CHEVROLET ONIX RS
Manejamos la versión más deportiva del hatchback de la marca.
Con una denominación que alude a la historia de General Motors en la Argentina -cuando RS significaba Rally Sport-, la variante del Onix con aspecto deportivo estará a la venta aquí próximamente con motor turbo y caja manual. Lo manejamos antes de su comercialización.
Durante los últimos años se gestaron en Brasil diversas versiones deportivas a partir de los hatchbacks del segmento B. Renault fue la marca que tiró la primera piedra, al crear el RS, un verdadero “hot hatch” sobre la base del Sandero, al que adaptó para convertirlo en un modelo de tinte y espíritu meramente deportivos. Posteriormente, Volkswagen desarrolló la gama GTS del Polo y el Virtus, con el que hizo debutar en la Argentina al motor turbo, y que se posiciona en lo alto de la oferta.
Ante ellos, el Chevrolet Onix RS estará reservado a un público más popular y convencional. Si bien las alteraciones estéticas son notorias, no existen modificaciones mecánicas que mejoren la potencia y el dinamismo del compacto del moño, que de todos modos tiene un motor turbo de 116 CV, unido a una caja manual de cinco velocidades. En definitiva, cumple el objetivo de ser admirado
por el público joven, siendo además una variante que promete posicionarse en un rango de precio competitivo. Aquí, nuestras impresiones tras el primer contacto.
Estilo propio
Lanzado hace poco más de un año, el Onix logró una rápida aceptación dentro del mercado local, disponible con dos motorizaciones: un 1.2 de tres cilindros aspirado, capaz de rendir 90 caballos, y otro de un litro, pero con turbo y 116 CV, el elegido hasta ahora para equipar a las versiones Premier y al nuevo RS. En realidad, esta nueva alternativa RS fue desarrollada a partir del Premier manual, con el que comparte equipamiento. Las versiones automáticas disponen de extras que aquí no se ofrecen.
Lo cierto es que, exclusivamente para nuestro mercado, Chevrolet configuró a los Onix RS con transmisión manual de cinco velocidades, mientras que en Brasil se beneficia de la automática de seis. Se trata de una decisión más que acertada para su concepto de auto con pretensiones deportivas, y que apunta a un cliente más pasional. Las
siglas RS rememoran las de Rally Sport del Chevrolet 400, producido en la Argentina a inicios de los setenta del siglo pasado, y que se posicionaba como un concepto deportivo por debajo del Súper Sport (SS).
Las diferencias
El nuevo Onix RS se destaca principalmente por su estética, provista por un frente exclusivo con paragolpes de diseño específico que incluye una grilla frontal con apliques en tono negro brillante. El moño
de la marca está pintado de color negro, mientras que sobre el lado izquierdo adopta la insignia RS con fondo rojo. Las ópticas con proyectores tienen máscara completamente negra, mientras que las luces diurnas de led, ubicadas en la parte inferior del paragolpes, son exclusivas de esta versión.
Las llantas son de dieciséis pulgadas con diseño específico, pintadas de negro brillante, al igual que los espejos y el techo. Para simular una menor altura del suelo, los spoilers laterales del color de la carrocería le ofrecen una postura más “racing”.
El remate posterior ostenta ópticas traseras oscurecidas e insignias de color negro. Sin embargo, los distintivos específicos más notorios están en el paragolpes trasero, con un importante símil difusor aerodinámico y un alerón sobre la tapa del baúl. El conjunto le da un aspecto realmente deportivo, sin resultar demasiado exagerado.
Aquí, sin cambios
Claro que todo lo que exteriormente llamará la atención del público pasa a desdibujarse un poco con el motor de un litro y 116 caballos, que no presenta cambios con respecto al resto de la oferta. Se trata de un tres
cilindros de concepción moderna, muy adecuado para nuestro tránsito, con un consumo reducido y prestaciones más que lógicas. En nuestras pruebas, el Onix RS manual aceleró de cero a cien km/h en 11 segundos, tiempo que incluso es superior a las del Premier II con transmisión automática (que en las pruebas correspondientes anduvo en el orden de un segundo menos). Puede que la diferencia esté en algunos puntos específicos, entre ellos la efectividad de la tracción a la hora de aplicar la potencia, o en las relaciones de caja: con una marcha extra, el automático dispone de mejor escalonamiento. Quizás una sexta en la caja manual sería ideal.
Una vez en funcionamiento, el motor se percibe mucho más contundente por encima de las 2.500 vueltas, y recién por encima de las 3.000 se lo nota más enérgico aún. Por ese motivo, en la ciudad no resulta tan picante si no estiramos cada cambio un poquito más de la cuenta.
De todas formas, una vez que el turbo entra en acción dispone de una entrega muy superior a la de un motor aspirado de potencia semejante. Los 400 metros con partida detenida los logró en 18 segundos, mientras que la velocidad máxima, en quinta, fue de 185,7 km/h. Por su parte, la elasticidad de 80 a 120 km/h arrojó 10,7 segundos en cuarta y 14,4 en quinta, cifras relativamente buenas para su potencia.
Al andar
Sin cambios con respecto al Onix Premier, el RS se manifiesta como un auto dócil, con una puesta a punto eficiente para la ruta, donde se lo siente estable incluso cuando doblamos exigidos. Con ello, no revela un andar incómodo en la ciudad, por lo que su promedio resulta agradable. Además, en general tanto los pedales como sus comandos son suaves, aunque distan de contar con deportividad, si es lo que se busca.
Frente al volante nos encontramos con una posición de conducción relajada y bastante configurable gracias a las múltiples regulaciones. En materia de equipamiento no dispone de arranque por botón con sistema de manos libres, como tampoco de cargador inductivo de teléfonos móviles. Esta es una característica que comparte con el Premier I (con caja manual), pero son dispositivos que se encuentran de serie en las versiones LT Tech, con motor 1.2 litros.
En cuanto al resto, dispone de sistema multimedia MyLink con conexiones múltiples, aunque carece de la opción de montar OnStar.
Entre su equipamiento se destacan seis airbags, control de estabilidad, aire acondicionado manual, levantavidrios eléctricos, cierre cen
tralizado en rodaje, espejos eléctricos y tapizado de símil cuero combinado con detalles en color rojo, tono que se replica sobre la plancha de a bordo, precisamente en las salidas de climatización. Además, la combinación interior es íntegramente en tono negro, incluyendo el tapizado de techo y la parte central de la plancha, de calidad satisfactoria.
Si hablamos de habitabilidad interior, nos encontramos con plazas traseras de tamaño adecuado para un auto del segmento B, mientras que el baúl presenta un espacio interior justo, incluso inferior al de la generación pasada. Y la rueda de auxilio es del tipo temporal.
A la espera
Por el momento, Chevrolet no lanzó el Onix RS en nuestro país, motivo por el cual su precio aún no figura oficialmente. De todas formas, debería quedar en un punto intermedio entre las versiones Premier I (MT) y Premier II (AT), que actualmente se comercializan a $ 1.759.900 y $ 1.951.900, respectivamente. De ser así, sería un precio adecuado para una variante que revitaliza lo oferta con una impronta más personal y atractiva.