Johnson, el grande
Paul Johnson, el autor, periodista e historiador, murió a la edad de 94 años cuando amanecía el año. Nos dejó más de 50 libros y una infinita serie de crónicas, conferencias y reflexiones. Es arduo seleccionar algunos fragmentos para rendirle homenaje, pero es la única forma apropiada de hacerlo.
El británico siempre destacó la importancia del lenguaje y lo nocivo que resulta su degradación, para el pensamiento y la comunicación. Entonces, sentenció: “Aquellos que valoran el sentido de las palabras valoran la verdad y aquellos que tuercen el sentido del lenguaje estarán inclinados a propósitos antisociales”.
En el capítulo ‘Schools for Atilas’ critica sistemas educativos autoritarios, apuntando a los errores del estatismo pero, y si bien “ser escritor profesional es una vida dura, hay algunos días exitosos y es allí donde libra su combate contra la educación del autoritarismo”.
Sostuvo que el relativismo moral, en el siglo 20, llevó primero a la ingeniería social y luego a la ingeniería genética, que busca determinar al individuo antes de que nazca. “Querer hacer el cielo en la tierra con dioses falsos llevó a Auschwitz y al Gulag”, y citó a Chesterton: “Cuando el hombre deje de creer en Dios, cuando no crea en nada, podrá creer en cualquier cosa”.
Apuntes históricos. En su obra ‘Napoleón’ escribió que su todopoderoso Estado fue concebido por Hegel, y a su vez, fue la raíz tanto del marxismo como del totalitarismo nazi. “Ningún dictador del trágico siglo 20 ha estado ajeno a los ecos napoleónicos, desde Lenin, Stalin, Mao a los tiranos como Kim Il Sung, Castro, Perón, Hussein, Ceausescu y Gadafi”, sostuvo.
Memorable es el comienzo de su monumental obra histórica sobre ‘American People’. “La creación de los Estados Unidos es la más grande de las aventuras humanas. Ninguna otra historia nacional contiene esas notables lecciones para el resto del mundo”. Así, el que odia a Estados Unidos, odia a la humanidad.
Para el titán, la historia de los judíos es una historia del mundo observada desde el punto de vista de una víctima culta e inteligente, donde se exige a los aptos y los capaces ser industriosos y fecundos, porque así podían afrontar, entre otras, sus obligaciones filantrópicas.
Su criterio de utilitarista de Bentham le lleva a preguntarse sobre quién hizo más para promover la mayor felicidad posible del mayor número, y el primero en la lista es Lee Kuan Yew. Se hizo cargo de Singapur cuando estaba bastante desmoralizado y su ingreso per cápita era de US$ 100 y lo transformó en uno de los países más ricos, seguros y ordenados del mundo.
Ilustra la carrera de Perón, marcando el haber tomado prestadas las ideas de Mussolini, Hitler, Franco y Stalin. Como presidente, “implementó una demostración clásica en nombre del socialismo y el nacionalsocialismo de cómo destrozar la economía. Llevó a cabo un asalto al sector agrícola, el mayor recurso argentino. Ya en 1951 había agotado las reservas y había descapitalizado al país. Destrozó la Suprema Corte y arremetió contra el sistema radial y la prensa escrita”.
Predicción: “El mundo no será utopía en términos victorianos, pero será mejor”.