Los grupos cerrados son egocéntricos, creen que el mundo gira en torno a ellos
la pandemia que ha matado a cerca de 50.000 peruanos y la crisis de la economía, que cayó 11% en 2020.Los resultados son imprevisibles, cualquiera puede pasar a la segunda vuelta, es posible que lo haga con un porcentaje que ronde el 10%. Lo que está claro es que ninguno de los candidatos logró comunicar confianza a los peruanos y que su magro apoyo anuncia una época de difícil gobernabilidad.
Negativismo. Como en otros países de la región, en Perú se ha impuesto una política negativa que ha convencido a la población de que todos sus dirigentes
y
Esos son los problemas reales de esta época.
Los antiguos decían, al comentar las pintadas con insultos, que “la pared y la muralla son papel de la canalla”. Ahora no se pinta basura en las paredes, de alguna manera la red, que tiene tantos usos positivos, es también una muralla gigantesca para que los acomplejados satisfagan sus bajos instintos atacando a los demás.
Hace algunos años, dos profesores, Shanto Iyengar de Stanford y Stephen Ansolabehere de Harvard, publicaron “Going negative: How Political
Pensamiento de grupo. El pensamiento sectario que fomenta este tipo de política se refuerza con el fenómeno del “pensamiento de grupo” estudiado por el psicólogo Irving Janis, profesor de Yale, en su texto “Groupthink: Psychological Studies of Policy Decisions and Fiascoes”, que describe cómo los grupos cerrados que rodean a los políticos llegan a tomar decisiones erradas. Gracias al pensamiento de grupo, los miembros de un gobierno, o los que dirigen una campaña electoral, someten su opinión a lo que suponen que es el consenso del grupo. Se ponen de acuerdo muchas veces en realizar una acción que, individualmente, cada de sus miembros considera errada, pero que, a pesar de eso, suponen que es del agrado del conjunto.
Janis define al groupthinking como “un modo de pensamiento que adoptan las personas cuando están profundamente involucradas en un grupo cohesivo, cuando los esfuerzos de los miembros por la una