Caputo-Moyano se asocian por la basura.
El viernes se abre la licitación de la recolección en la capital cordobesa, por $14.000 millones en ocho años. La alianza inquieta a empresarios y sindicalistas.
La participación de Nicolás Caputo en la licitación, con un contrato por $ 14.000 millones por ocho años, es un condimento extra que pone en alerta a empresarios y gremialistas.
De no mediar ningún imprevisto, el próximo viernes 17 de noviembre se concretará la apertura de ofertas para conocer cuáles son las empresas que se presentarán a una licitación clave para la ciudad de Córdoba: la recolección de residuos. Desde la Municipalidad ya postergaron dos veces el proceso, aduciendo que el objetivo era que se sumaran nuevas empresas a la licitación. En realidad, eso no ocurrió, ya que los oferentes, de no mediar imprevistos de última hora, serían los mismos que ya habían dado a conocer su participación. Así, a las actuales prestadoras del servicio, Lusa y Cotreco, se sumarán la UTE conformada por la brasileña Solvi y Caputo, la española Urbaser y la peruana Petramas. Todavía persiste la duda respecto a la última prórroga (anunciada el 27 de octubre), teniendo en cuenta que ya habían pasado las elecciones y justamente ése había sido uno de los argumentos en la suspensión anterior.
Pero más allá de eso, la lucha por la licitación cuenta con variados condimentos. Uno de ellos tiene un carácter marcadamente económico: se trata de un contrato por $ 14.000 millones, que el ganador firmará con la Municipalidad por ocho años, con una prórroga por otros dos. La recolección de residuos es uno de los ítems que mayor erogación implica para el Ejecutivo municipal. La presencia de “jugadores de peso”, como es el caso de Nicolás Caputo (amigo íntimo del presidente Mauricio Macri) y la presencia, aunque en las sombras, del sindicalista Hugo Moyano apoyando al empresario, es otro de los condimentos que permite realizar varias lecturas.
Todos en alerta. El tándem Caputo-Moyano pone en alerta tanto a empresarios como a gremialistas. Los hombres de negocio que participan de la licitación ven un llamado de atención con la entrada de “Nicky” Caputo a esta disputa, ya que, en el fondo es poner sobre la mesa la relación entre el líder del PRO y el intendente Ramón Mestre, si bien distante a lo largo del tiempo, aunque compartiendo el mismo espacio político y con las elecciones del 2019 en la mira.
“Nadie cree que alguien desde la Nación vaya a intervenir en una instancia tan importante como esta licitación. Por eso mismo llamó la atención que Caputo pusiera su foco en Córdoba para esta licitación”, señalan fuentes consultadas por este medio que siguen de cerca la disputa. Es más, están quienes creen que, con el objetivo de alivianar tensiones con Casa Rosada, Mestre podría hacerle un guiño a Macri abriéndole la puerta a un Caputo que ya tiene oficinas alquiladas en Córdoba y que por las mismas ya desfilaron hombres de Moyano.
Por el lado de los gremialistas, la “sociedad” también despertó todo tipo de especulaciones en el Surrbac, el poderoso gremio que aglutina a los recolectores cordobeses y que controla la familia Saillén. La disputa entre los Saillén y los Moyano viene de vieja data y nada parece indicar que las aguas se vayan a apaciguar. Más bien todo lo contrario.
San Francisco, caso testigo.
Lo que sucedió en abril de este año en la ciudad del este provincial es el ejemplo que ponen sobre la mesa tanto empresarios como gremialistas a la hora de analizar un potencial ingreso de CaputoMoyano en el negocio de la recolección de residuos en Córdoba capital. El servicio quedó paralizado por el despido de dos trabajadores de la empresa Ashira, la concesionaria del servicio de recolección de la basura en la ciudad de San Francisco, “por persecución gremial”. Juan José Saillén, hijo de Mauricio y delegado regional de Surrbac, encabezó una manifestación en la que participaron más de 200 personas agrupadas en el poderoso gremio cordobés. Lógicamente, tremenda movilización contó con el despliegue de fuerzas provenientes de la Capital, Río Cuarto y Carlos Paz, las otras dos ciudades grandes controladas por Saillén.
En San Francisco, el sindicalista adujo que se trataba de despidos sin causa vinculados a la participación de los trabajadores del Surrbac y el enfrentamiento con la Federación de Camioneros por la representación de los operarios del servicio en aquella ciudad. Esa pulseada la terminó ganando Saillén que, victorioso, cruzó a la empresa, Camioneros y al municipio, que comanda el llaryorista Ignacio García Aresca. “Actuaron en connivencia”, dijo el líder del Surrbac en aquel momento.