Kilómetro Venezuela
La historia de Iván García podría parecerse a la de tantos cocineros: su aventura empezó a los 14 años, cuando preparaba comidas en su casa, mermeladas, cosas sencillas y a veces desastrosas, se ríe. De los experimentos caseros pasó a estudiar en Caracas. Y después, a acuñar experiencias: la que más lo marcó fue la que tuvo en Alto, el restaurante del reconocido Carlos García. Pero a diferencia de otros chefs que fraguan su aprendizaje en otras tierras, Iván buscó perderse y encontrarse en la propia. Recorrió Venezuela de punta a punta, y en distintas comunidades descubrió productos, se nutrió de un arsenal de técnicas, recetas e historias de fogones azuzados por madres y abuelas, garantes de esos saberes que no se aprenden en ninguna escuela. En 2015, a los 21 años, abrió El Bosque Bistró en la ciudad de Mérida con una propuesta de producto venezolano, y algo de fast food: lo que le gusta al público, explica.
El emprendimiento le puso el pecho a las protestas de 2009, 2017, y a la reciente pandemia. En 2018 recibe un espaldarazo de San Pellegrino, que lo selecciona para la lista de Young Chefs: una plataforma de comunicación para mi proyecto que me permitió conocer a mi socio actual, Carlos Guerra, con el que inauguramos El Bosque Bistró en Caracas, cuenta Iván. Con la ayuda de Tybaide (mi madre), asesora legal, empezamos a invitar a periodistas y chefs de la región, como Marsia Taha (Bolivia), Ángel de Sousa (Ecuador), o Janaina Rueda (Brasil). Y entonces, desde la nueva iniciativa emplazada en el coqueto barrio de Chacao, el mapa venezolano, dibujado en las mesas de su restaurante, se abre a Latinoamérica.