Justicia investiga cómo desapoderaron a Franceschini de la fábrica
El fiscal de Instrucción Distrito I Turno V, José Bringas, elevó a juicio a Pablo Abdón Dahbar, Carlos Hernán Dotto, Ricardo Rubén Martínez, María Soledad Bessone, Osvaldo Sergio Terragni, Gerardo Andrés Oddone, Gustavo Reynaldo Cena, María Cecilia Dahbar, Luis Rodolfo Jara, al escribano Bernardo José Juan Borcosqui y al exmarido de Andrea Franceschini, Arturo Javier Gerardo Sánchez. Se los acusa de los delitos de estafa, defraudación por administración fraudulenta y falsedad ideológica.
Según relató Franceschini, a pesar de haber sido la creadora de la empresa y de haber inscripto la marca Andrea Franceschini en el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INPI), “de un día para el otro entró gente a la planta que teníamos en calle Guillermo Reyna, Alto Alberdi”. Explicó que se debió a que su entonces esposo, Sánchez, trabó contacto con prestamistas para salir de la crisis financiera que tenía la firma a pesar de su próspera inserción en el mercado comercial cordobés. Ellos se hicieron cargo y la fueron desplazando incluso de la producción. Hasta ese momento, trabajaban bajo el sello de “Repostería Tradicional S.A.”. Según se logró probar en la Justicia, las personas imputadas con sucesivas cesiones de acciones fueron vaciándola, para hacer nacer “De Dulces SRL” y desde ahí volvieron a hacer migrar las acciones hacia “Fajo SRL”. En la actualidad, esta empresa tiene más de 150 franquicias y comercializa tortas con el nombre Andrea Franceschini con
packaging color anaranjado. Atrás había quedado la disputa intrafamiliar -que merecería un capítulo aparte- en el que Andrea Franceschini se opuso a la inscripción de la marca Graciela Franceschini, posterior a la suya, y con la que comercializaba tortas su mamá. Eso motivó el distanciamiento de toda su familia. Después del fallecimiento de Graciela Abratte de Franceschini, su esposo Armando y sus cuatro hijos siguieron manejando la empresa de repostería.