PARA LA BATAL LA COTIDIANA
Es el típico utilitario japonés: motor eficaz (aunque gastador), decoración sobria, habitáculo y baúl amplios, y en este caso capacidad para siete pasajeros. La tracción integral con bloqueo amplía su rango de acción.
La nueva generación del Outlander es una de las apuestas de Mitsubishi en su “regreso” al mercado local. Si bien el producto fuerte de la estrategia de la marca japonesa es la pick-up L200, con el Outlander la marca amplía su campo de acción con un vehículo de reconocida calidad en un segmento que cada vez tiene mayor demanda: el de los SUV grandes.
El modelo que se ofrece en nuestro mercado representa la actualización del que fuera presentado a nivel global en 2012. Es un “lifting” realizado en 2015, el último ajuste registrado en la estética de las versiones convencionales de este modelo producido en la planta de Okazaki, cerca de Nagoya, Japón. El último cambio de aspecto se aplicó en la versión híbrida PHEV que, por el momento, no llega a nuestro país.
El Outlander muestra un estilo moderno en el que los cromados no son exagerados a diferencia de algunos productos de su categoría. Pero el punto más atractivo es, tal vez, la trompa, con faros full led (la misma tecnología que emplean los antiniebla), una gran parrilla flanqueada por barras cromadas y una generosa toma de aire. Los laterales prescinden de cualquier tipo de estridencia, mientras que el sector posterior dispone de un gran portón de accionamiento eléctrico: el sistema (bastante lento en su funcionamiento) que se acciona desde la llave, la tecla del portón y desde el interior, agrega además un botón para bloquearlo.
Amplitud inteligente
Ese portón (no cuenta con sistema de apertura “sin manos”) cubre un sector de carga con una capacidad de 550 litros cuando la tercera fila de asientos está plegada, y que se puede extender hasta los 1.755 litros cuando también se abate la segunda hilera. Pero si la tercera fila está activa, el espacio disponible para almacenar objetos se reduce notablemente: apenas entrarán un par de bolsos.
La habitabilidad es uno
de los fuertes de este modelo. La segunda fila se puede desplazar longitudinalmente unos cuantos centímetros y los respaldaos se reclinan, versatilidad que se aprovecha al máximo para sacarle el jugo al sector de carga y, por supuesto, para mejorar las condiciones de confort que, no obstante, son muy buenas.
Esa condición cambia en la tercera fila: el acceso hasta ese lugar es incómodo a pesar de la movilidad de la segunda fila, y los dos asientos que allí aparecen sólo pueden transportar niños o personas de contextura pequeña. Sí es positivo el sistema de plegado de esas butacas: se “esconden” dejando un piso completamente plano.
Las tres filas cuentan con portaobjetos y todas las plazas disponen de cinturones inerciales de tres puntos y apoyacabezas regulables en altura. Los asientos laterales de la segunda fila cuentan con anclajes Isofix.
En el sector delantero aparecen dos butacas amplias, muy confortables, ambas con calefacción, mientras que la del conductor dispone de ajustes eléctricos con memorias. Esos reglajes incluyen, lógicamente, la modificación de la altura de la butaca, la cual, en combinación con los ajustas en altura y profundidad de la columna de dirección le permiten al conductor encontrar la mejor posición frente al volante rápidamente.
Desde ese lugar llegará sin interferencias a casi todos los comandos: algunos están ubicados en lugares que pueden generar confusión. Por ejemplo, la tecla desde la que se controla la computadora de a bordo está a la izquierda de la columna de dirección, justo al lado de la que anula el control de estabilidad (ESP), cercanía que, eventualmente, puede generar algún problema, aunque para que se desactive el ESP es necesario mantener presionada la tecla durante más de cinco segundos.
También son criticables la tenue iluminación nocturna de los comandos de los levantavidrios, la traba central de puertas y el comando de los retrovisores. No obstante, las luces interiores son potentes y encuentran complemento en aquellas que iluminan la zona de los pies.
El tablero cuenta con cuatro instrumentos: velocímetro y tacómetro son analógicos, mientras que los de nivel de combustible y temperatura del refrigerante del motor disponen de segmentos luminosos de escasa precisión.
En el centro aparece un display con tipografía bien legible para la computadora de a bordo.
Entre equipos
El sistema de infoentretenimiento está a cargo de un equipo Kenwood agregado en la Argentina. Cuenta con pantalla táctil en la que se proyectan las diferentes funciones; entre ellas, equipo de audio, navegador, cámara de marcha atrás y reproducción del celular a través de la función Mirror Screen. Se comanda desde el volante (también incorpora las funciones de control de velocidad crucero) y desde pequeñas e incómodas teclas.
Este equipo forma parte de una dotación amplia en la que aparecen, por ejemplo, además de los elementos ya mencionados, techo solar eléctrico (pequeño), climatizador bizona con salidas traseras (en la unidad de prueba le costaba incrementar la temperatura para
pasar de frío a calor), tapizados de símil cuero de buena calidad y levantavidrios eléctricos; acceso y arranque/parada del motor sin llave. Una muy buena noticia es que la rueda de repuesto es idéntica a las cuatro titulares con neumático en medida 225/55 R18 calzado en llanta de aleación, aunque va instalada en la parte baja exterior del chasis: suciedad garantizada.
La lista de elementos que se ocupan de la seguridad también es generosa, aunque por su precio y jerarquía tendría que ser más amplia. Anotamos: siete airbags (incluye una bolsa para las rodillas del conductor), controles de tracción, estabilidad y descenso, faros full led, sensores de luces y de lluvia, faros antiniebla, cámara 360 y freno eléctrico con “Auto Hold”, entre otros.
Pero no aparecen en la lista sistemas tales como, por ejemplo, sensor de ángulo ciego, control de velocidad crucero adaptativo, aviso de cansancio del conductor, alerta de cambio involuntario de carril y freno automático de emergencia.
Dinámica confiable
Otra de las virtudes de este modelo nace de su configuración mecánica. Estamos frente a un típico “utilitario” japonés, es decir, un producto concebido para el transporte familiar con confort y confiabilidad.
Al igual que la L200, sólo ofrece una opción de motor, pero a diferencia de la pick-up, el Outlander llega con un “tradicional” cuatro en línea naftero 2.4 de 169 CV de potencia máxima (a 6.000 rpm) y 22,4 kgm de par que aparecen a las 4.200 rpm, números que aseguran rumorosidad, dado que el motor debe girar a un ritmo elevado para entregar lo mejor de sí. Además, la caja de velocidades del tipo CVT aporta lo suyo en este caso puesto que, aunque tiende a encontrar el mejor régimen para cada marcha de velocidad de circulación, su respuesta es lenta especialmente cuando se busca ganar ritmo de forma repentina. Esta caja dispone además de grandes levas detrás del volante, las cuales pueden ser útiles para jugar a pasar los cambios, aunque este tipo de modelos está bastante lejos de una concepción deportiva. Cuenta, además, con una posición L (Low) para, por ejemplo, remolcar un trailer pesado o trepar una subida empinada.
La tracción es del tipo integral inteligente y responde a través de un sistema electrónico que ofrece tres posiciones que se seleccionan
desde una tecla instalada en la consola central: 4WD Eco (privilegia la tracción delantera), 4WD Auto (reparte el par en función de las condiciones de adherencia) y 4WD Lock (divide el torque en partes iguales entre ambos ejes). Gracias a este sistema, el Mitsubishi Outlander puede incursionar en terrenos de baja complejidad como ripio, arena plana o barro simple: su mejor desempeño se da sobre el asfalto.
El chasis monocasco y los trenes de rodaje ofrecen un equilibrio destacado para un modelo de su porte, que se traduce en un andar confortable en la ciudad y firmeza en la ruta, espacio en el que salen a relucir las suspensiones, la impecable respuesta de la dirección y el óptimo comportamiento del sistema de frenos.
El motor (cadenero) también va muy bien, aunque está condicionado por las especificaciones generales del vehículo (altura, peso, despeje, aerodinámica, tracción integral, etcétera), motivo por el cual las prestaciones son "justas": medimos una velocidad máxima de 189,7 km/h, mientras que en la aceleración de 0 a 100 km/h la marca fue de 11,5 segundos. El consumo tampoco es de los mejores: el rendimiento promedio que obtuvimos en nuestras pruebas fue de 9,8 km/l, condicionado especialmente por el gasto de combustible en el ámbito urbano, espacio en el cual con un litro de carburante puede recorrer 8,1 kilómetros. Un dato positivo: este motor puede funcionar sin problemas con nafta súper.
Sólo uno
El segmento de los SUV es el que más crecimiento ha demostrado en los últimos años, condición que también afecta a la oferta de nuestro país. Por eso podríamos suponer que son varios los rivales de este “Mitsu”, pero al buscarlos haciendo foco en las tres filas de asientos, el motor naftero, la caja automática y la tracción integral, la lista se reduce. De hecho, detectamos sólo un modelo como el más indicado, el Volkswagen Tiguan Allspace que, con motor 2.0 de 220 CV, caja DSG, baúl más amplio y equipamiento más completo (ofrece, por ejemplo, head up display, climatizador de tres zonas, pantalla de 9,2 pulgadas, sistema de apertura del portón “manos libres” y un paquete de seguridad más amplio y moderno), tiene un precio de venta de 2.315.700 pesos (unos 38.000 dólares al cambio de la divisa norteamericana en el momento que escribimos estas líneas), valor que lo deja claramente al límite del impuesto interno.
El Mitsubishi Outlander se vende en nuestro país por 49.900 dólares, aunque al cierre de esta