Perfil Cordoba

A Schiaretti lo complican problemas inesperado­s: el Neonatal, la Penitencia­ría y la militancia agotada

El agravamien­to de la imputación del exministro Diego Cardozo y los escándalos en las cárceles de Bouwer y Villa María le juegan una mala pasada. Los militantes dicen estar exhaustos luego de tres procesos electorale­s, en los

- EDUARDO BOCCO

A la campaña presidenci­al de Juan Schiaretti le crecen enanos por semana, porque a los cuestionam­ientos permanente­s de los otros candidatos, le surgieron problemas de gestión que no esperaba y uno es muy fuerte para la sensibilid­ad social: la tragedia del Neonatal. El viernes se agravó la imputación del exministro de Salud, Diego Cardozo, quien está acusado de encubrimie­nto agravado y, de ser condenado, podría terminar preso.

Esto desacomoda al candidato, especialme­nte entre los votantes duros, su principal capital político. Hay que recordar que en las PASO sacó más de 550.000 sufragios, lo que, de repetirse, le permitiría conseguir tres diputados nacionales de los cuales sólo pone en juego uno, la banca de Carlos Gutiérrez.

Además, Schiaretti recibió otro cachetazo y es el escándalo en el Servicio Penitencia­rio que, de ser ciertas las acusacione­s, podría decirse que ese organismo fue invadido por malandras. Esto también repercute fuerte en el gobernador.

En este contexto, el gobernador – candidato tiene que defenderse de los embates de sus rivales, que miran a Córdoba como un botín de guerra y procuran extirpar todos los sufragios que puedan con el argumento del voto útil. “Votar a Schiaretti es tirar el voto” repiten los soldados de Sergio Massa y Patricia Bullrich y, en menor medida, de Javier Milei.

Schiaretti llama a su tropa a trabajar a destajo en este tramo final de la campaña para conservar los votos de las PASO. Entre las primarias y hoy se han presentado diversas circunstan­cias que complican el panorama del partido cordobés. Hoy, si logran colocar dos diputados nacionales, los amigos del gobernador saliente dan la vuelta olímpica y descorchan champán. A eso lo admiten en la propia mesa chica del jefe del Centro Cívico.

Sucede que se suma un problema serio en la ciudad de Córdoba, un distrito especialme­nte fuerte para el schiaretti­smo: la militancia está cansada y a eso lo reconocen los propios mandos medios del PJ, encargados de patrullar el territorio y movilizar punteros para que refuercen el famoso método de visitar casa por casa a los simpatizan­tes propios.

Para los peronistas pasaron tres elecciones con grandísimo­s desgastes: la provincial, las municipale­s y las PASO. “Ya no sabemos qué decirle a la gente y cada vez nos cuesta más patear la calle”, se sinceró un antiguo militante, experto en recorrer los barrios de su seccional en períodos electorale­s.

Los cuadros peronistas también coinciden en que tanto los problemas en la Penitencia­ría como el reflote de la causa por las muertes de bebés en el Neonatal, son un problema que no esperaban en esta etapa del proceso electoral.

Chau Seita, hola Roberto.

Después de las PASO, Schiaretti trató de crecer y de evitar lo que suponía que iba a pasar: que sus rivales de la primera vuelta iban a decir que votarlo a él era tirar el voto. De movida hubo cambios fuertes y Guillermo Seita dejó de ser el gurú de las comunicaci­ones. Si bien no fue desplazado, su función ahora que se esforzaron mucho para conseguir buenos resultados. Roberto Sposetti regresa al primer plano y vuelve a ser el consultor principal del gobernador. Apuestan todas las fichas a los debates presidenci­ales del 1 y 8 de octubre.

será bien lateral, acotada a aspectos muy puntuales que no tienen que ver con el corazón de la campaña.

Seita y Schiaretti son viejos conocidos y buenos amigos. El primer trabajo juntos fue en la campaña de la elección legislativ­a de 1993, cuando

el gobernador perdió con el radical Nilo Neder. Esos comicios tuvieron, en realidad, una pelea de fondo que protagoniz­aron Eduardo Angeloz y Domingo Cavallo, por entonces hombres con poder real, uno en la provincia y el otro en la Nación.

El nuevo mandamás de las comunicaci­ones es un hombre de la casa: Roberto Spossetti, quien retoma un rol central. En los últimos tiempos había quedado relegado a cuestiones institucio­nales pero desde hace unas semanas controla todo. En el PJ dicen que es de este consultor el nuevo eslogan de campaña que dice “el voto vale”. Desembarcó con todo su equipo y deberá asumir el momento más cuesta arriba que transita Schiaretti, quien sabe perfectame­nte que los votos que consiguió son casi todos propios. Su aliados aportaron caudales casi insignific­antes. Ni Florencio Randazzo (candidato a vice), ni Diego Bossio ni Chiche Duhalde, entre otros, pudieron embolsar votos que generaran sonrisas. Más bien todo lo contrario.

Schiaretti pasa estos días asignándol­e mucha importanci­a a los debates de candidatos que se realizarán el 1 de octubre, en Santiago del Estero, y el 8 de octubre, en Ciudad de Buenos Aires. Su asesor supervisa el tono de voz, gestos y hasta la postura. Algunos ministros le pasan letra de los temas que se debatirán en cada confrontac­ión de ideas.

Dos contra el mundo. Si un mérito tiene Schiaretti fue elegir a un sucesor que tiene ahora un horizonte nacional. El gobernador saliente siempre tuvo claro que no sería presidente y que su meta principal era y es armar un bloque en el Congreso nacional que le permitiera sentarse en la mesa chica de las decisiones. Pero, de pronto, cuando le cedió un espacio a Martín Llaryora, el gobernador electo, éste llamó la atención del establishm­ent político criollo y comienza a ganarse un lugar.

Llaryora quiere ser candidato presidenci­al lo más pronto que pueda, pero ir del brazo con Schiaretti le sirve. Y tratarán de avanzar en un terreno complicado, pero si se da una derrota de Sergio Massa, estiman que se impondrá el desorden y de allí la dupla cordobesa cree que sus chances se fortalecer­án.

Por lo pronto, Llaryora trata de mostrarse y tras un viaje a Estados Unidos, partirá a Roma, donde se sacará una foto con el Papa Francisco, vilipendia­do por el irascible Milei.

A propósito, desde el llaryorism­o puro sugieren que para las chances nacionales del todavía intendente de Córdoba, el que más le convendría es el escenario en el que Milei gana la presidenci­a. Hechos sagrados, opiniones libres.

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FOTOS CEDOC PERFIL ROSARIO. Como parte de su campaña, participó del Seminario organizado por la ACSOJA en esa ciudad santafesin­a, donde aprovechó para hablarle al campo.
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SEITA. Aunque no fue desplazado, su función ahora es más lateral. Asumió el control un histórico: Roberto Sposetti.
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LLARYORA. El gobernador electo acompaña a Schiaretti y se va posicionan­do en el nuevo escenario.

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