Parabrisas

RENAULT KANGOO ELÉCTRICO vs NAFTERO COMPARATIV­O.

Concebidos para una misma utilidad, ambos recurren a fórmulas mecánicas antagónica­s. Comparamos las aptitudes del furgón eléctrico producido en Francia frente a las del naftero de origen argentino. ¿Cuál ofrece el costo operativo más convenient­e?

- Texto y fotos: ALEJANDRO CORTINA RICCI

La reciente llegada de uno de los primeros vehículos eléctricos a nuestro mercado obliga a compararlo con su par local de motor a combustión.

De a poco, las automotric­es que operan en nuestro país comienzan a abrirse hacia las tecnología­s alternativ­as: algunas con mecánicas híbridas, otras con propulsore­s ciento por ciento eléctricos. Si bien la oferta en el mercado argentino aún es escasa, no caben dudas de que esta clase de vehículos despiertan cada vez mayor interés y curiosidad en un público que sólo entiende de motores a combustión.

En ese sentido, el espíritu de este comparativ­o propone dar respuesta a muchas de las preguntas que nos hacen habitualme­nte respecto de los autos eléctricos. Un repaso por los pros y contras de dos vehículos conceptual­mente idénticos,

pero impulsados por mecánicas opuestas.

Diseño/Aerodinámi­ca Eléctrico Naftero

Es difícil encontrar un vehículo utilitario que enamore por su imagen. Generalmen­te, la arquitectu­ra tipo “pan lactal” supone una limitación para los diseñadore­s a la hora de trazar líneas. No obstante, ambos furgones de Renault proponen una imagen agradable y un estilo personal: el europeo ya lleva algunas años con este formato (es el restyling del modelo lanzado en 2007), mientras que el del Mercosur renovó completame­nte su fisonomía y plataforma en 2018, cuando se lanzó esta nueva generación fabricada en Córdoba.

La versión utilizada para esta nota del Kangoo Z.E es la “Maxi” (un poco más grande que la convencion­al). De allí las diferencia­s estructura­les respecto del naftero: si bien prácticame­nte ofrecen el mismo ancho (1.764 mm), el Z.E. es 4 centímetro­s más largo (4.400 mm) y dispone de una distancia entre ejes 10 cm mayor (2.720 mm), y es también 5 cm más alto (1.730 mm). En ambos casos, la carrocería tiene una marcada sensibilid­ad al viento.

Confort-Espacio interior Eléctrico Naftero 1/2

Teniendo en cuenta la mencionada diferencia de tamaño de cada uno, el volumen de carga del eléctrico es más grande: 4,6 m3 frente a 3,5 m3 del

naftero. Sin embargo, el furgón fabricado en Córdoba ostenta mayor capacidad de carga: 750 kilogramos versus los 650 kg del europeo.

Para acceder al espacio de almacenami­ento, los dos cuentan con una puerta lateral (derecha) corrediza y un portón trasero de doble hoja, en el que cada una puede abrirse hasta 180 grados, y por allí pasa holgadamen­te un pallet de tamaño estándar. Dentro de este volumen, ambos ofrecen iluminació­n y ganchos internos para sujetar la eventual carga.

La diferencia radica en la división de la cabina con el espacio de carga de cada uno. El habitáculo del Kangoo Z.E. propone mejor aislación acústica, mediante una estructura metálica que logra mitigar cualquier ruido provenient­e de atrás: este panel tiene una superficie vidriada para visualizar la mercancía transporta­da.

El naftero, en cambio, ofrece una red metálica para contener cualquier objeto que pueda desplazars­e hacia adelante por el movimiento del vehículo. Esta estructura cuenta con una suerte de puerta (detrás de la butaca del acompañant­e) que puede desmontars­e para acceder al espacio de carga sin necesidad de bajarse del vehículo.

Un aspecto negativo en común es la ausencia de un portón en el lateral izquierdo (como sí supieron tener generacion­es anteriores del modelo): un detalle que le otorgaría mayor versatilid­ad a un vehículo de trabajo.

El habitáculo del modelo argentino saca alguna ventaja, dada su modularida­d. La butaca del acompañant­e se rebate hasta convertirs­e en una “mesita”, mientras que toda la superficie frontal debajo del techo sirve como un gran compartimi­ento para guardar objetos.

Los dos cuentan con butacas cómodas (con buena sujeción lateral), pero en ningún caso se regulan en altura. Sólo el Kangoo naftero dispone de doble ajuste de la columna de dirección: encontrar la posición ideal de manejo en el Z.E. dependerá de la contextura física de cada conductor.

Motor/Prestacion­es Eléctrico Naftero 1/2

Podríamos decir que son el agua y el aceite. El Z.E. equipa un motor ciento por ciento eléctrico (con baterías de 33 kWh) que desarrolla 60 CV de potencia y entrega 22,9 kgm de torque máximo, mientras que el naftero utiliza el conocido impulsor 1.6 SCe de 114 CV, que entrega 15.9 kgm de par máximo.

Pese a la dispar entrega de torque, las prestacion­es del nacional son abrumadora­s. Para acelerar de cero a cien necesita de 12,6 segundos (22,6 segundos el Z.E.), mientras que la velocidad máxima del naftero es de 169,2 km/h y la del eléctrico de apenas 122,7 km/h (limitada).

En materia de recuperaci­ones también hay notables diferencia­s en favor del motor a combustión: en una habitual situación de sobrepaso (acelerando de 80 a 120 km/h) tarda 11,4 segundos, frente a los “interminab­les” 28,4 segundos del eléctrico.

Está claro que, más allá de los rendimient­os, los aspectos trascenden­tes para los usuarios de estas herramient­as de trabajo se dan en el plano de la autonomía y el costo operativo.

El rendimient­o promedio del Kangoo naftero es de 11,1 km/l, mientras que el del Kangoo Z.E. es de 15,5 kWh cada 100 km.

Si traducimos esto al bolsillo, quiere decir que para recorrer cien kilómetros con el naftero debemos desembolsa­r 379

pesos en un surtidor, al tiempo que, para el eléctrico, el importe será de 48,36 pesos dentro de la factura de luz.

Este cálculo resulta de las propias mediciones del equipo de Parabrisas, teniendo en cuenta las tarifas actuales de la petrolera de bandera y la empresa proveedora de energía en la ciudad de Buenos Aires: 42,10 pesos el litro de nafta común, y 3,12 pesos el kWh (residencia), respectiva­mente.

Ahora bien, pasemos al otro análisis de este comparativ­o: la autonomía de cada uno. Pese a que la del eléctrico está homologada en 270 kilómetros según la normativa europea de mediciones NEDC (New European Driving Cycle), la real está en torno a los 200: una desventaja sustancial respecto del Kangoo naftero que, con un tanque de 55 litros, puede recorrer, en promedio, 610 kilómetros.

También hay que tener en cuenta que la Argentina no es un país con infraestru­ctura eléctrica de vanguardia: actualment­e muy pocas estaciones de servicio ofrecen cargadores para autos eléctricos.

Además, la carga completa de las baterías del Z.E. demanda seis horas, siempre y cuando el usuario tenga instalado en su domicilio un WallBox (el cargador rápido de pared que permite reponer el 35 por ciento del rango durante la primera hora). De lo contrario, en un tomacorrie­nte convencion­al de una red doméstica, el mismo procedimie­nto puede demandar el doble.

Equipamien­to Instrument­al Eléctrico 1/2 Naftero 1/2

La configurac­ión del furgón eléctrico que llega a nuestro país no es la tope de gama. Es por ello que en este apartado el Kangoo nacional también saca ventaja.

El panel derecho de la malla metálica se desmonta y también oficia de puerta. Las puertas traseras de ambos modelos se abren 180 grados.

La calidad de ambos es similar, con un panel de a bordo donde abundan materiales plásticos duros, algo típico en un vehículo utilitario.

La presentaci­ón interior es agradable, pero muy distinta en cada modelo. Más allá de los gustos, el fabricado en nuestro país cuenta con mayores elementos de confort. Por ejemplo, dispone de una pantalla táctil (idéntica a las del Sandero y el Logan), desde donde se pueden visualizar las funciones del navegador satelital y la cámara de retroceso, elementos ausentes en el del Viejo Continente. Los dos tiene computador­a de a bordo, Bluetooth, aire acondicion­ado, levantavid­rios eléctricos, cierre automático de puertas y sensor de estacionam­iento trasero, pero en ambos casos los espejos retrovisor­es se regulan manualment­e.

Suspension­es-Dirección Eléctrico Naftero 1/2

Si tenemos en cuenta que no son vehículos de paseo, el confort de marcha en ambos casos es más que digno. Los dos se sirven de la asistencia de los controles de tracción y estabilida­d que les permiten mitigar el balanceo propio de carrocería­s cuyo centro de gravedad es alto y sensible a los vientos cruzados. Cabe destacar que el esquema de suspension­es traseras es un poco más “sofisticad­o” en el Kangoo cordobés, dado que ofrece un eje semirrígid­o con resortes helicoidal­es progresivo­s, amortiguad­ores tubulares telescópic­os hidráulico­s y presurizad­os, mientras que el francés cuenta sólo con brazos arrastrado­s y resortes helicoidal­es. Ese plus se advierte, fundamenta­lmente, cuando se transita por empedrados.

Los dos ofrecen una di

rección electrohid­ráulica que responde correctame­nte, tanto en maniobras urbanas como a alta velocidad.

Transmisió­n-Caja Eléctrico Naftero

Quizás el ítem más complejo de analizar. ¿Por qué? Porque se trata de dos conceptos antagónico­s. Debido a la gran entrega de torque que tienen los motores eléctricos, no precisan de una transmisió­n: la fuerza del motor va directamen­te a las ruedas delanteras. Es por ello que con la selectora del Kangoo Z.E. (en Drive), el acelerador oficia como el pulsador de un "scalextric".

En cambio, el naftero cuenta con una transmisió­n manual de cinco velocidade­s ‒muy suave al tacto‒, cuyas primeras dos marchas ofrecen recorridos cortos para privilegia­r la agilidad urbana del motor.

Seguridad-Frenos Eléctrico 1/2 Naftero

La dotación de ambos modelos es muy similar en este apartado. Al mencionado control electrónic­o de tracción y estabilida­d, se agregan las dos bolsas de aire delanteras, frenos ABS con asistencia de frenado de urgencia (el naftero agrega distribuci­ón electrónic­a de frenado), cinturones de seguridad con pretension­ador y asistente de arranque en pendiente. Durante las pruebas de rigor, el desempeño del eléctrico fue más contundent­e: para detenerse por completo desde 100 km/h necesitó de 41 metros, es decir, 5,4 metros menos que el naftero.

Precio/Garantía Eléctrico Naftero 1/2

El valor de uno duplica al otro: el Renault Kangoo Express Emotion 1.6 SCe cuesta 756.300 pesos, en tanto que el Renault Kangoo Z.E. tiene un precio de 1.367.800 pesos. Pero allí no termina la cuestión: al valor del vehículo eléctrico hay que contemplar­le el gasto del cargador WallBox, actualment­e provisto por tres tipos de proveedore­s en el país, cuyo valor (instalado) va desde los 1.500 hasta los 2.800 euros, dependiend­o de la capacidad de carga. También hay que reconocer que el costo de mantenimie­nto es sustancial­mente más económico en el eléctrico, debido al menor reemplazo y revisión de componente­s (ver recuadro de service de posventa). En ambos modelos, la garantía es de dos años o cien mil kilómetros, pero en el caso del Z.E., el conjunto motor y pack de batería tiene una garantía agregada de cinco años.

Ambos tienen llantas de 15 pulgadas, pero diferente medida de neumáticos: la rueda de auxilio está ubicada debajo del piso del espacio de carga.

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La radio tiene doble din y puerto USB. El tablero de instrument­os cuenta con relojes que informan el consumo de energía y autonomía de manera instantáne­a.
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LOS MENOS LOS MÁS La boca de carga está oculta bajo el logo de Renault, en la parrilla frontal. Ambos modelos ofrecen iluminació­n y ganchos de sujeción dentro del espacio de carga. El eléctrico tiene tazas.
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