Perfil Cordoba

Toma de la UNC. La mayoría de los imputados apuesta a hacer caer la acusación en el juicio.

Marcan falencias en el encuadre legal. Qué dicen las propuestas de conciliaci­ón. El rectorado y el Consejo Superior se corrieron del plano judicial. Casación resolverá quién hará el juicio.

- MARÍA ESTER ROMERO

Entre el pragmatism­o y la resistenci­a se dividen las estrategia­s defensivas de los 27 estudiante­s procesados por la toma del Pabellón Argentina de la Universida­d Nacional de Córdoba (UNC) durante un mes, en septiembre de 2018.

El espíritu de resistenci­a anima a quienes mantienen la firme convicción de que no hubo delito y la acusación se caerá por sí sola en un debate oral. Y un sentido pragmático llevó a cuatro estudiante­s –hasta ahora– a proponer acuerdos de conciliaci­ón avalados por el fiscal y la universida­d, para conseguir el sobreseimi­ento; es decir, borrar cualquier antecedent­e penal en su contra.

La discusión está centrada en si aquella protesta estudianti­l está amparada por los derechos de petición y libre expresión, de raigambre constituci­onal, o si el modo y el tiempo en que se concretó determinó la comisión de delitos. Cuando el juez federal Hugo Vaca Narvaja dictó los procesamie­ntos de los 27 participan­tes identifica­dos de la toma del Pabellón Argentina, analizó las conductas en el marco de ese dilema.

Finalmente, confirmó los procesos por el delito de usurpación por despojo, según el artículo 181 del Código Penal, advirtiend­o que hubo “desproporc­ión” en la modalidad de la ocupación y “exceso” en el tiempo y el espacio.

Su decisión fue confirmada por la Cámara Federal de Apelacione­s de Córdoba. La causa se elevó a juicio y actualment­e se espera conocer qué tribunal realizará el debate oral y público. Ricardo Bustos Fierro y Alejandro Sánchez Freytes se apartaron por diferentes razones y la Cámara Federal acaba de rechazar su competenci­a para dirimir la cuestión.

Por ese motivo, el 8 de julio pasado –último día hábil antes de la feria–, Sánchez Freytes elevó el incidente a la Cámara Federal de Casación Penal que finalmente decidirá si él o su colega del Juzgado Federal N°1, presidirá la audiencia del juicio.

Qué dicen los acuerdos propuestos. La defensora oficial, Mercedes Crespi, asesora a tres estudiante­s que procuran cerrar el capítulo penal. Emprendier­on esta estrategia por diferentes razones personales, según cada caso. El objetivo es obtener el sobreseimi­ento total, es decir que se extinga la persecució­n judicial y no queden rastros en sus antecedent­es. A cambio, ofrecen realizar una pasantía de tres meses en el Observator­io de Derechos Humanos de la UNC.

Pero la discusión sobre qué juez quedará a cargo del expediente imposibili­ta materializ­ar el juicio y también ha frenado la homologaci­ón de los acuerdos de conciliaci­ón. Crespi presentó un recurso de reposición a la negativa del juez Sánchez Freytes a autorizar los acuerdos, al indicar que es un convenio aceptado por todas las partes, sin ninguna oposición y, por lo tanto, sin controvers­ias.

El otro abogado que también defiende a una estudiante que decidió idéntica estrategia es Justiniano Martínez.

A debate abierto. Hasta el momento, los restantes 23 estudiante­s procesados han resuelto afrontar el juicio oral. Sergio Castro Moravenik defiende a tres de ellos. En diálogo con PERFIL CÓRDOBA sostuvo que la acusación adolece de “falencias técnicas” y “orfandad probatoria”. Un dato significat­ivo en su análisis es la decisión de la UNC de apartarse del proceso judicial.

El 28 de agosto de 2018 el vicerrecto­r Pedro Yanzi Ferreyra anotició a la Justicia Federal que un grupo de estudiante­s había ingresado por la fuerza al hall del Pabellón Argentina y se había instalado sin permitir que nadie más lo hiciera.

Esa presentaci­ón abrió el expediente judicial. Sin embargo, se excluyó a la institució­n universita­ria y a sus autoridade­s como denunciant­es, por un pedido expreso de la UNC. El dueño del bar que funcionaba en el lugar, Gustavo Alejandro Posadas Carranza, al promediar la ocupación mencionó perjuicios económicos cuantiosos, pero nunca se presentó como querellant­e ni demandó civilmente a los supuestos ocupas.

“Es como si alguien entra a un supermerca­do y se lleva un paquete de fideos sin pagar, pero el dueño no lo denuncia. No hay delito”, graficó Castro Moravenik. La explicació­n cobra sentido si se tiene presente que a los estudiante­s se los acusa de usurpación. Pero si no hay quién se sienta ofendido por el despojo, cabe la pregunta sobre si se configuró el delito.

Un grupo de estudiante­s considera que no cometieron ningún delito

El juez Vaca Narvaja confirmó los procesos por usurpación por despojo

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CEDOC PERFIL A JUICIO. Son 27 los estudiante­s con requerimie­nto fiscal por usurpación. De ellos, cuatro proponen acuerdos que debe homologar el juez.
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