Los economistas creen que, aun ajustando, el país vecino se convertirá en un ‘motor’
“Está el dicho: cuando Brasil se resfría, Argentina se engripa, eso pasa particularmente en el sector industrial”, graficó a PERFIL Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, para ilustrar la dependencia de nuestro país con la suerte que corra su “motor” que contribuya a la recuperación de Argentina. Marcelo Elizondo, director de Desarrollo de Negocios Internacionales, planteó que “por cada 1 punto que crece Brasil, Argentina se beneficia con un crecimiento de 0,25 puntos”. Javier Cao, de Abeceb, calculó que “Brasil pasaría de crecer votos importante que ayudaría a terminar con la crisis política, la perspectiva es que en 2019 se acelere el crecimiento a 2,6%, y eso ayudaría a la recuperación de Argentina, que hasta los primeros meses de 2019 va a seguir muy golpeada en la producción”. Según Cao, “con Bolsonaro termina de 16,5%. Según estimaciones de Abeceb, las ventas externas locales a ese país en 2018 sumarían US$ 11.004 millones (frente a US$ 9.325 millones de 2017), y proyectan US$ 12.273 millones para 2019.
El sector que más pesa es el automotor (40% del total), un claro ganador del repunte brasileño. Fuentes de Asociación de Fabricantes de Automotores indicaron que el 70% del total de ventas externas de autos son a Brasil. “Tiene un rol clave en nuestra producción y exportaciones; este año está traccionando de manera importante, es el motor principal en valores absolutos”. En nueve meses, de un total de 198 mil vehículos exportados, se enviaron al mercado brasileño unos 140 mil unidades. “Terminaríamos este año en 170 mil (40 mil vehículos más que en 2017), y prevemos unas 200 mil unidades para 2019”. Está lejos del récord de 420 mil automotores enviados a Brasil en 2011. “En 2014, antes que la economía brasileña empezara a caer, ese país representaba 50% de nuestra producción, hoy es el 37%”, contrastaron. Los analistas identificaron que otros sectores fuertemente exportados a Brasil y se beneficiarían por una mayor demanda son los productos químicos y plásticos; trigo y harina de trigo; metalmecánica; algunos productos de economías regionales como peras y manzanas del Alto Valle, y ajo y cebolla de Mendoza. Gravina también remarcó que “con un real apreciándose y una economía recuperándose podemos beneficiarnos del turismo brasileño, que suele gastar mucho; ya en agosto volvieron los vuelos charters de Brasil a Bariloche”.