LA OBEDIENCIA INDEBIDA DE ALÓS
El fiscal Senestrari ocupó dos páginas de su escrito para retratar al policía muerto, Juan Alós.
◆ “No me caben dudas que el objetivo de Alós fue antagónico a los intereses personales trazados por su jefe (comisario Rafael) Sosa y su compañero (Fabián) Peralta Dattoli, y que su compromiso en grado sumo con la prestación del servicio encomendado en su lucha contra el narcotráfico lo llevó a obrar en virtud de una ‘indebida obediencia debida’”.
◆ “Confieso que mi actuación posibilitó dilucidar este extremo y me deja un viso de tranquilidad por la tarea cumplida en este engorroso y complejo proceso. Pero, aun así, luego de su fallecimiento, Alós me aportó una prueba fundamental: la información de la transacción de la moneda, que almacenó en un pendrive y colocó en una de las camperas que se hallaban en el asiento trasero del rodado en el que fue encontrado sin vida”.
◆ “Logré advertir, en el contexto referido en los hechos, que varios de los elementos que tenía Alós en el escenario de su muerte, habían sido entregados por un fiscal provincial nada más y nada menos que a la Dirección General de Lucha contra el Narcotráfico de la Policía de la Provincia de Córdoba, cuyo titular, varios de sus funcionarios y empleados, además del occiso, estaban siendo investigados por esta Justicia Federal. Esta fue la razón que me motivó a ir en búsqueda de esa prueba y rescatar el pendrive, que constituyó una de las bases del esclarecimiento del presente caso”.