“Fue injusto lo que le tocó vivir a Angie”
“Fue muy injusto lo que le tocó vivir a Angie. Ella era consciente de lo que pasaba, pero no tuvo el rol que le adjudicaron. Vino a Argentina porque me siguió a mí. Desde los medios que no pararon de hablar de su cuerpo, todo porque vendía. El enfoque fue muy irrespetuoso”, dice Nicolás Gualco sobre su ex. “Renegué mucho, ella no era nada de lo que estaban diciendo, le estaban arruinando el nombre, la imagen, la estaban mansillando con algo que llega hasta el día de hoy”. “Cuando estábamos presos, nos apoyamos y traté de cui- darla hasta donde pude –asegura–. Gracias a la formación de artes marciales que tuve y a que tengo un padre que fue militar, la pude sobrevivir. Ya había pasado por etapas de rigor, obviamente estaba asustadísimo y aferrado a Dios y a mi Virgen, pero lo pude llevar de otra manera. A Angie le perturbaba mucho ver la violencia. Te pone mal ver que le abren el estómago a una persona de una cuchillada, que se pelean y se matan, o encontrar a alguien que se colgó en el baño. En una oportunidad, Angie vio cuando sacaban el cuerpo de una chica que habían matado en un pabellón y no durmió por una semana. Quedó impactada. Yo entendía que era parte de esto. Estar preso me causó un daño interno que lo trabajo psicológica y espiritualmente de mil formas. Ella lo trabaja desde el lado de Dios”.