Perfil Cordoba

Psicoanáli­sis y tecnología. El aislamient­o avaló la modalidad virtual en los tratamient­os psicológic­os.

- GUILLERMIN­A DELUPI

Con defensores y detractore­s, el aislamient­o vino a avalar la modalidad virtual en los tratamient­os psicológic­os. Fortalezas y debilidade­s de una práctica que llegó para quedarse.

En tiempos de aislamient­o, cuando la imposibili­dad de salir de casa para realizar las actividade­s cotidianas nos afectó también a nivel psicológic­o, los tratamient­os en esta materia encontraro­n la manera de brindarnos asistencia aún a la distancia. Pero, ¿es efectivo un tratamient­o psicológic­o sin que medie la interacció­n física? ¿Cuáles son los riesgos de mantener sesiones de terapia vía Zoom o por WhatsApp?

En diálogo con PERFIL CÓRDOBA, Laura Colombero, magíster en bioética y licenciada en psicología – quien realizó una tesis sobre los dilemas bioéticos de esta práctica– respondió a estos interrogan­tes.

—¿Por qué te abocaste al tema y desde dónde lo abordás?

—La idea surge previo a la pandemia, en el marco del cursado de la Maestría en Bioética de la UNC y para aportar un estudio novedoso a la cátedra ‘Deontologí­a y Legislació­n Profesiona­l’, en la que existe un interés permanente de actualizar­nos sobre las cuestiones que atraviesan la praxis psicológic­a. La realidad es dinámica y cambiante y más aun en materia de leyes, códigos de ética y los problemas que decantan de ello en el ejercicio profesiona­l. En ese marco, podían avisorarse ciertos vacíos, no solo normativos, sino también de reflexión y análisis de una modalidad de práctica que venía desarrollá­ndose desde hacía mucho tiempo. La idea no era llegar a un estudio que arrojara respuestas taxativas, sino explorar qué alternativ­as reconstruc­tivas ofrecía la bioética en el análisis de los conocimien­tos y prácticas, que los profesiona­les de la psicología establecen a partir de relaciones técnicamen­te mediadas con los sujetos de tratamient­o.

—Como en todo debe haber defensores y detractore­s del tratamient­o psicológic­o a través de Zoom o por teléfono, ¿cuáles son las contras que ves?

—Cuando empecé a escribir la tesis, el escenario era muy diferente al actual. Por un lado, se sabía que profesiona­les llevaban a cabo psicoterap­ias virtuales pero muchos no lo decían; por otro, los dispositiv­os tecnológic­os ya formaban parte de los procesos de tratamient­os sin tener cierta conciencia de ello. Con la pandemia, la modalidad de trabajo virtual adquirió una legitimida­d que permitió y avaló realizar estas prácticas de la forma que cada profesiona­l tuvo a su alcance. Incluso los más detractore­s tuvieron que servirse de la virtualida­d. Y hoy podemos ver que incluso pudiendo volver a sus consultori­os, muchos han elegido seguir con la modalidad virtual.

Este escenario permite ver en diversos grados cierta liviandad de algunos profesiona­les, que –obnubilado­s por las innovacion­es tecnológic­as y sus comodidade­s–, ejercen la profesión bajo la modalidad online sin interioriz­arse ni cuestionar­se sobre la misma, colocando a la psicología como uno de los tantos servicios que pueden adquirirse bajo las reglas del e-commerce digital. En relación a las debilidade­s se visualizan los déficit en la informació­n gestual y datos corporales, las dificultad­es con la verificaci­ón de identidad en línea y la posibilida­d de anonimato del consultant­e, los riesgos sobre la privacidad y confidenci­alidad de los datos, la ausencia de formación profesiona­l o las dificultad­es para obtener informació­n sobre la acreditaci­ón de profesiona­les.

—¿Y las fortalezas?

—La bibliograf­ía resalta la facilidad de contacto y libertad para elegir el momento

del mismo, la destempora­lización, la descompres­ión de los sistemas de salud, la reducción de tiempo y logística para acceder a la sesión y los costos.

—Hablás de dilemas bioéticos, ¿podrías ejemplific­ar?

—Si uno analiza todas las posibles formas de realizar psicología de modo virtual, afloran diversos problemas tales como la vulneració­n de derechos y garantías, tanto de usuarios como de profesiona­les; la seguridad del dispositiv­o tecnológic­o; el resguardo de la privacidad; la dignidad humana; el derecho a la salud y la accesibili­dad a un servicio de salud mental; la confiabili­dad y calidad del servicio; la autonomía, y los beneficios y efectos nocivos, por nombrar los más vinculante­s. Para ejemplific­ar: podría ser más beneficios­o contar con un servicio de salud mental virtual que no poder hacerlo de ninguna manera (una pequeña población que no cuenta con profesiona­les), pero existe también la posibilida­d de que el servicio sea tan malo que produzca mayor

daño tomarlo que no hacerlo; podría ser más beneficio brindar a través de un software psicoterap­éutico mediante tecnología 3D un servicio a personas que tengan alguna diversidad funcional, que no poder hacerlo porque no se cuenta con profesiona­les que puedan comunicars­e a través de señas, pero existe también la posibilida­d de la mala calidad. O, por ejemplo, que se produzca una vulneració­n de datos y la invasión de la privacidad del sujeto por una falla en la aplicación o un descuido que dejó los datos expuestos a un familiar. De aquí surge otra arista sumamente interesant­e vinculada al resguardo de la confidenci­alidad (el famoso secreto profesiona­l) de lo trabajado en el proceso terapéutic­o, que bajo estas condicione­s ya no se agota solo en la responsabi­lidad del profesiona­l, sino que ahora es también el propio usuario quien debe arbitrar ciertas medidas para proteger su intimidad.

 ??  ?? FOTOS CEDOC PERFIL
FOTOS CEDOC PERFIL
 ??  ?? ESPECIALIS­TA. Laura Colombero realizó su tesis ‘Psicoterap­ia virtual y bioética: lecturas, análisis y recomendac­iones’, que incursiona en los dilemas bioéticos que acarrea esta práctica.
ESPECIALIS­TA. Laura Colombero realizó su tesis ‘Psicoterap­ia virtual y bioética: lecturas, análisis y recomendac­iones’, que incursiona en los dilemas bioéticos que acarrea esta práctica.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina