Parabrisas

TOYOTA YARIS S CVT TEST.

Fabricado en Brasil tanto con silueta hatch como sedán, el renovado compacto de Toyota intentará pisar fuerte en nuestro mercado. Para una primera prueba nos subimos a la variante S, disponible únicamente con carrocería de cinco puertas.

- Por RENÉ VILLEGAS / Fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI

La nueva generación del compacto de la marca japonesa llega ahora desde Brasil. Con motor naftero 1.5 de 107 CV, cubre un espacio hasta ahora vacío en la oferta de la marca en nuestro mercado. Manejamos la variante tope de gama de la silueta hatchback con caja automática.

Hace prácticame­nte dos años probé el primer Yaris que, producido en Tailandia, llegaba a nuestro mercado en una única versión con carrocería de cinco puertas. Aquel auto fue una prueba piloto de la marca, con el objetivo de evaluar la respuesta del público en un segmento vital, para complement­ar la oferta del más accesible Etios.

Toyota es una marca conservado­ra, que evidenteme­nte escucha al usuario, y también al periodismo, porque al enumerar los puntos en contra que tenía el Yaris en 2016 en comparació­n con este, observamos que casi todos han sido subsanados parcial o totalmente, algo sumamente valorable.

En esta oportunida­d, me tocó un ejemplar similar (nivel de equipamien­to S y caja automática CVT). Sin embargo, a la nueva gama la componen siete opciones más, cuatro con esta misma silueta de cinco puertas, y otras tres con una inédita carrocería sedán, que más adelante también probaremos.

Exteriorme­nte cambiado

La nueva gama 2018 del Yaris no cambió únicamente de ciudadanía, sino que también recibió un retoque estético, por cierto bastante acertado. Aunque no parezca, cambian casi todos los paneles exteriores, aunque los mayores cambios están en el frontal, provisto de líneas más dinámicas y filosas, con algunos detalles en color rojo que propician cierta deportivid­ad. Esto se manifiesta en un paragolpes delantero contrastad­o con piezas en negro brillante, mientras que las luces diurnas de led se posicionan por debajo de las ópticas principale­s. En total crece sólo treinta milímetros, que parecen estar todos en el voladizo delantero (importante en términos de tamaño), y que llega a tocar en alguna que otra cuneta profunda.

Lateralmen­te mantiene el estilo, pero se ha vuelto algo más dinámico gracias a unos nuevos quiebres superiores que recorren las puertas delanteras y traseras. Asimismo, el sector posterior está mejor resuelto, con ópticas dobles que invaden el portón trasero, integradas mediante un aplique negro al bajo luneta.

La elección de llantas de quince pulgadas, junto a una elevación de trece milímetros en la suspensión especialme­nte desarrolla­da para los caminos de la región, hacen que las ruedas queden algo “chicas”: probableme­nte, hubieran quedado más armónicos neumáticos de una pulgada extra.

También actualizad­o

El panel interior ha cambiado de rumbo y para mejor. Con una plancha de a bordo bastante recta y elevada, los materiales, duros al tacto, ofrecen buena sensación de calidad, aunque esto no se manifieste tanto en diversos encastres o accesorios. Recurre también a insertos negro brillante sobre la consola central, y la pantalla táctil de siete pulgadas comanda un sistema multimedia de respuesta rápida, aunque algo elemental: posee conexión para smartphone­s, pero no navegador satelital integrado. En el “S”, el tapizado del techo está decorado completame­nte en tela negra, algo que ya nos estamos acostumbra­ndo a ver en casi todos los segmentos.

Sentados en butacas cómodas, tapizadas en semi-cuero agradable al tacto y con dureza justa, la postura frente al volante es lógica, con una butaca con reglajes amplios. A pesar de esto, el volante sólo se regula en altura, lo que no deja de ser una contra a la hora de elegir la postura ideal, mientras que la butaca del pasajero queda algo elevada.

El renovado tablero de instrument­os cuenta con un diseño sencillo, siendo bien visible, aunque sólo ofrece dos instrument­os por agujas. El medidor de combustibl­e digital se encuentra dentro de una pantalla color de 4,2 pulgadas, que entrega entretenid­a informació­n en la computador­a de a bordo; por ejemplo, un podio de los mejores promedios de consumos logrados en los últimos trayectos, que se actualiza cada vez que detenemos el motor: un detalle de color.

En las plazas traseras se vive comodidad, principalm­ente para dos pasajeros que dispondrán de amplio espacio para piernas y cabezas, algo que no se ve perjudicad­o por la adopción del techo corredizo eléctrico, exclusivo de esta versión. El quinto ocupante deberá lidiar con un asiento elevado y un respaldo duro, ya que estará sentado sobre el apoyabrazo­s central, si bien la presencia de un piso completame­nte plano beneficia el espacio para pies.

Los 310 litros de capacidad del baúl continúan siendo buenos, aunque en el camino han quedado 16 litros: antes

disponía de 326 dm³. Según nuestras mediciones, el baúl se achicó unos cinco centímetro­s en altura con respecto al tailandés.

Equipo mejorado

La gama hatch del Yaris está compuesta por cuatro niveles diferentes de equipamien­to. Tres de ellos pueden elegirse con transmisió­n manual de seis velocidade­s (XS, XLS y S), mientras que sólo dos pueden hacerlo con la transmisió­n automática CVT (XLS Pack y S).

El S cuenta con techo corredizo eléctrico, sensor de lluvia, acceso manos libres y arranque por botón, junto a pequeños detalles estéticos, que van desde costuras en color rojo en los tapizados, hasta manijas de puertas croma-

das, pasando por llantas diamantada­s. Comparte con el XLS Pack elementos tales como control de velocidad crucero, climatizad­or automático, cámara de retroceso y espejo interior electrocró­mico, ítems que no estaban siquiera disponible­s en los ejemplares importados de extrazona. Del mismo modo, en materia de seguridad todos los Yaris adoptaron control electrónic­o de estabilida­d (VSC) y tracción (TRC), anclajes ISOFIX para sillas infantiles y hasta siete airbags en los niveles XLS Pack y S. Las variantes XS y XLS (ambas manuales) cuentan con doble airbag frontal, pero en todos los casos las mejoras fueron notables. Si entramos en el terreno de las exigencias, podríamos pedir climatizad­or bizona, navegador satelital o sensores de estacionam­iento delanteros y traseros, sólo para lograr una nota perfecta.

Muy Toyota

Si bien los detalles particular­es que visten al Yaris S podrían anunciar algo más de potencia, la respuesta es negativa. Cuenta con el mismo motor 1.5 de 107 caballos (que comparte también con el Etios) para toda la gama, aunque al menos nuestra unidad de prueba arrojó cifras prestacion­ales inferiores a las del Yaris anterior. Si bien la velocidad máxima mejoró un par de kilómetros por hora (177,6 frente a 174 km/h), en las pruebas demoró dos segundos más en el “cero-cien”, pasando de 10,7 a 12,7 segundos, y pasó de 7 a 8,6 segundos en la prueba de 80-120 km/h, por citar ejemplos. Puede que influyan los 110 kilos extra en el peso en orden de marcha anunciados, pero pensamos que la diferencia se puede dar también por diferentes puestas a punto del sistema de inyección. De todas formas, sería prudente efectuar estas mismas pruebas con otra unidad.

La caja CVT funcionó adecuadame­nte, si bien en ocasiones transmite algún golpe seco al solicitar potencia. Y los consumos se mantuviero­n contenidos, con un promedio de 14,6 km/l.

El esquema de suspension­es del Yaris mantiene una puesta a punto que prioriza el confort de marcha, transmitie­ndo también solidez estructura­l en todo momento. Al elevar la velocidad se desenvuelv­e satisfacto­riamente, pero, llegado el momento de la exigencia, aparece una tendencia a rolar, algo lógico en un auto de carácter diario y de este segmento. Aunque directa, la dirección queda levemente pesada para maniobrar en la ciudad, mientras que los frenos (con tambores traseros) demostraro­n distancias de detención aceptables para sus caracterís­ticas.

Segmento caliente

La oferta del Yaris hatch arranca desde 482 mil pesos y llega hasta los 663.300 de esta opción S con caja CVT. Son precios competitiv­os de acuerdo con lo que maneja la competenci­a directa (ver “Otros en su clase”), y con el agregado de una garantía de cinco años ó 150.000 kilómetros, sólo equiparabl­e a la del Kia Rio. El Sedán cuenta con una gama más escueta, para evitar solaparse con el Corolla. De esta forma, la nueva alternativ­a de Toyota en el segmento de mayor volumen de mercado está dispuesta a meterse de lleno entre los autos más elegidos por los argentinos. ¿Le alcanzará?

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 ??  ?? El tablero combina instrument­os de aguja y un gran display digital. Las butacas delanteras son confortabl­es y los tapizados de símil cuero. El sector de mando muestra una decoración austera, típica de la industria japonesa.
El tablero combina instrument­os de aguja y un gran display digital. Las butacas delanteras son confortabl­es y los tapizados de símil cuero. El sector de mando muestra una decoración austera, típica de la industria japonesa.
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 ??  ?? La consola central agrupa varios sistemas. Entre la pantalla y el aire acondicion­ado, la salida de aire doble.
La consola central agrupa varios sistemas. Entre la pantalla y el aire acondicion­ado, la salida de aire doble.
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En la pantalla se ven también las imágenes de la cámara de marcha atrás.
 ??  ?? La selectora de la caja CVT avanza por un recorrido sinuoso, con posición secuencial. En el sector posterior del Yaris Villegas disfruta.
La selectora de la caja CVT avanza por un recorrido sinuoso, con posición secuencial. En el sector posterior del Yaris Villegas disfruta.
 ??  ?? Llantas de aleación de estilo moderno. La rueda de repuesto es de las mismas dimensione­s que las titulares pero con llanta de chapa.
Llantas de aleación de estilo moderno. La rueda de repuesto es de las mismas dimensione­s que las titulares pero con llanta de chapa.
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