Feria del Libro: menos ventas y un ciclo de programación consolidado
Con una estructura de programación afianzada, nuevo formato y más de 270 actividades realizadas, termina hoy la Feria del Libro. El sector editorial, el más crítico hacia el evento.
Tras 18 días de plena actividad en la Plaza San Martín, hoy finaliza la trigésima segunda edición de la Feria del Libro y el Conocimiento en nuestra ciudad. Si bien desde la organización se encargaron de remarcar que aún no realizaron un balance, un primer dato para destacar es la aceptación del nuevo formato, con los cuatro domos incluidos, uno de ellos dedicado al lenguaje digital: “El Domo Digital tuvo mucha actividad durante todos estos días y, de hecho, la app -que contiene la agenda con toda la programación de la feria en tiempo realtuvo más de la mitad de descargas en la primera semana que todas las que tuvo el año pasado”, detallan. Sobre las ventas, los propios feriantes reconocieron que este año se notó una merma en la venta de ejemplares respecto a la edición anterior.
En cuanto a la participación de México como país invitado, rescatan su importante aporte a la programación central y a un ciclo de cine mexicano en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, que continuará, incluso, una vez terminada la feria. En este sentido, el cronograma planteado por los organizadores también incluyó, entre otras tantas actividades, la conferencia magistral “México y Córdoba unidas por la reforma”, a cargo de Norma Morandini (curadora de la feria), el paso por Córdoba del británico Simon Reynolds con “Todo el mundo está en el showbiz: el glam y el antiglam desde los 70 al siglo 21” y el espectáculo teatral “El territorio del poder”, de Leonardo Sbaraglia y Fernando Tarrés.
Defensores y detractores. Como en todo evento de esta envergadura, siempre hay defensores y detractores. Uno de los libreros más reconocidos de Córdoba, Rubén “Corcho” Goldberg, señala que su experiencia con la feria fue muy positiva: “Este es el primer año que participamos y lo hicimos indirectamente en el estand de México, ya que la Embajada quiso que estuvieran el Fondo de Cultura Económica (nave insignia de las editoriales mexicanas) y Siglo XXI”, relata Goldberg, al tiempo que se apura en aclarar que años anteriores no ha tenido participación en la feria por una mera cuestión de estructura. “La feria siempre es positiva porque le permite a la gente tener acceso directo a los libros; yo no participé en años anteriores porque no tengo personal, son jornadas muy largas que incluyen sábados y domingos. Es un gran esfuerzo”, explica. Por su parte, Leandro Calle (curador de la Feria del Libro 2015) sostiene que si bien dentro de la programación de este año no hubo grandes figuras, el punto fuerte fue la consolidación de los ciclos: “La estructura de programación -Córdoba Mata, Antena, Subte y Espacio de Poesía, entre otros- lleva muchos años y se afianza como una estructura ósea de la feria”. Otro punto a favor se lo lleva la propuesta de lo tecnológico/digital, aunque reconoce que aún falta camino por recorrer en este terreno: “Sigue siendo solo un punto de partida”.
El sector editorial es el que más crítico se muestra sobre la realización de esta feria. Carlos Gazzera, director de la Editorial Universitaria de Villa María (Eduvim), señala que este es el segundo año consecutivo que deciden no participar directamente, sino a través de libreros. “Esta no es una feria del libro, sino de libreros. Creo que el modelo no debería ser una sola gran feria, sino múltiples ferias, armar ferias sectoriales”, dispara Gazzera. Y apunta que tanto la Municipalidad, la Provincia, la UNC y demás entes organizadores deberían invertir en modelos de profesionalización del sector editorial y no tener una “costa pobre” de editores independientes en la calle Buenos Aires y otra “de ricos” sobre la calle Independencia.
“En general, los libreros y comerciantes exponen en la feria los mismos libros que tienen disponibles en las librerías, entonces ¿para qué hacer una feria si los libros que traen no son novedosos para el público? Este es un modelo de feria que solo le sirve a los libreros y no a los editores. Por eso, los editores han empezado a construir alternativas. Es un negocio que está bien armado, no hay que tocarlo, pero hay que entender quiénes son los que ganan y los que participan en él”, sostiene.
Con todo, ¿se puede establecer una comparación con la feria que se realiza en Buenos Aires? Gazzera sostiene que no: “La Feria del Libro de Buenos Aires es internacional; tiene una fuerte jornada profesional durante los primeros días, presentaciones de libros y firmas de autores importantes. Allá están las editoriales, acá están las librerías”.