La falta de insumos, una triste realidad
¿Se puede conducir sin la licencia? En la Argentina la excepción es la regla y la regla suele ser la excepción, aunque no siempre.
Siglo XX cambalache, problemático y febril...”, rezan las estrofas del tango Cambalache escrito en 1934 por el genial Enrique Santos Discépolo, unas palabras que siempre, pero siempre, tienen plena vigencia en nuestra querida Argentina.
Esa contradicción que surge en cada línea de aquella canción queda en evidencia en esta época: algunos decían que llegado el año 2000 los autos iban a volar, pero estamos en el 2023 y no tenemos insumos para imprimir una licencia de conducir... Suena gracioso, pero es tan real como triste.
En un país donde la imprudencia al volante y la falta de conciencia vial son moneda corriente, la reciente noticia de que en muchas provincias no se pueden imprimir licencias de conducir por la escasez de insumos, no hace más que exponer la negligencia y la indiferencia de las autoridades en un tema tan crucial como la seguridad vial.
Pero esto no es algo nuevo: ya sucedió durante la transición presidencial de 2019. Ahora bien, ¿la administración saliente no nos podría haber dejado abastecido los insumos para que esto no sucediera? ¿Es necesario que un Gobierno entrante se encuentre con errores tan obscenos como el de no tener insumos para imprimir licencias de conducir a sus ciudadanos porque los funcionarios anteriores “se olvidaron” de comprarlos?
Obviamente, la manera más fácil de resolver este tema fue emitir una resolución legal (la número 20 B/2023), la cual (con vigencia prorrogada hasta el 30 de abril inclusive) permite al conductor manejar con un permiso provisorio, o con la licencia digital de la aplicación Mi Argentina, siempre y cuando circule dentro de los límites de nuestro país, ya que en el exterior no tiene validez.
Es inadmisible que en pleno siglo XXI seamos testigos de una situación tan lamentable como la imposibilidad de emitir licencias de conducir físicas debido a la falta de papel, tinta o plástico. ¿Acaso la vida de los ciudadanos no merece una inversión mínima en recursos para garantizar su seguridad en las vías públicas?
La escasez de insumos para obtener la licencia de conducir pone en evidencia la falta de prioridad en la promoción de la educación vial y la escasa atención a la infraestructura vial que se viven desde hace años. Refleja la desidia de un Estado que debería velar por el bienestar de sus ciudadanos y garantizar un tránsito seguro para todos.
Mientras tanto, la educación vial va en descenso, la cultura vial está casi destruida y las multas crecen de una manera desorbitante, con el único fin de recaudar y no con el objetivo real de bajar la tasa de siniestros viales.
Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y tomen medidas concretas para mejorar la seguridad vial, incluyendo la gestión adecuada de los insumos necesarios para emitir licencias de conducir físicas. La vida no puede ser un bien descartable frente a la falta de recursos básicos para garantizar la legalidad y la preparación de los conductores. La seguridad vial no puede esperar, y la negligencia del Estado no puede ser excusa para poner en peligro la vida de los ciudadanos. Es momento de exigir un cambio real y un compromiso serio con la protección de quienes transitan por nuestras calles. La falta de insumos no puede ser un obstáculo insalvable para la seguridad vial. Es por ello que entiendo que la nueva gestión pondrá en su agenda la Educación Vial en pos de todos los argentinos. La seguridad vial no puede ser un punto que el Estado se permita ignorar, ni la falta de insumos una excusa para descuidarla.