Bella transparencia
Los faros de los autos modernos ya no son de vidrio. Desde hace un tiempo se ha impuesto este termoplástico, elemento que es fácil de moldear y transformar.
El nombre “policarbonato” significa que se trata de polímeros que presentan grupos funcionales unidos por grupos de carbonato en una cadena molecular. El policarbonato nació en los años cincuenta como resultado de las investigaciones que se estaban haciendo en la rama de los poliésteres. En 1955, el químico estadounidense D. W. Fox descubrió una masa transparente que se había formado en uno de sus frascos de laboratorio. Lo que Fox no sabía era que el doctor H. Schnell, de la compañía Bayer, ya había descubierto el mismo plástico dos años antes. Se trata de un plástico con una temperatura admisible de trabajo de hasta 135 grados, junto con muy buenas propiedades mecánicas y de tenacidad, destacada resistencia química y gran estabilidad dimensional, con un óptimo grado de transparencia, además de reducido peso. Estas propiedades, junto con los cambios en los diseños de los autos y las exigencias medioambientales, han inducido a la industria a adoptar, de manera masiva, el policarbonato para los faros y otros componentes. Un faro de policarbonato, de las mismas dimensiones que uno de vidrio, pesa un 36 por ciento menos, lo que es importante para el ahorro en el consumo de combustible. El policarbonato resiste golpes que el vidrio no toleraría y tiene un factor de seguridad muy importante, que consiste en no desprender astillas cuando se rompe a causa de un choque, por ejemplo. Las astillas de vidrio de los automóviles de anteriores generaciones han causado no pocas desgracias en los accidentes de tránsito. También el policarbonato resiste los golpes de las pequeñas piedras del camino que podrían destruir los costosos faros actuales con lámparas bixenón o led. Los faros modernos adoptan curiosas y grandes formas en los automóviles de hoy, y el policarbonato resulta ideal para conjugar transparencia, resistencia y belleza.