FIAT STRADA ENDURANCE TEST.
La versión de entrada de gama de la renovada pick-up compacta es una representación del concepto “lo justo y necesario”. Buena respuesta general a un precio competitivo.
La variante de entrada de gama de la renovada pick-up compacta se ofrece con "cabina plus". Una buena opción para el trabajo urbano diario.
Durante mucho tiempo los vehículos de trabajo fueron diseñados con un concepto que hoy podríamos definir como equivocado: “Si es para trabajar, no tiene por qué ser cómodo”. Debido a ello, los usuarios de este tipo de unidades se hicieron escuchar hasta convencer a las terminales de que no hay nada mejor que trabajar con el mayor confort posible.
Así, y gracias también a
las nuevas tecnologías, nacieron las actuales generaciones de vehículos utilitarios en los que, claramente, las soluciones de confort se unen con las netamente laborales.
Por eso ‒aseguran los que saben del tema‒, hoy ya no es “un suplicio” trabajar en, por ejemplo, repartos urbanos o traslado de mercancías, tareas que, en la mayoría de los casos, se realiza con pequeñas pickup derivadas de modelos del segmento B.
Por supuesto que existe un gran abanico de posibilidades en este espacio, no tanto en lo referido a marcas (apenas contabilizamos tres), sino en cuanto a versiones de silueta y equipamiento.
Fiat es la terminal que ha realizado la última presentación en este rubro con la renovación de la Strada, que ya hemos analizado en estas páginas y que ahora es nuevamente protagonista a través de la variante de entrada de gama, denominada Endurance Cabina Plus. Esta versión forma parte de una familia en la que aparecen otras tres opciones, todas de cabina doble, es decir que la analizada aquí es la única que dispone de solo dos asientos.
Llama la atención
Durante los días que duró esta prueba notamos una gran aceptación por parte del público interesado en este tipo de unidades. Tal vez por algunos detalles de diseño que la acercan a su hermana mayor, la Toro, o, por qué no, por el color rojo Montecarlo, muy “Ferrari”.
También llaman la atención los detalles de color negro que recorren la silueta y el diseño
de la parte baja de la trompa definido con un voladizo que, aunque parece alargado, raras veces alcanza a tocar el piso.
Por su parte, las ruedas de 15 pulgadas emplean llantas de chapa con embellecedores plásticos.
En este caso, sobre la nueva plataforma (bautizada MPP), va montada una carrocería denominada Cabina Plus, la cual, en rigor, no llega a ser una de cabina y media. Sí es un poco más espaciosa que una cabina simple tradicional, pero ese espacio extra desaparece rápidamente si las butacas son ocupadas por personas de contextura grande que necesitan aprovechar todo el recorrido longitudinal.
Incluso cuando los viajeros no sean muy altos, el espacio libre apenas permite guardar una mochila o un bolso pequeño. Además, allí va instalado el crique y también aparece el kit de seguridad que incluye balizas plásticas, chaleco reflectante y matafuegos.
Como detalle, detrás del respaldo de la butaca del acompañante hay un bolsillo.
La posición de manejo está bien para personas de 1,75 m de estatura, pero la ausencia de ajuste en altura de la butaca y de un reglaje en profundidad de la columna de dirección, les dificultará encontrar la posición óptima a los conductores más altos y, por supuesto, a los más bajos.
Austeridad
En el interior, la calidad de
los plásticos y las terminaciones es buena. Hay varios lugares portaobjetos distribuidos por todo el ambiente.
Como mencionamos más arriba, esta versión Endurance Cabina Plus es la que ocupa la posición de entrada de gama, dato que se ve confirmado en su nivel de equipamiento.
No ofrece ayudas eléctricas para los levantavidrios ni para el ajuste de los retrovisores externos. No hay cierre central, detalle que obliga a prestar atención al abandonar el auto, ya que se impone chequear que la puerta del acompañante esté debidamente trabada. Sin embargo, estas características que podrían representar una incomodidad, no llegan a transformarse en tal, ya que “todo está a mano”: es cuestión de acostumbrarse.
Dispone de un efectivo equipo de aire acondicionado y un sistema de audio de generación anterior, con teclas y display pequeños, pero de buena calidad sonora y que se complementa con entrada USB y Bluetooth. Además, ofrece controles en el volante.
En términos de seguridad, a los obligatorios ABS y doble airbag suma control de tracción y estabilidad, dato que representa una ventaja frente a sus rivales.
Lamentablemente, no dispone de faros antiniebla.
El tablero, similar al que emplea el Fiat Uno, está conformado por un cuadrante principal para el velocímetro en cuyo interior aparece la computadora de a bordo con múltiples parámetros; entre ellos, el indicador de nivel de combustible y el de temperatura del líquido refrigerante del motor.
No cuenta con control de velocidad crucero, pero sí con limitador de velocidad.
A trabajar
Ideal para repartos urbanos, este
vehículo se hace fuerte en las dimensiones y características de la caja de carga. En la nueva generación de la Strada, los ingenieros de Fiat se enfocaron en ajustar algunos detalles técnicos para mejorar la capacidad del sector posterior: ganaron espacio al reubicar la rueda de repuesto en la parte inferior externa del chasis (suciedad garantizada). Pero gracias a esos ajustes, la caja de la Strada Endurance Cabina Plus es de las más grandes del segmento. Mide 164,6 cm de largo, 136,3 cm de ancho (105,9 cm entre los pasarruedas) y 60,6 cm de profundidad, dimensiones que la ponen muy cerca de las pick-up medianas.
Además, puede cargar hasta 720 kg, cubriendo un volumen de hasta 1.354 dm³.
Esa zona de carga está tapizada por un protector plástico de buena calidad que ofrece la flexibilidad necesaria para evitar roturas prematuras. Dispone de varios ganchos para ajustar la carga y una luz de led que se acciona desde una tecla instalada en la zona de mandos.
Además, el portón (que tiene cerradura) dispone de un par de posavasos, para aprovechar en el momento del descanso.
Respuesta aprobada
Con esta renovada “generación Strada” llegó un nuevo motor a la familia de las pick-ups. Se trata del Firefly, un cuatro en
línea naftero 1.3 que desarrolla 101 CV de potencia y 13,7 kgm de torque, pero que está disponible únicamente en la opción Volcano, la tope de gama.
La Endurance que analizamos en este artículo emplea el conocido 1.4 Fire, motor que, con 84 CV de potencia y 12,4 kgm de torque (tracción delantera), ofrece la agilidad necesaria que un modelo de este tipo necesita para moverse con seguridad en la ciudad, su hábitat natural.
Asociado con una caja manual de quinta (con una selectora de tacto “gomoso”), el propulsor se manifiesta “vueltero”: a 120 km/h, el tacómetro marca 4.000 rpm. Tal vez un engranaje de sexta le vendría bien, para reducir la rumorosidad y el consumo, aunque este último es bueno: un promedio de 12,9 km/l.
Si hablamos de prestaciones, tenemos que decir que son modestas: 158,9 km/h de velocidad máxima y 13,9 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h: números muy parecidos a los que relevamos en la versión Freedom cabina doble que probamos en la edición número 502 de Parabrisas, correspondiente a agosto de 2020.
El resto de los componentes mecánicos responde de manera efectiva. Las suspensiones le confieren un andar firme, seguro en la ruta y confortable en la ciudad, mientras que la dirección (hidráulica) responde de manera adecuada. Los frenos también aparecen como un equipo de destacada eficiencia, ya que lograron detener a esta unidad de 1.083 kg en distancias correctas: para detenerse por completo desde 100 km/h recorrió 38,6 m.
Competitiva
Solamente hay dos modelos con los cuales podemos comparar a esta Fiat Strada Endurance
Cabina Plus: Chevrolet Montana LS y Volkswagen Saveiro Trendline.
El primero es un producto que ya lleva muchos años en el mercado y que, aunque últimamente no se la ve mucho (ni en la calle ni en las agencias), la marca americana asegura que sigue disponible en su red comercial. El otro fue renovado hace poco más de dos años, y a pesar de que ajustó estética y equipamiento, mantiene las mismas características que ya lo definían.
Así, esta Strada queda en una posición intermedia: con un precio de lista de 1.464.700 pesos, es más cara que la Montana, que se vende por 1.244.900 pesos y, aunque es de generación anterior (un derivado del Agile), es más potente (105 CV) y está mejor equipada, puesto que agrega, por ejemplo, butaca del conductor regulable en altura, manija de sujeción para el acompañante y chapón protector del motor, ausentes en la Strada. Pero la capacidad de carga es de 696 kg y el volumen de carga de 1.100 litros.
El producto de VW es mucho
más caro: cuesta 1.776.450 pesos. Emplea el “eterno” motor 1.6 de 101 CV y cuenta con algunos detalles que no aparecen en la pick-up de Fiat, como, por ejemplo, ajuste de altura de los faros y luces antiniebla. Pero, puede cargar hasta 715 kg con un volumen de 924 l.
En cuanto a la garantía, ahora Fiat ofrece por este nuevo modelo una cobertura de de tres años o cien mil kilómetros, a la altura de la categoría.