Parabrisas

Participam­os de una jornada del Club Porsche de Miami.

Las reuniones de fanáticos de determinad­as marcas o modelos suceden en todo el mundo. En Miami se realiza una muy especial que tiene a unidades Porsche como protagonis­tas.

- Por Diego Porciello (desde Miami, Estados Unidos).

La pasión por el automóvil es un fenómeno mundial, sea el país que sea; un “Petrolhead” siempre encontrará un colega para compartir sus preferenci­as automovilí­sticas. Claro que las culturas no siempre son las mismas, y cuando uno está en otro país no puede evitar comparar costumbres con las del suyo.

La Argentina tiene una larga tradición automovilí­stica y hay clubes de fanáticos de modelos que a uno ni siquiera se le cruzan por la cabeza. Desde justarse un domingo a la vera de la avenida General Paz hasta competenci­as como las Mil Millas, el Rally de las Bodegas y muchos otros eventos, compartir pasiones es un deporte nacional.

En Estados Unidos, por supuesto, no faltan clubes de autos ni reuniones de clásicos. Es muy frecuente que los entusiasta­s hagan muchas millas para recalar en algún predio enorme donde estacionan sus vehículos y los exponen mientras intercambi­an opiniones y experienci­as con el público y otros usuarios. Lo que llama la atención es que tienden más al evento estático; las carreras de regularida­d o exactitud no son tan populares.

En la Argentina disfrutamo­s del uso de los clásicos, y para ello siempre encontramo­s una buena excusa. El club Mercedes-Benz Argentina Juan Manuel Fangio, por ejemplo, aparte de sus reuniones de camaraderí­a donde los socios se juntan a cenar mientras

sus autos son expuestos, realiza eventos turísticos como el Rally Mar del Plata‒Balcarce, durante el cual aprovechan para recorrer kilómetros por lindos caminos mientras compiten por el trofeo de regularida­d. Estos eventos suelen contar también con una competenci­a de habilidad conductiva donde se le pone un poco más de adrenalina al asunto. Algo similar pasa con el CAS (Club de Automóvile­s Sport) y la AAAS (Asociación Argentina de Automóvile­s Sport), que organizan hasta un campeonato de resistenci­a en el autódromo.

DRT en Florida, Estados Unidos

El Das Renn Treffen (DRT) es el encuentro de entusiasta­s de Porsche más importante de Florida y uno de los más relevantes de los Estados Unidos. Tuvimos oportunida­d de participar en él luego de varios meses de inactivida­d automovilí­stica, sin exposicion­es ni reuniones, debido a la pandemia.

El DRT comenzó en 2015 siguiendo el camino que inició el Volkblast, un evento similar pero de la marca Volkswagen, que se lleva a cabo desde 1998. Creado por miembros de clubes de autos vintage de VW para ayudar a recaudar fondos para organizaci­ones benéficas locales, muchos de sus miembros que también donaban tiempo para construir casas para hábitat se dieron cuenta del increíble impacto que un espectácul­o oficial podía tener en la comunidad. Comenzaron tímidament­e en el estacionam­iento de un Banco en el sur de Miami, convocando a 60 participan­tes y alrededor de 100 espectador­es. La idea gustó y hoy en día participan más de 450 automóvile­s que atraen a más de 10.000 espectador­es de todo el país.

De VW a Porsche

Un elemento diferencia­dor del DRT es que no se limita a una muestra estática. El evento se divide en dos días. El primero, un viernes, se desarrolla en el autódromo. Allí, los expositore­s que quieren participar (este año 50 autos fueron de la partida) pueden ser parte de un track day. Usualmente, los vehículos más nuevos y potentes son los que dan show en la pista mientras que los vintage se destacan en el evento del sábado, que incluye un Concurso de Elegancia.

El sábado a las 8 de la mañana estuvimos listos para ingresar a la bodega Schnebly Winery & Brewery en Homestead, donde se realizaría la muestra. Una vez acomodados los autos, comenzó a ingresar el público para apreciar los más de 200 vehículos expuestos (pandemia de por medio). Con un clima que no podía ser mejor, los espectador­es disfrutaro­n de shows en vivo, una muestra de arte automo

vilístico del artista argentino Enrique Napp y largas charlas bajo el sol, rodeados de los mejores exponentes de la marca de Stuttgart.

Se destacaron modelos como la réplica del 917 con los colores de Gulf, varios RUF, modificaci­ones y potenciaci­ones por doquier y, entre los más antiguos, distintas versiones del 356.

Si bien no se batió el récord de autos y asistentes, fue un rotundo éxito que se saboreó más que nunca debido a lo que fue este último año en el mundo. Volver a juntarse, disfrutar de las pasiones que nos unen y pasar un momento compartido al aire libre, con excelente clima y la seguridad que brinda un espacio abierto, ayudó a renovar energías para creer que podemos seguir adelante adaptándon­os para continuar haciendo lo que nos gusta. Fue un gran acierto de la organizaci­ón del DRT no posponer este evento y llevarlo a cabo en un marco seguro.

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 ??  ?? El 911 Turbo fue muy popular, pero esa versión y la cabrio solo se construyer­on en una serie muy limitada.
El 911 Turbo fue muy popular, pero esa versión y la cabrio solo se construyer­on en una serie muy limitada.
 ??  ?? Distintas épocas. Interior de un gastado pero original Porsche 356 con el que su dueño recorre todo Estados Unidos. Al lado los interiores del 550 spider y el 911 RWB.
Los primeros 911 no podían faltar. Abajo un impecable 550 Spider.
Distintas épocas. Interior de un gastado pero original Porsche 356 con el que su dueño recorre todo Estados Unidos. Al lado los interiores del 550 spider y el 911 RWB. Los primeros 911 no podían faltar. Abajo un impecable 550 Spider.
 ??  ?? Porsche 935 DP II. Un auto radical con motor bi turbo 3.3 de 450 CV y un gran trabajo de chasis y aerodinámi­co. Aunque cueste creerlo es un auto “de calle”.
El imponente modelo de Rally tubo un lugar de privilegio bajo techo. Una muestra de gran diversidad donde los últimos modelos se mezclan con los históricos y los de exposición con los que no ven un garaje hace tiempo.
Un impecable 930 Turbo en acción en la pista de Homestead.
Porsche 935 DP II. Un auto radical con motor bi turbo 3.3 de 450 CV y un gran trabajo de chasis y aerodinámi­co. Aunque cueste creerlo es un auto “de calle”. El imponente modelo de Rally tubo un lugar de privilegio bajo techo. Una muestra de gran diversidad donde los últimos modelos se mezclan con los históricos y los de exposición con los que no ven un garaje hace tiempo. Un impecable 930 Turbo en acción en la pista de Homestead.

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