Bolsonaro, de alta. El candidato derechista brasileño apuñalado dejó el hospital y cierra su campaña.
El líder en los sondeos fue dado de alta, tras estar 22 días hospitalizado. Evalúa ir al último debate. Mujeres protestaron contra su candidatura.
Tras 22 días internado, el candidato ultraderechista a la Presidencia de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, recibió ayer el alta y viajó a Río de Janeiro, donde reside. El ex capitán del Ejército, que se retiró por una puerta lateral sin hablar con la prensa, lidera las encuestas para las elecciones presidenciales del 7 de octubre, pero perdería en segunda vuelta con todos sus rivales. Consciente de su fortaleza, pero también de sus debilidades, participará del último debate de la campaña, organizado por la cadena Globo el próximo jueves, donde intentará reducir su elevado nivel de rechazo.
“Recibió el alta hospitalaria esta mañana a las 10”, indicó el hospital en un comunicado. El candidato tomó un vuelo en el aeropuerto de Congonhas, con destino a su ciudad, según informaron las autoridades de su fuerza política, el Partido Social Liberal (PSL). Gustavo Bebianno, presidente de la agrupación, aseguró que está “plenamente recuperado”, pero advirtió que todavía “no está en condiciones de ir a las calles” a hacer campaña.
Sin embargo, el candidato participaría del último debate antes de la primera vuelta, donde se enfrentará por primera vez con Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT). El propio Bolsonaro había declarado el viernes en una entrevista que cuando saliera del hospital no podría participar de actividades públicas por recomendación médica, por lo que estaría “mucho más activo en los medios sociales”.
Bolsonaro fue apuñalado en el abdomen el 6 de septiembre en un acto en Juiz de Fora, Minas Gerais, que le provocó va- rias perforaciones en el intestino. Su agresor, Adélio Bispo de Oliveira, fue detenido y, al ser interrogado por la policía, dijo que lo había atacado porque no compartía sus ideas políticas.
Encuestas. El postulante de extrema derecha lidera los sondeos con el 28% de intención de voto, seguido por Haddad, que cosecha un 22%, según un sondeo de Datafolha divulgado el viernes. El dato más significativo, en tanto, es el alto nivel de rechazo del ex uniformado, que trepó al 46% y precipitaría su derrota en segunda vuelta.
“Bolsonaro representa a la derecha salvaje. Es un tipo que no está preparado para el ejercicio del poder. Se trata de un capitán retirado de baja formación. El
Ejército ni siquiera lo reconoce como uno de los suyos”, explicó a
PERFIL Jair
Krischke, presidente del
Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH).
Tras declaraciones polémicas de su candidato a vice, el general retirado Antonio Hamilton Mourão, y de su economista estrella, Paulo Guedes, Bolsonaro intentó retomar el protagonismo con entrevistas con la prensa, donde desautorizó a sus laderos políticos. El esfuerzo por moderarse, sin embargo, no duró demasiado. “Por lo que veo en las calles, no acepto un resultado de las elecciones diferente de mi elección”, afirmó el viernes en diálogo con Bandeirantes, repitiendo una frase que había pronunciado Donald Trump en 2016. Defensor de la última dictadura militar y de la tenencia de armas, el candidato recibió el alta el mismo día que miles de mujeres en todo el país se manifestaban en su contra. Bajo el lema “EleNão”, se movilizaron en repudio a sus declaraciones homófobas, racistas y machistas.
Según Datafolha, un 54% de las mujeres encuestadas rechazan su candidatura, convirtiéndose en uno de los principales focos de resistencia. En su memoria aún resuena la respuesta que Bolsonaro dio en 2014 a María do Rosário, una diputada del PT, a la que dijo que “no merecería ser violada” por
ser “muy mala, muy fea”. Ayer por la tarde, miles de mujeres se concentraron en la plaza Cinelandia, en el centro de Río de Janeiro, en un acto organizado por el grupo de Facebook “Mujeres unidas contra Bolsonaro”, que llamó a protestar “contra el avance y el fortalecimiento del machismo, la misoginia, el racismo, la homofobia y otros tipos de prejuicios”.
“O nos unimos ahora para pelear o nos vamos a juntar para llorar”, indicó en un mensaje Ludimilla Teixeira, una de las administradoras del grupo, que logró el viernes la adhesión de la cantante Madonna. “No podemos permitir que el fascismo avance en Brasil. Esa candidatura es nefasta”, añadió.
Con su violenta retórica, Bolsonaro eludió, hasta ahora, un giro al centro que le permita bajar su índice de rechazo, especialmente en el electorado femenino y en el Nordeste del país. Según el portal G1, su campaña evalúa lanzar en los próximos días una “Carta a los brasileños”, emulando la misiva que escribió Luiz Inácio Lula da Silva en 2002. “El texto defiende la pacificación del país con el resultado electoral y también hace un guiño al mercado con un énfasis en la necesidad de un ajuste fiscal”, escribió el periodista Gerson Camarotti. Por su parte, Krischke señala la gravedad de los insultos homófobos y machistas de Bolsonaro, aunque cree que una iniciativa con ese tono “puede cambiar significativamente la situación”.
A siete días de las elecciones presidenciales más inciertas de Brasil desde el retorno de la democracia, Bolsonaro defiende un discurso antisistema, que suena como un canto de sirenas en los oídos de los desencantados con la política. Su plan de vestirse en el “Messias” que salve al país del PT, sin embargo, parece tener profundas limitaciones.