CLÁSICO
La historia de Amilcar
visto, causando un gran agujero financiero.
Sin un repunte en las ventas, para 1934 Amilcar debió cerrar las puertas de la fábrica de Saint-Denis. De todas formas, no bajó los brazos y siguió adelante como pudo, lanzando el modelo Pegase, armado en Boulogne-Billancourt. Este auto fue el primero en contar con un motor no propio; durante el primer año de construcción utilizó un Delahaye de cuatro cilindros y 2.150 cm³, que luego fue reemplazado por uno de 2,5 litros.
Dado que la marca no tenía capacidad para fabricar las carrocerías de acero que ya dominaban la industria europea, debió contratar a distintas empresas externas dedicadas a tal menester, contando así con un catálogo con once opciones de siluetas para los posibles interesados.
En 1937 la absorbió la también francesa Hotchkiss et Cie., que inmediatamente dejó de ofrecer el Pegase. Durante un corto lapso mantuvo a Amilcar como parte de su negocio merced al lanzamiento del nuevo modelo Compound, un vehículo muy avanzado para su tiempo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa se mantuvo gracias a la fabricación de un auto eléctrico y una versión furgoneta del Compound. Y Peugeot, en 1942, se hizo de una participación importante del capital de Hotchkiss, empresa que, finalizado el conflicto armado, retomó la fabricación de sus prestigiosos vehículos, mientras que los modelos Amilcar ya no volverían a producirse.