Un espectáculo de excelencia
esde hace varios años el teatro argentino ha vuelto a conformar una potente generación de creadores del género musical. También lo tuvimos a principios del siglo XX, cuando se estrenaban allí los tangos más famosos…pero luego se dejó de lado hasta que los aires del Broadway se impusieron. En la actualidad hay muchos egresados de escuelas especializadas donde el canto y el baile se suman a la interpretación. Pepe Cibrián Campoy fue y es una figura clave sobre esta especialidad. En el 2017 se estrenó
con libro y letras de Juan Martín Delgado y música original de Francisco Martínez Castro:
No es frecuente que en un espacio alternativo se encuentre una orquesta integrada por seis músicos que en vivo acompañan a 13 intérpretes. La historia entrecruza humor y crítica de manera inteligente. Todo ocurre en una ciudad muy pequeña, casi pueblo, donde la intendenta impone sus reglas siempre muy aliada a la Iglesia. A raíz de un suceso familiar ella decreta la prohibición de las relaciones sexuales ya que son las culpables de trasmitir esa “desgracia”, enfermedad incurable y contagiosa. La mayor parte de las acciones ocurre en un muy particular hospital público donde desde la enfermera hasta sus pacientes cantan y bailan con una precisión notable.
Esta minisociedad refleja los defectos de cualquier gran comunidad: envidias, juegos de poder y otro tipo de pasiones. Una escenografía de Magalí Acha que permite entradas y salidas muy rápidas, donde tanto las puertas como las ventanas serán claves en todas las escenas. También crean pequeños escenarios móviles, que los propios actores desplazan.
Con misterio se descubren también un crimen y se buscará al culpable, el público se verá involucrado en un sinfín de secuencias rápidas donde se pasa del canto y las coreografías a la pura actuación sin cortes y sin debilidades de ningún tipo. Los personajes protagónicos están interpretados por Andrea Lovera, Mariano Condoluci, Belén Ucar y Patricio Witis. Cada uno tiene sus propias secuencias y hacen una excelente demostración de profesionalismo. En un supuesto papel menor se descubre a Lula Rosenthal. La única objeción es que en algunas canciones el volumen de la música hace que se pierda la letra de los temas. Mínimo detalle solucionable que no empequeñece a un espectáculo profesional y de excelencia. vuelve a demostrar que “aquí podemos hacerlo”, como soñó Cibrián Campoy, y no le faltan herederos