Perfil Cordoba

Nuevo mapa del PJ cordobés Schiaretti diseña operativo contención

La reconfigur­ación de UPC tras la muerte de De la Sota tiene al mandatario como nuevo socio mayoritari­o. Llaryora garantiza la renovación. Además, el rol de la histórica mesa chica. Delasotist­as, kirchneris­tas y gremios, huérfanos tras la partida del líde

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La muerte de De la Sota dibujó un nuevo tablero. Las preocupaci­ones del gobernador, el descontent­o de algunos delasotist­as y el rol de Llaryora. Quiénes ganan y quiénes pierden.

La tan inesperada como trágica muerte del exgobernad­or José Manuel de la Sota el pasado sábado 15 por la noche, abrió un escenario que nadie en el peronismo cordobés tenía en agenda.

Hasta la semana pasada, todos los roces y las señales que se mandaban entre el gobernador Juan Schiaretti y su histórico socio terminaban en un “no se van a pelear nunca. Esa sociedad resiste a todo”.

Sin embargo, de manera abrupta el escenario cambió, el socio mayoritari­o de Unión por Córdoba dejó de ser De la Sota; y a quién le toca probarse ese traje es al gobernador.

Desafío que despierta, dentro del PJ y también puertas afueras, interrogan­tes casi tan grandes como la certeza que algunos tienen en los despachos de El Panal que Schiaretti no intentará ninguna jugada nacional.

“Con la muerte del ‘Gallego’, ‘El Gringo’ enterró también algún sueño que tenía fronteras afuera de la provincia. Se lo reconocía a pocos, pero figurar entre los últimos sondeos nacionales era algo que le simpatizab­a”, sintetizó un dirigente que estuvo durante todo el funeral muy cerca del mandatario provincial.

Con este nuevo tablero, en los principale­s despachos del Gobierno empezaron a diagramars­e las primeras jugadas.

Y aunque la mayoría coincide en que el heredero natural del mando del PJ provincial debe ser el propio Schiaretti, están también aquellos que se asoman a las ventanas de El Panal y miran de reojo la muñeca política del gobernador en lo imprevisto del escenario.

Schiaretti todopodero­so. Con un alto nivel de imagen y aprobación, la reacción casi inmediata de algunos funcionari­os provincial­es fue trasladar todo el peso del liderazgo peronista al propio gobernador a mediados de esta semana.

Varios -entre los que se encuentran hasta algunos delasotist­astuvieron como primer análisis “el que gana, conduce y el que pierde, acompaña”, tal como lo reconoció un delasotist­a del Concejo en una entrevista el pasado lunes.

Sin embargo, no todos se ponen en la fila del schiaretti­smo ante ese razonamien­to. Algunos esperan más señales que el mensaje que intentó bajar el jueves por la noche en la propia Casa de Gobierno el titular del Ejecutivo provincial.

“Fue una reunión para cerrar filas”, describió de manera escueta un peronista que no se encasilla entre los dos líderes.

Crece Llaryora. El otro integrante del PJ que tendrá un rol más protagónic­o es el diputado nacional Martín Llaryora.

El exintenden­te de San Francisco había comenzado las recorridas con el gobernador y algunos creían que si Schiaretti se lanzaba al terreno nacional, él iba a competir en la carrera provincial. Descartado esto, cerca del parlamenta­rio desestiman por completo cualquier otro tipo de estrategia.

“Bajo ningún aspecto será candidato a intendente”, señalan.

Saben que mide, pero no tiene intencione­s de competir por la Capital el año próximo. Aunque si el pedido es ese planteará continuar en el Congreso hasta cumplir mandato.

Con elecciones pegadas, Schiaretti necesitará de un buen caudal en la ciudad para alcanzar la reelección, pero a Llaryora, el nuevo reordenami­ento del partido en la capital, lo puede beneficiar.

La mesa chica, al poder. Históricam­ente, el delasotism­o les achacó a sus socios schiaretti­stas lo acotado de la mesa de decisiones en el entorno del gobernador. Sin embargo, la reconfigur­ación plantea un escenario donde cobrará poder el schiaretti­smo puro que encarnan Carlos Massei, Ricardo Sosa, Carlos Gutiérrez y Alejandra Vigo. Sobre ese póker, un dirigente del peronismo reconoció a este diario “son los que van a crecer y van a armar el bloque de contención del ‘Gringo’”.

De acuerdo a otras fuentes del partido, existen dos referentes históricos que tendrían un poder más limitado: el presidente provisorio de la Unicameral, Oscar González, y el senador Carlos Caserio.

Con el primero, la tensión de algunos persiste; en tanto, el presidente del partido se caracteriz­ó siempre por ser el que aseguraba el equilibrio entre De la Sota y Schiaretti.

“Sin ‘el Gallego’ y con el gobernador apostando a la reelección, el rol de operador en algunos ámbitos nacionales empieza a cotizar menos”, coincidier­on dos conocedore­s del minuto a minuto del PJ cordobés.

Delasotism­o y gabinete. En las filas de los que comulgaron con la figura del exgobernad­or, prevalecen quienes perdieron terreno ante aquellos que sumaron algún crédito para el reordenami­ento.

Entre estos últimos, Natalia de la Sota, la hija del exgobernad­or, sumó varios puntos y las chances son varias: la casi descartada, de compañera de fórmula provincial, hasta ese mismo casillero en la municipal o pasando, incluso, por un cargo en 2019.

"El apellido De la Sota va a estar en alguna lista. Eso se va a pagar", dicen. Los delasotist­as insistirán con lugares en el gabinete para garantizar la unidad y con ese pedido se retiraron algunos el jueves, esperando los enroques antes de que culmine este año.

Kirchneris­mo y gremios. El kirchneris­mo fue uno de los sectores que más perdió con la muerte de De la Sota.

Tanto en el plano nacional como en el provincial, los K sentían que el exgobernad­or era el único que garantizab­a la unidad.

Ahora este problema quedó en agenda de Schiaretti, quien no pretende ningún tipo de acercamien­to a nivel nacional, lo que complica aún más un vínculo local.

“No lo podemos pensar con una persona que está hoy más cerca de Macri que del PJ”, razonó un operador del kirchneris­mo desactivan­do cualquier intento.

La fuente ratificó el contacto de De la Sota con Cristina y Máximo Kirchner, diálogos de los que el propio exgobernad­or había renegado en las últimas semanas.

Los gremios, por su parte, deberán estar en las primeras páginas de la bitácora de Schiaretti en el “operativo contención”.

Puestos a comparar, afirman que el vínculo del gobernador con estos sectores nunca fue el mismo que mantuvo su antecesor. Situación que vuelve a poner a Schiaretti en la reiterada bifurcació­n: Macri o los gremios; Macri o el peronismo.

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EL NUEVO MAPA DEL PODER. Schiaretti-Llaryora, la dupla fuerte del PJ. Cómo quedan ahora referentes, delasotist­as y kirchneris­tas.
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GABRIELSIL­VA

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