“Schiaretti se adelantó a esto”
—¿Cómo evalúa la filosofía general de la reforma laboral propuesta?
—Con la excusa del blanqueo y de generar empleo genuino, se están habilitando formas precarias de trabajo. Es una reforma que está en la línea con las que ya se concretaron en Brasil y Francia, que están bajo un común denominador: maximizar ganancias y minimizar costos, eliminando derechos de los trabajadores.
—¿Cuál cree que será su impacto en Córdoba, en su sector?
—Nosotros creemos que el gobernador Schiaretti tiene muchos puntos en común con esto. Se ha adelantado en cuanto a la reducción de las plantas de personal. En 2016, hizo campaña diciendo que había reducido en 1.500 puestos la planta de la administración pública, y en efecto así ocurrió. Lo hizo por la vía de no renovar contratos y no cubrir cargos vacantes por renuncias y fallecimiento. En consecuencia, la idea de que la planta debe ser chica, la comparte con seguridad. Los puestos del Estado se justifican en función de lo que uno quiere hacer; si quiere tener buena salud pública, no puede tener los hospitales sin gente y si, además, por vía de las obras se aumenta la disponibilidad de los servicios, tiene que poner gente. Indudablemente, falta gente en el sector salud.
—¿No sobra gente en ningún lado?
—No creo que sobre nadie en ningún lado. No obstante, las áreas más pobladas están situadas en la sede del Poder Ejecutivo y en la mayoría de los ministerios.
—La Nación pidió a las provincias que actualicen gasto corriente solo en función de inflación. Esto pone un límite al incremento salarial del 2018…
—Eso está diciendo cuál es el techo para salarios que en el sector público están deprimidos. El salario inicial de bolsillo apenas si rasca los $13.000 para empleados de planta; después hay una masa de contratados que está por debajo. A toda esa gente, decirle que no se le va a subir el sueldo más allá de la inflación oficial, obviamente no es un horizonte halagüeño.
—¿Cómo ve entonces la paritaria del 2018?
—El acuerdo de este año tuvo dos elementos compensatorios importantes: un piso garantizado de $2.000 y la cláusula gatillo. Se activó cando la inflación superó el 12%; si la de octubre supera el 18%, se pagará la diferencia. Desde febrero se debería estar discutiendo con estos parámetros y aplicando estos mecanismos defensivos.
—Usted ha admitido que enel Estado se perdió la cultura del trabajo ¿Qué significa?
—Por un lado, los concursos de pase a planta, que son una buena herramienta, se ningunean. De los 1.300 cargos concursados hace dos años, recién se confirmaron 700. Por otro lado, hace falta capacitación importante, una tarea en la que el sindicato ha suplido el papel del Estado. Si al empleado no se lo capacita y no hay aliciente salarial importante, el resultado es que hay poca cultura del trabajo.