con mensajes explícitos, la ‘grieta’ ya atraviesa las apps de citas
“Si sos K, no me hables” o “macristas abstenerse”: cada vez más, usuarios de tinder o Happn los usan de filtro para evitar salir con gente con la que no coinciden.
La politización de lo privado, algo necesario MANUELA GUTIERREZ*
“No es la mejor foto de perfil, pero es mejor hacer filtro porque no nos vamos a poner nunca de acuerdo. Si sos K, no me hables”, escribe una usuaria en su perfil de una app de citas, donde tiene como foto de perfil una K tachada. “Me interesa alguien que esté del mismo lado de la grieta que yo”, escribe otra, junto con una K y un corazón, y una foto de perfil también alusiva al tema. “Macristas abstenerse, no hablo con cipayos”, se lee también, confirmando que la “grieta” llegó también a las aplicaciones de citas.
“Es gracioso leer algunas biografías: cada vez más se ve gente que no quiere salir con votantes de Macri o que sea K, aunque hay muchos más antimacristas que lo expresan que antikirchneristas, eso seguro”, cuenta Mariano, que usa Tinder desde hace poco tiempo, y se sorprendió un poco con las diferencias políticas explícitas en los perfiles. “Hay Aunque suene como una idea novedosa, la denominada “grieta” no aparece en Argentina en el transcurso de los últimos años: para el teórico Carl Schmitt, dividir las aguas es una manera de hacer política. Y además, es insoslayable la mención a la histórica tensión entre unitarios y federales, por ejemplo, entre otras dicotomías que se han construido en nuestro país con estos mismos fines.
En la era de la posverdad, las “grietas” ya no se resuelven con guerras civiles, sino que tienden a dirimirse (o no) a través de la palabra, del diálogo y –en gran parte– en las redes sociales. Aparece entonces la pregunta vinculada a la forma en la cual se cristaliza la “grieta” en las aplicaciones para conocer gente. Es llamativo que estas apps emerjan como la manera “ordinaria” de conocer hoy a una pareja. Pero más resuena el fenómeno que se produce desde los perfiles de las personas que plantean el antagonismo en esos perfiles.
Es un tema interesante para entender que lo personal es político –como plantea el feminismo– y hasta qué punto una salida casual con alguien se encuentra atravesada por la dimensión política. Aunque a veces se asocie esta división/tensión como algo negativo, la politización de lo cotidiano y de lo privado es –por lo menos– interesante y necesario. Sin caer en fanatismos radicales vacíos de sentido, son válidas y legítimas esas aclaraciones. Habría –sin embargo– que evitar caer en los guetos de grupo, como sucede en las apps donde sólo ingresan personas del mismo partido político.
De todas maneras, la decepción por no compartir los mismos gustos no viene sólo de la mano de la ideología política. Y por el contrario, sí podría haber coincidencia en estos puntos, y una diferencia política y que la relación funcione. Es decir, a la hora de conocer a alguien, la “grieta” no es definitoria en su totalidad.
otras más pe- queñas, también, están los que ponen que no salen con fumadores, o que si tenés tatuajes le pongas una cruz”, agrega.
Así, en tiempos donde lo virtual se convierte cada vez más en lo “ordinario”, algunos usuarios comentan cómo notan –y aún más, durante las elecciones– cómo muchos eligen poner “filtros” políticos a la hora de buscar pareja en las aplicaciones de citas más conocidas, como Tinder y Happn.
Algunos lo expresan con fotos de perfil, otros con leyendas en las biografías. Incluso existe un Tinder K, creado este año –aunque previo, ya había un grupo de Facebook con el mismo nombre–, donde los usuarios buscan parejas o amigos con su misma ideología política. “Un espacio de encuentro de Compañeros del Proyecto Nacional y Popular, para encontrar pareja, amigos, participar en eventos solidarios”; “Grupo Oficial Tinder K apoyado por la Jefa, nuestros referentes políticos y además con más miembros. Hecho para solos y solas, peronistas y/o kirchneristas que tengan ganas de encontrar amigos, amigas, pareja, novio, novia”, dicen.
La pregunta es si estos filtros de antemano no se están anteponiendo a que una relación termine, incluso antes de que comience en el mundo virtual. “Vivimos en un país atravesado por la grieta en todo. En lo personal yo no me fijaría si una relación puede o no crecer a partir de diferencias políticas, pero entiendo que son tan definitorias como cualquier otra diferencia. Y que si el vínculo es verdadero, los puntos de vista opuestos pueden ser complementarios”, dice Guadalupe, que usa las apps desde hace tres años. “Si la política es el tema principal del primer encuentro, prefiero mantenerme al margen”, se sincera Tomás. “En lo posible, busco gente con mi misma ideología política, y en el cuadro de fútbol también”, aporta Sabrina.
Subjetivo. “Estamos en una época donde las categorías de la subjetividad humana no son absolutamente cerradas, y donde nada está fijado. Eso se extiende a todos los ámbitos de la vida, por eso la política, incluso con sus grietas, logra reunir identidades y produce un ‘nosotros’. Eso no descarta que, al mismo tiempo, produce segregaciones, por eso las leyendas como ‘no quiero estar con vos, te excluyo si sos lo otro’”, aporta Esther Any Krieger, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Desde apps como Happn, explican que los perfiles se conectan con otras redes como Facebook, desde donde se sincronizan fotos e información de perfil. Y que cada usuario puede agregar descripciones, intereses, hobbies y filiación política. “Justamente, el objetivo es conocer gente con afinidades similares a las de uno para compartir momentos, tal como en la vida real”, explica Carmen Castillo, vocera para América Latina.