Los empresarios, en una economía en reforma permanente
ra queda fuera de este eje de análisis. Su motivación es de índole política. En su contra se argumenta que duplica la imposición, porque se trata de ahorros ya alcanzados por Ganancias, pero lo que se pretende gravar no es el capital, sino la renta que genere. Sí es cierto que gravar rentas en un contexto de alta inflación termina gravando rentas ficticias, pero la menor alícuota propuesta para activos en pesos no indexados pretende compensar ese efecto (aunque no puede lograrlo en casos de rendimientos reales negativos, como viene ocurriendo con plazos fijos).
También quedan afuera los cambios en impuestos internos con motivación de índole recaudatoria. Los argumentos oficiales vinculados a la salud pueden ser insuficientes ante el impacto negativo en economías regionales. Seguramente lo que salga aprobado será diferente de lo propuesto inicialmente.
En el núcleo central de la propuesta sí entran reducción de Ganancias empresarias, primero para utilidades reinvertidas y luego para el resto, devolución acelerada del crédito fiscal IVA por inversiones, mínimo no imponible para contribuciones patronales al sistema previsional e impuesto al cheque a cuenta de Ganancias.
Aunque en la línea correcta, su impacto real requiere análisis para cada sector productivo, ya que es diferente según su estructura de costos.
Por ejemplo, el efecto del mínimo no imponible para contribuciones patronales se diluye en empresas de autotransporte de cargas, por salarios muy por encima del mínimo (también en empre- sas de software, más todavía si tienen los beneficios de la promoción al sector), pero será importante en comercio y construcción, con salarios más cercanos al mínimo.
O la devolución acelerada del IVA, con menor incidencia sobre la tasa de retorno de inversiones en autotransporte de cargas, donde el crédito fiscal por compra de camiones suele recuperarse rápidamente, que en el caso de inversiones metalúrgicas, donde el crédito fiscal suele recuperarse más lentamente.
En un contexto de reforma permanente, que incluirá a provincias y municipios, el sector empresario puede jugar un rol importante, incidiendo en las discusiones con cifras, análisis y argumentos sólidos sobre la competitividad en cada sector.
Se trata de una oportunidad que vale la pena aprovechar. Hacía mucho tiempo que no se daba un contexto abierto de discusión sobre las condiciones para generar crecimiento sostenido.