Zuccardi: “Si quieren recaudar, preferimos las retenciones al impuesto”
La paz de los viñedos, con su marco de sol y montañas, se vio alterada desde el anuncio de la suba de los impuestos internos para vinos y espumantes. Los productores vitivinícolas, una actividad que representa el 30% del PBI de la provincia de Mendoza y unos 400 mil puestos de trabajo directos e indirectos según los voceros del sector, se trasladaron de las fincas a la Gobernación para mantener una serie de reuniones con los funcionarios locales de producción.
“Hay dos problemas. Uno que se considera el vino como una externalidad negativa para la salud mientras que hay una ley nacional que lo establece como parte de la cultura nacional”, explica José Alberto Zuccardi, director de la bodega que lleva su apellido y presidente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA). “Incluso Favaloro recomendaba una copa de vino diaria”, sostiene. “Lo que se logra es deprimir el consumo. Estamos hablando de 870 bodegas en la Argentina, 17.500 productores y 220 mil hectáreas destinadas a la producción, para un sector que aporta $ 18 mil millones al fisco por año”, detalla. “Si el interés es recaudar, prefiero que vuelvan a poner las retenciones que este impuesto interno”, reconoce Zuccardi en un intermedio en una de las tantas reuniones con funcionarios provinciales de la semana.
El gobernador Alfredo Cornejo se reunirá en Buenos Aires con las autoridades nacionales para negociar cambios, algo a lo que ya le abrió la puerta el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Los vitivinícolas aseguran que en los últimos dos años perdieron un 13% de mercado por el aumento de precios. “Esto va a traer un achicamiento del sector y puede generar pérdida de puestos de trabajo. Del otro lado, desgravar las gaseosas light promueve el consumo de productos cuya fórmula no se conoce. Para un litro de vino se necesitan entre 30 y 40 kilos de uva, sin aditivos”, agrega. La medida generó una fuerte batalla por el mercado de consumo, todavía alicaído, entre gaseosas, cervezas y vinos. En el medio, el Gobierno anunció una baja en las cargas patronales para fomentar la creación de empleo. “En el juego de sumas y restas, no compensa el impuesto interno. Es una ventaja impositiva del 3,5% contra un impuesto del 10%”. En otros sectores, como el automotor, las medidas fueron mejor recibidas: si bien incluyen un gravamen a los vehículos de más alta gama, hay una baja para los de media. Según el titular de Fiat, Cristiano Rattazzi, la baja en contribuciones es una buena noticia, aunque reconoció que sólo implican el 3% del costo total del auto. En el caso de la japonesa Toyota, voceros de la firma aseguraron que la mejora en las condiciones no altera los planes de inversión “de largo plazo” de la automotriz, que vendió pick ups como pan caliente por el repunte en el campo.
“Lo que se logra es deprimir el consumo, que en los últimos años ya cayó un 13%.”