“La forma en que se enseña historia hoy está pensada para un pibe de la década del 50”
El historiador llega a Córdoba con “Preguntas de la Historia y la Filosofía” junto a Darío Sztajnszrajber. Analiza la actualidad y pide por “un debate serio del modelo educativo”.
Darío nos cruzábamos en diferentes lugares y la idea se fue gestando. Los dos somos orgullosamente divulgadores en estas disciplinas, habitualmente vistas como no tan útiles ni tan prácticas.
— ¿En qué cree que falla la educación a la hora de dar Historia para que se genere esa visión errónea?
— Hay una crisis del modelo educativo. La idea que está muy fuerte en Europa respecto al modelo educativo, la cual se aplica en los modelos escandinavos, es trabajar sobre la forma de hacer historia y no tanto en los contenidos. Cuando estamos en la clase de Química, vamos al laboratorio y hacemos química, la idea es hacer lo mismo en la historia. La tendencia moderna es no trabajar en contenidos memorísticos que desaparecen al instante y que los tienen al instante en su celular. En definitiva, la idea es no trabajar en memorizar cuándo fue la batalla de Salta, sino aprender a indagar y a abordar el hecho, entender en que contexto se dio. La educación actual es para un pibe qué no existe más, un pibe de la década del 50 o 60, en donde la escuela tenía el monopolio del conocimiento. Uno lo aprendía todo en la escuela. Ahora ya no es así, hay páginas especiales, redes sociales, blogs con contenido cada vez más específico. Creo que estamos muy lejos de un serio debate educativo, en donde se trate con seriedad el tema de los contenidos.
— En este contexto ¿cómo ve las clases de Historia?
— Al chico ya no se le puede ir con un relato clásico y decirle: “Colón descubrió América”, porque el chico ya tiene otras fuentes. Los manuales en temas polémicos traen distintas posturas, no apuntan a una versión única y algo interesante es que los manuales ya no se animan a ser categóricos respecto a un hecho histórico y dejan abierto el debate.
— En las últimas elecciones Córdoba viene denunciando ser discriminada por Buenos Aires y exigiendo mayor federalismo. ¿Cuál es su óptica respecto a enfatizar estos reclamos?
— Es un reclamo totalmente legítimo que tienen todas las provincias. La Coparticipación es una burla, que no se cumple. Las provincias generan los recursos que administra la Capital Federal, que no produce absolutamente nada. Es increíble que se queden con los recursos generados por el resto de los distritos y no devuelva proporcionalmente eso. Es una injusticia histórica y una malversación absoluta del federalismo que está escrito en el artículo 1° de nuestra Constitución, ya que utilizamos el sistema representativo, republicano y federal.
— En estos tiempos en que se habla de posverdad y los hechos parecen tener varios enfoques, ¿cómo se escribe la historia?
— La posverdad no es un tema nuevo. Umberto Eco ya hablaba de “la noticia deseada”, donde hay un receptor deseante de un tipo de noticia, que aún sabiendo que es mentira, la quiere creer. Eso para mí es la posverdad. En ese contexto la historia hoy se escribe con una gran diversidad de fuentes. Está tan sesgado el relato de la realidad que escribirlo con una sola fuente sería un mamarracho. Hoy las fuentes no son creíbles, el periodismo atraviesa una crisis de credibilidad en donde hay falta de respeto a la verdad. Hay relatos muy parciales y la novedad es que hay más responsabilidad del receptor. Del emisor es obvia, pero el receptor también avala lo que le están vendiendo y ahí ya nadie es inocente.