LOS FANTASMAS, EN FORMA DE LIBROS, MÚSICA Y VINOS
Los fantasmas se expresan de diferentes maneras en el castillo, a través de Wilkins. Uno es el que compone canciones. También hay uno que escribe poesías y un libro, que está en etapa de revisión y será editado el año próximo. “Con un gran escritor de Honduras, Juan Ramón Saravia, estuvimos un año entero con entrevistas; a veces él me cita, otras yo hablo, y es sobre mi larga carrera, mi niñez, mi vida”. Pero, además, hay un fantasma bodeguero, que elabora vinos: “En Mendoza me asocié primero con mis queridísimos amigos de la bodega Luis Segundo Correas e hicimos un vino que llamamos Gualicho. Después de haber aprendido y codearme con los etnólogos, pasamos a otro vino premium, con la bodega Vistalba de Carlos Pulenta, y al champán y así. Eso me dio profundidad para seguir en el mundo del vino y defenderlo, ya con los conocimientos que esto merece. También es arte, todo es mágico en el vino”, cuyas marcas son Gualicho, Sinvergüenza, Traicionero y Descarado.