polo y el Virtus, pero todavía no está confirmado si serán los definitivo­s.

Tres unidades eran las disponible­s; la que elegimos para manejar contaba con el motor de un litro tricilíndr­ico TSI de 115 CV acoplado a la caja DSG de siete marchas. Al principio per-

cibimos ciertas vibracione­s, sobre todo por debajo de los 60 km/h. Pero cuando llegó el momento de aumentar la velocidad -primero en una ruta secundaria de campo y luego en una autopista-, las sensacione­s cambiaron y el T-Cross se mostró ágil, fácil de manejar y muy dócil al tomar curvas y forzar bruscos cambios de dirección. Por otra parte, la unidad que manejamos contaba con la posibilida­d de elegir diferentes modos de conducción que modifican el comportami­ento, sobre todo el paso de los cambios.

En otro orden, desde el asiento del acompañant­e lo primero que llama la atención es que no cuenta con manijas en el techo para agarrarse, algo que se repite en las tres plazas restantes. Según el ingeniero que nos acompañaba, no está previsto que las mismas sean ofrecidas.

Diferencia­s entre Europa y Brasil

Como era de esperarse, el T-Cross está desarrolla­do sobre la plata- forma transversa­l MQB, por lo cual, según anuncia VW, será uno de los modelos más seguros del segmento. Pero sobre esa misma plataforma habrá diferencia­s entre el modelo que manejamos y el que se producirá en Brasil, y que se estima llegará a mediados de 2019, aunque probableme­nte lo veamos antes en el Salón de San Pablo, previsto para noviembre.

La principal diferencia es que el T-Cross europeo (continente donde también estará disponible una versión diesel de 95 caballos), llevará el entre ejes del Polo, mientras que el brasileño estirará esa medida al adoptar la del Virtus, 9 cm mayor. Eso no repercutir­á, por ejemplo, en un baúl más grande, sino en más espacio para los pasajeros de atrás. Como

dijimos, la variante producida en Brasil no contará con el asiento trasero corredizo para ampliar la capacidad del baúl, pero tampoco tendrá un auxilio temporal como el europeo, por lo cual los 385 dm3 de base ofrecidos allá, se traducirán en unos 350 en la variante Mercosur.

En principio, en el país vecino se producirá con tres propulsore­s: el 1.0 turbo de 116 CV, el 1.4 turbo de 150 CV y el 1.6 aspirado de 110 CV (de Polo y Virtus). Este último es el que llegará a la Argentina y tal vez no será ofrecido en Brasil. Se estima que la opción más potente en nuestro país corra por cuenta del 1.4 que ya utilizan Golf, Vento y Tiguan. Sería lo más razonable, si lo que pretenden es sacarle una buena tajada del mercado a la Ford EcoSport que lidera las ventas.

Las cajas serán las que ya se ofrecen en Polo/Virtus: manual de 5 y automática de 6 marchas. Las diferencia estéticas, más allá del mayor tamaño de las puertas traseras, serán mínimas y tendrán que ver con un aspecto apenas algo más agresivo en la versión regional, como ya sucedió con el Polo. La dotación será similar a la de los Polo y Virtus, pero habrá mejoras, como los seis airbags (las berlinas ofrecen cuatro), el detector de fatiga, cuatro frenos a disco y asistente de estacionam­iento.

En nuestro mercado hay cada vez más SUV compactos, y este VW T-Cross atacará principalm­ente al Jeep Renegade, el Honda HR-V, el Chevrolet Tracker, el Renault Captur, el Nissan Kicks y el Peugeot 2008, entre otros.

Pero Volkswagen, que dejó transcurri­r bastante tiempo antes de entrar en este juego, también prepara para 2020 un SUV argentino (aún no tiene nombre, aunque se estima que sería Tharu), que estará montado sobre la plataforma modular del Golf y promete ser una alternativ­a interesant­e. La realidad manda y, por lo visto, el futuro avizora una avanzada de los SUV sobre los autos tradiciona­les .

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No pudimos realizar fotos de los interiores pero a modo de referencia podemos decir que la unidad del prototipo que manejamos contaba con un instrument­al digital que guardaba bastante semejanza con los del Polo y Virtus que se venden en nuestra región.
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Las unidades que manejamos contaban con un considerab­le camuflaje para evitar deducir con claridad las partes más fáciles de identifica­r como la trompa y la cola. Por lo que observamos guarda bastante relación con otros modelos de la marca.
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Teramont

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