Lo que Carrió es para el Gobierno, Lanata es para Clarín: un aliado inestable con tensiones inmanentes
Lanata, cuyo estilo es ser el periodista audiovisual más confrontativo del país. Además, habían pasado solo dos semanas del debut de su programa, Periodismo para todos, donde ya se habían generado rumores sobre pedidos de bajar el tono a una denuncia sobre el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, y las tensiones que eso habría generado entre Clarín y el Gobierno, y entre Clarín y el propio Lanata. Más decenas de versiones no confirmadas de llamados de Magnetto a Lanata y de Macri a Lanata, acortamiento de esa nota, omisión de una parte de la investigación realizada por la periodista Cecilia Boufflet en Mendoza y la posterior eliminación del fragmento del monólogo donde Lanata hablaba de Quintana en la versión online de Periodismo para to-
dos en el sitio oficial de Canal 13, sumado a la sugestiva presentación de Quintana en el programa de Lanata en radio Mitre realizando su descargo al día siguiente.
Es compresible también que a Lanata lo habite la misma incomodidad que a Carrió: no poder criticar los errores del macrismo con el mismo énfasis que hacían con otros gobiernos. Dentro de los pasillos del Grupo irónicamente dicen que Lanata es para Clarín el mismo claroscuro que Carrió es para Macri. Lanata es perfectamente consciente del problema que significa hacer su periodismo crítico en el multimedio líder del país, donde naturalmente tienen que existir muy variados frentes de intereses en conflicto. Eso lo llevó a pensar a mediados de 2015 que, tras las elecciones, se tenía que ir a vivir a Miami porque no iba a poder seguir haciendo Periodismo para todos. Por entonces, Lanata me visitó en PERFIL para pedirme que le firmara una carta de recomendación en Estados Unidos para una visa permanente porque se iría a crear allí un portal web hispano parlante. Textualmente me dijo: “Va a ganar Scioli, Clarín va a arreglar todo con él y no voy a poder hacer más el programa”. Finalmente ganó Macri y se abrió la posibilidad de seguir con Periodismo para
todos con la agenda judicial de la corrupción kirchnerista, con sus múltiples derivaciones, y Lanata volvió a los pocos meses de Miami sin lanzar su portal de internet. Pero dos años y medio después la agenda de la corrupción kirchnerista fue agotándose, especialmente en 2018 tras la derrota electoral de Cristina Kirchner a fines de 2017 y la creciente insatisfacción que comenzó a generar la economía de Cambiemos.
tica”. Fue el lunes, durante un discurso en la misa en la capilla de Santa Marta, en el cual se quejó porque “se comienza a juzgar a las instituciones que han sido debilitadas y se destruye a las personas”. “Adulterando la comunicación, poniendo la información en manos de una persona sin escrúpulos, para calumniar y destruir a los rivales”.
Al día siguiente, el coconductor de la redacción del diario Clarín, Ricardo Roa, escribió un editorial titulado “El Papa enojado vuelve a ser Bergoglio”, donde concluyó: “Solo el Papa entiende dónde encaja acá en todo esto la ley de medios kirchnerista que ayer reivindicó y con la que los Kirchner buscaron desguazar al Grupo Clarín y alinear a los medios con la plata del Estado. Nació como una venganza y creció como un negocio: con la excusa de enfrentar un supuesto monopolio, armó un real monopolio paraestatal”.
Lo último que le falta a Macri en su turbulenta relación con el Papa es agregar un nuevo elemento de conflicto: que su correspondencia con Clarín y la fusión de Cablevisión con Telecom terminen siendo vistas por el Vaticano como una forma de “destruir la comunicación libre”, en palabras del Papa, quien agregó: “Comunicar escándalos es algo que tiene una seducción
enorme”. “La comunicación de ese escándalo se extiende y esa persona, esa institución, ese país termina en ruinas. No se juzga a la persona, se juzga a las ruinas de la persona y de las instituciones para que no puedan defenderse”.
Así como la oposición tomó el malestar que generó el aumento de tarifas que beneficia a las empresas productoras de energía, podría tomar la crítica del Papa para denunciar al Gobierno de comprar buena prensa en lugar de con publicidad oficial, como hacía el kirchnerismo, con una moneda mucho más cara. De hecho, la oposición ya viene refiriéndose