El “fracking social argentino” y el “pimpinelismo de estado” del fdt
Editores de Panamá y responsables de la consultora Escenarios, su análisis de las últimas PASO acuñó dos conceptos esenciales para comprender la situación actual. Touzon escribió con Martín Rodríguez los libros y y Zapata lideró el desarrollo de estrategias de comunicación, reputación, gestión de intereses, vinculación gubernamental, crisis e en empresas nacionales e internacionales.
—¿Estamos frente a un nuevo paradigma? ¿2023 será algo distinto?
TOUZON: Hicimos un análisis en Panamá, que también hacemos junto con Ezequiel Kopel y Martín Rodríguez, también editores, que relanzamos hace poquito. En el artículo “Un país sin fortalezas” planteamos una discusión que veníamos teniendo desde antes: en qué medida la política y el análisis que le cabe tienden a ser conservadores, enamorados del bicoalicionismo. La idea es un nuevo bipartidismo y que tendría un sistema mucho más estable. Nos preguntamos si poscrisis del covid-19, del último macrismo y en el medio de una crisis interna del Frente de Todos, no habría una repercusión hacia un cambio más sistémico del que entrevemos, sostenida en una serie de eventos sociales y políticos. En 2021, a veinte años de 2001, ¿estamos ante una especie de agotamiento de ese sistema inventado en 2001? El sistema donde nació el kirchnerismo, el macrismo, en el que se consolidan algunas estructuras de tipo social, de control de la calle, de gestión de la pobreza, de la hipercentralidad del Estado. Más allá de que gobernó cuatro años el macrismo, son cuestiones que continúan. En este 2021, por circunstancias que van más allá de la elección, se ponen en crisis. En Escenarios, nuestra consultora, hicimos una encuesta. Quisimos ver en la encuesta si había un cambio de cosmovisión hacia abajo. Hablamos de un fracking social. Más que preguntar por quién vas a votar, nos interesaba preguntar qué pensás del Estado, de los empresarios, de los sindicatos, de la economía política. Después la elección lo ratificó, pero los resultados nos hablaban de un desplazamiento de cosmovisión hacia un lugar un poco más lejos de lo que nosotros tenemos acostumbrado a pensar. La política es una superestructura que se genera sobre esa sociedad. Si la sociedad cambia, es poco probable que la política no lo haga.
—Federico, al comienzo del artículo ustedes dicen: “Nuestros sismógrafos estaban rotos y cierta comodidad o pereza intelectual parecía empeñarse en pensar que todo seguía o seguirá igual; peor tal vez, pero igual”. ¿Se romperán las dos coaliciones? ¿Ese fracking que ustedes detectan abajo tendrá consecuencias arriba? ¿El kirchnerismo se convertirá en una izquierda y se separará del peronismo y los macristas más halcones se irán con los libertarios y quedará el radicalismo con el PRO más socialdemócrata?
ZAPATA: Estamos viviendo una crisis del modelo de acumulación. No tenemos claro cómo se va a resetear y si la política podrá o no reordenarla. Cuando las crisis se desatan y la política no logra ordenarlo, probablemente lo que estemos mirando hacia el futuro sea una especie de holograma o imagen deformada. No sabemos bien cómo sucederá eso. Sí vemos que las coaliciones tienen algunas disfuncionalidades vinculadas a la acumulación y se manifiestan en la crisis gubernamental. En la salida del kirchnerismo del gobierno, el cristinismo al no tener incentivos materiales para reorganizar su identidad, no tener más el Estado, hizo una apuesta por una reorganización de la identidad en torno a valores subjetivos, más ideológicos. Por lo tanto, es una fuerza con muchas dificultades para asumir tareas gubernamentales, porque radicalizó su base social.
—Se cumple el teorema de Baglini. Ahora le tocó gobernar.
Z: Claro. Y es un peronismo que no tiene un liderazgo claro, Alberto Fernández no implica un liderazgo de ese espacio, aunque es parte. No logra articular una respuesta sistémica a la matriz en la que el peronismo se organizó tradicionalmente: la industrialización por sustitución de importaciones. Es una coalición donde parece que convive una especie de oposición y de oficialismo. Así se producen tensiones y una falta de capacidad para producir respuestas. —¿Y en la otra coalición? Z: En lo formal, vemos un desplazamiento de Horacio Rodríguez Larreta. Está logrando exitosamente una transición en el liderazgo. Hay que entender bien qué harán y quién. Vemos una renovación. Pablo habló de los veinte años que pasaron desde 2001. Vemos una renovación muy interesante de la UCR, que se para como un actor con liderazgos nuevos en la mayoría de las provincias, con la consecuente revitalización de la coalición. Hay que ver cómo se ordena de acá a 2023. Por fuera de esa formalidad, los libertarios probablemente no logren configurar un proyecto de poder. Pero sí consiguieron exitosamente mover el amperímetro de la agenda. Las dos coaliciones discutían con intensidad de valores, pero no sobre la estructura productiva. Estos outsiders, que uno pensaría más cercanos a la coalición de Juntos por el Cambio, lograron mover la agenda y discutirla. Es un tercer movimiento que debería seguirse analizando.
—Si el orden actual no continúa, implica que las dos coaliciones se dividirán. Algo parecido a lo que sucedió en Alemania. En lugar de formar gobierno dos sectores, ahora necesitan ser cuatro o cinco, debido a la fragmentación. ¿Habrá unas PASO en las que Mauricio Macri con los libertarios compitan directamente con Horacio Rodríguez